Una juez argentina prohíbe salir del país a un médico por el último nieto recuperado

El nombre de un profesional que trabajaba en la Policía figura en el certificado de nacimiento del familiar de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo

La juez argentina María Romilda Servini de Cubría, la misma que juzga los crímenes de la dictadura franquista, ordenó este martes que un médico de 74 años que trabajaba en la Policía bonaerense no pueda salir de su país por presunta vinculación con el robo del nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, según publicó el periódico Página/12. El nombre del médico Julio Sacher, que aún atiende pacientes en su consulta particular, figura en el certificado de nacimiento de quien entonces fue llamado Ignacio Hurban, el ahora identificado como Ignacio Guido...

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La juez argentina María Romilda Servini de Cubría, la misma que juzga los crímenes de la dictadura franquista, ordenó este martes que un médico de 74 años que trabajaba en la Policía bonaerense no pueda salir de su país por presunta vinculación con el robo del nieto de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, según publicó el periódico Página/12. El nombre del médico Julio Sacher, que aún atiende pacientes en su consulta particular, figura en el certificado de nacimiento de quien entonces fue llamado Ignacio Hurban, el ahora identificado como Ignacio Guido Montoya Carlotto. En ese documento se decía que Sacher había asistido como profesional en el parto de Ignacio en la ciudad de Olavarría (308 kilómetros al sudoeste de Buenos Aires), en casa del terrateniente Carlos Francisco Aguilar, y que era hijo natural de dos peones rurales que trabajaban y vivían en tierras de este hacendado, Clemente Hurban y Juana Rodríguez.

En realidad, Ignacio nació en el hospital militar de Buenos Aires o en el centro clandestino de detención La Cacha, en La Plata, donde estaba cautiva su verdadera madre, Laura Carlotto, la desaparecida hija de la líder de Abuelas de Plaza de Mayo, según diversos testimonios de detenidos por la última dictadura militar de Argentina (1976-1983) . Su padre era Wilmar Montoya, otro desaparecido. El certificado de nacimiento dice que había nacido el 2 de junio de 1978, pero se presume que Laura Carlotto dio a luz el 26 de aquel mes. Dos días después se labró el acta en cuestión.

El terrateniente Aguilar, pariente de militares, falleció el pasado marzo. Tres meses después, Ignacio festejaba su supuesto cumpleaños cuando descubrió que era adoptado. “El secreto de su historia era guardado fielmente a partir de lo que habría sido un pedido de Aguilar: hasta después de su muerte, nada debía saberse”, escribieron las periodistas Claudia Rafael y Silvana Melo en una investigación que publicaron este domingo en el periódico Miradas al Sur.

El abogado del médico ha dicho que en el acta no figura la firma de su cliente; en cambio, está la del peón quien crió al joven

El médico Sacher, a su vez, ha cerrado su consulta de Olavarría desde que hace dos semanas se conoció la verdadera identidad de Ignacio, que en julio pasado se acercó a Abuelas de Plaza de Mayo para hacerse los análisis de ADN ante la sospecha de que podía ser uno de los 500 bebés hijos de desaparecidas robados por el régimen. Pero el abogado de Sacher ya se ha presentado ante el juzgado de Servini para defender la supuesta inocencia de su cliente, según Página/12. Sucede que en el certificado de nacimiento figura su nombre, pero no su firma. Otra acta del parto en la que podría aparecer se ha extraviado junto otros muchos documentos oficiales en una inundación que sufrió Olavarría en 1980.

Clemente Hurban firmó aquel certificado de nacimiento que ahora se ha descubierto falso. Es previsible que la justicia lo cite a declaración indagatoria como apropiador del niño, dado que ratificó con su rúbrica que Ignacio era su hijo natural. Estela de Carlotto ha admitido a El País que "cualquiera que anota como hijo propio a un chico que no es propio está cometiendo un delito” y hay muchos que por eso acabaron en la cárcel dentro de los 114 casos de nietos recuperados hasta ahora. Pero la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo aclaró que en el robo de Ignacio puede haber “atenuantes” por la “cultura” de Clemente Hurban o la relación con su “patrón”, Aguilar.

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“No quiero que sufran ni que pasen por demasiados traumas, a pesar de que sé que van a tener que declarar y participar de todo este proceso de esclarecimiento”, se refirió este domingo Ignacio a sus supuestos padres en una entrevista con el periódico El Popular, de Olavarría, una ciudad de 89.000 habitantes que vive del campo, la industria cementera y la textil. Ignacio añadió: “En Olavarría hay gente que va a tener que dar muchas explicaciones. Es una ciudad que se ha caracterizado en gran medida por mirar al costado en estas situaciones relacionadas con la dictadura. No solo hay una responsabilidad militar, sino también una gran responsabilidad civil”.

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