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Construir un nuevo ciudadano Kane: la batalla por quedarse con Hollywood

Los EE UU de Trump intentan activar el ‘poder blando’ a través de Hollywood

Trump es la más genuina imagen del “poder duro” que teorizó Joseph Nye a finales de los años ochenta del siglo pasado. Un país tiene la capacidad de imponer su voluntad a otro de dos maneras extremas: la primera, mediante la fuerza militar, las amenazas, ...

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Trump es la más genuina imagen del “poder duro” que teorizó Joseph Nye a finales de los años ochenta del siglo pasado. Un país tiene la capacidad de imponer su voluntad a otro de dos maneras extremas: la primera, mediante la fuerza militar, las amenazas, las sanciones económicas… (poder duro); la segunda, a través de su influencia cultural (cine, música, idioma…), educacional (becas, calidad de sus universidades), ayuda humanitaria… (poder blando). Nye, profesor de Harvard, sofisticó poco a poco su tesis y habló de una combinación de “poder duro” y “poder blando” que se expresaría bajo el concepto de “poder inteligente”, que dependería del contexto y del país (posiblemente el ejemplo más claro de ese poder inteligente lo representa hoy la China de Xi Jinping).

El actual presidente estadounidense expresa su “poder duro” a través de los aranceles, las expulsiones de emigrantes, los ataques a las lanchas venezolanas en los que no quedan supervivientes, el apoyo al genocidio de Gaza, las tensiones con las universidades de la Ivy League, la exigencia de visados para los ciudadanos europeos, etcétera.

Pero EE UU es mucho más que eso. En los últimos días se ha abierto una gran batalla corporativa que tiene como objetivo apoderarse de una de las joyas de la corona de Hollywood: la Warner Bros. Discovery. Creada en los años veinte por los cuatro hermanos Warner, a través de ella hemos conocido a personajes como Batman, Superman, Harry Potter o el joven Sheldon, allí se han producido o distribuido películas como Casablanca o Ciudadano Kane; la primera, una de las más vistas de la historia y quizá la más mítica; la segunda, considerada por muchos críticos como el mejor filme de todos los tiempos, compitiendo con El padrino. Warner Bros es también la actual propietaria de la televisión por cable CNN, que da noticias 24 horas al día. Cada vez que oye hablar de CNN, Trump tuerce el morro.

Sobre Warner Bros ha caído una tromba de dinero en forma de dos ofertas de adquisición de acciones, de naturaleza distinta. La primera, pacífica, proviene de una de las más grandes plataformas de entretenimiento: Netflix, la N roja, que pretende ante todo comprar los estudios cinematográficos y de televisión de Warner, incluidos los activos de streaming de HBO Max, por valor de unos 70.000 millones de euros. De esta oferta quedarían fuera los canales de cable como CNN, TNT y TBS. La operación no ha gustado mucho a Trump, que inmediatamente ha intervenido con sus opiniones críticas.

Tres días después de ese anuncio, Paramount lanzaba una oferta pública de compra de acciones hostil sobre Warner Bros por valor de más de 90.000 millones de euros. Aquí no habría trozos escindidos, sino que la televisión de cable CNN, por ejemplo, se uniría a la CBS, compañía de televisión en abierto, propiedad de Paramount Skydance. Entretenimiento e información. Detrás de esta última multinacional está, entre otros, el fondo de Jared Kushner, yerno de Trump, y otros vehículos inversores de Arabia Saudí, Abu Dabi y Qatar, que mantienen buenas relaciones con Trump. Los principales propietarios de Paramount son la familia Ellison (el patriarca, Larry, es el segundo hombre más rico del mundo, tras Elon Musk, por el valor de su empresa, Oracle). Con el apoyo de Trump, David Ellison, hijo del anterior y principal ejecutivo de Paramount, se ha hecho hueco en el mundo de la comunicación con un conglomerado de canales de radio, cadenas de televisión, estudios de cine y plataformas de entretenimiento. La marca Paramount es tan mítica en Hollywood como la de Warner Bros.

Quizá lo que salga de algunos de estos matrimonios empresariales sea un nuevo ciudadano Kane, aquel personaje de Orson Welles que representaba al magnate de la información William Randolph Hearst, que ha pasado a la historia por utilizar sus medios de comunicación como instrumento político, que desconfiaba de la Sociedad de Naciones y de los principales países europeos, que era un anticomunista rabioso y fue partidario del partido nazi. ¿A quién les recuerda?

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