Peña Nieto promete transformar México
El nuevo presidente anuncia reformas para pacificar el país y acelerar el crecimiento económico
Enrique Peña Nieto, de 46 años, líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y vencedor en las elecciones del pasado 1 de julio, llamó este sábado a todos los mexicanos a “transformar el país” para construir un “México en paz, con inclusión social y próspero”, que sea una “potencia” y un actor global con voz propia en el mundo del siglo XXI. En su primer mensaje a la nación, tras ser investido presidente por los próximos seis años, anunció una ambiciosa agenda de reformas que elimine los obstáculos –“moveremos todo lo que se tenga que mover”- que impiden el crecimiento de la segunda economía más grande de América Latina. La toma de posesión se produjo entre protestas testimoniales de los diputados de la izquierda y enfrentamientos en las calles entre cientos de jóvenes y policías antidisturbios, que causaron una veintena de heridos. Al acto asistieron, entre otras personalidades extranjeras, el príncipe Felipe, el vicepresidente de EE UU, Joe Biden, y los presidentes de Colombia, Chile, Perú, Ecuador, Guatemala y Costa Rica.
Peña Nieto juró emocionado su cargo en la Cámara de Diputados en el palacio de San Lázaro y acto seguido el presidente saliente, Felipe Calderón, le entregó la banda presidencial. La ceremonia transcurrió sin sobresaltos, más allá de algunos gritos y abucheos, en cualquier caso nada que ver con el vergonzoso espectáculo que México dio al mundo en 2006. Posteriormente, el flamante presidente se trasladó al Palacio Nacional donde tomó juramento a los miembros del nuevo Gobierno, a los que exigió “compromiso, honestidad y pasión por servir a México”.
El nuevo presidente se comprometió a llevar a cabo un “cambio seguro”, que aproveche la “oportunidad histórica” que tiene México para situarse entre las naciones punteras del mundo, “acelerando el crecimiento económico” con una serie de reformas que pongan fin a la desigualdad -“somos un país donde pocos tiene todo”-, y la impunidad -“no habrá seguridad mientras no haya justicia”, y facilite “la competencia en todos los ámbitos”. Peña Nieto aseguró que el suyo será “un Gobierno cercano a la gente, que sabrá escuchar a la sociedad civil” y, sobre todo a los jóvenes, decidido a recuperar la imagen exterior del país.
El líder del PRI anunció 13 medidas para poner a México en movimiento, “rompiendo con los mitos y paradigmas que han impedido el crecimiento” del país. “México exige vivir en paz”, afirmó. “El delito nos se combate solo con la fuerza”, añadió, antes de anunciar un Programa Nacional de Prevención del Delito, que tendrá por objetivo recuperar el tejido social, así como la aplicación inmediata de la Ley de Víctimas que apruebe el Congreso.
Además se comprometió a aprobar una reforma educativa, que establezca nuevas bases para la carrera docente, lo que augura un choque de trenes con Elba Ester Gordillo, líder del Sindicato Nacional de Maestros y un poder fáctico desde hace casi 30 años en el sector de la enseñanza; un plan nacional de infraestructuras y transportes, con especial desarrollo de los trenes de pasajeros, y mayor competencia en el sector de las telecomunicaciones –telefonía, televisión y radio- con la concesión en los próximos meses de dos canales de televisión en abierto.
En el ámbito económico, Peña Nieto anunció un proyecto de ley de Responsabilidad Hacendaria que ponga orden en el endeudamiento de los Estados, altísimo actualmente, así como medidas de austeridad en el gasto público con el objetivo de déficit cero en los presupuestos del año que viene.
También prometió una reforma constitucional para que exista un único Código Penal de aplicación nacional. Actualmente hay 33 códigos diferentes que emiten sentencias distintas para idénticos delitos. Y la puesta en marcha en los próximos 60 días de una Cruzada Nacional contra el Hambre, en la que se quiere involucrar a la sociedad civil y a todos los órdenes de Gobierno, federal, estatal y municipal. Otras medidas fueron un plan de apoyo económico a las madres de familia, garantizándoles la educación de sus hijos aunque no tengan recursos, y la aprobación de una partida presupuestaria para que los mayores de 65 años tengan una pensión, “primer paso de la futura seguridad social universal”.
El viejo partido hegemónico ha vuelto al poder después de 12 años con la intención de dejar atrás un década de resultados mediocres y frustraciones. Peña Nieto dio en su discurso la mejor versión de un PRI renovado, decidido a transformar el país sin ataduras del pasado y con la voluntad de enfrentarse y superar resistencias, incluso las que opongan tradicionales aliados suyos como los sindicatos. “Es tiempo de mover a México”, concluyó Peña Nieto, empecinado en construir una “democracia con resultados”. De momento existe el diagnóstico y la voluntad, para los resultados habrá que esperar.
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