Taboo, el ‘Black Eyed Peas’ que lo superó casi todo: “Me volví loco. Ser joven y tener éxito te hace sentir superior al resto”

Hijo de migrantes mexicanos, superviviente del cáncer y adicto en recuperación, Jaime Luis Gomez pasó de adolescente conflictivo y perdido en Los Ángeles a formar un grupo que se ha convertido en uno de los más influyentes del siglo XXI

El rapero Taboo, uno de los tres integrantes del grupo Black Eyed Peas.

Jaime Luis Gomez, conocido como Taboo (Los Ángeles, 47 años), es un tercio de Black Eyed Peas. El rapero y bailarín, de padres mexicanos, llegó a la banda en 1998 pero su ascenso a la fama internacional, junto a la de sus compañeros –entre ellos la cantante Fergie, que ya no forma parte de la formación– no sucedió hasta 2003, con el lanzamiento de un sencillo, ...

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Jaime Luis Gomez, conocido como Taboo (Los Ángeles, 47 años), es un tercio de Black Eyed Peas. El rapero y bailarín, de padres mexicanos, llegó a la banda en 1998 pero su ascenso a la fama internacional, junto a la de sus compañeros –entre ellos la cantante Fergie, que ya no forma parte de la formación– no sucedió hasta 2003, con el lanzamiento de un sencillo, Where is the Love?, que alcanzó el número uno en 15 países (en España se quedó en el dos).

Aquel primer corte de Elephunk (Universal, 2003) fue el punto de partida para que, gracias a éxitos globales como Let’s Get It Started, My Humps, Boom Boom Pow o, sobre todo, la ubicua I Gotta Feeling, Black Eyed Peas se convirtiese en uno de los grupos más exitosos a nivel comercial del siglo XXI. Han vendido, según cifras del propio grupo, 35 millones de discos y 120 millones de sencillos. Hoy se mantienen en un honorable puesto 59 en la lista de artistas más escuchados globalmente en Spotify.

En todo este tiempo, Taboo ha vivido varias vidas. Plasmó su adicción a las drogas en el libro Fallin’ Up y asegura estar sobrio desde 2007. En 2014 le fue diagnosticado un cáncer testicular del que ahora, ocho años después, se encuentra plenamente recuperado. Taboo ha dicho que vivió su tratamiento como si se enfrentase simultáneamente a “una pesadilla, una tortura y una guerra”, pero a día de hoy habla abiertamente sobre su caso para ayudar a otras personas a que no se sientan solas en su batalla. Además, el artista, que es de origen nativo americano por parte de abuela, volvió a conectar con sus raíces durante el tratamiento y hoy el activismo por la población indígena es una de sus pasiones.

Taboo recibe a ICON vía Zoom desde una habitación de hotel de Mónaco, donde Black Eyed Peas va a actuar esa misma noche (iban a hacerlo también en el festival Diversity de Valencia, cancelado días antes de su comienzo). El grupo acaba de lanzar DON’T YOU WORRY (así, en mayúsculas), un nuevo sencillo que cuenta con la colaboración de David Guetta y de Shakira y que habla sobre enfrentarse a la vida con actitud positiva, algo con lo que Taboo se siente irremediablemente identificado después de sus últimas vivencias, a las que suma, por supuesto, la covid. Si alguien encuentra DON’T YOU WORRY muy parecido a su mayor éxito, no se equivoca. “Queríamos conectar con la gente que nos escuchaba hace 13 años, cuando publicamos I Gotta Feeling, pero queríamos hacerlo moderno”, expresa el músico. “Cuando cantamos take a shot, take a shot (“arriésgate” o, literalmente “tómate un chupito”) evocamos esa canción. David Guetta es un gran DJ, y Shakira un icono. Para nosotros trabajar con ellos ha sido un proceso natural”.

Shakira, que ya colaboró con Black Eyed Peas en el éxito de 2021 GIRL LIKE ME y que a ojos de Taboo es “un genio”, se alinea con la explosión de la música dance que se está cociendo actualmente en el pop. “Artistas como Rauw Alejandro o Farruko con Pepas están trayendo este sonido más electrónico”, señala el rapero. “Beyoncé y Drake están haciendo música más dance y house. Es el ciclo de la música. Venimos del trap y ahora pedimos algo diferente. Después de la pandemia, la canción busca transmitir un mensaje positivo y esperanzador. Eso somos Black Eyed Peas”. El disco, cuenta Taboo, traerá más colaboraciones sorprendentes que el artista todavía no puede desvelar.

El rapero Taboo en un retrato promocional.

“Como superviviente de cáncer quería hacer una canción que transmitiese que me siento orgulloso de la vida. Ahora veo la vida con otros ojos. Hace 8 años que mi cáncer remitió. Todavía sufro el trauma de lo que pasé y la música es terapia para mí”.

Es usted miembro de la American Cancer Society y de la Battling Cancer Initiative. ¿Le ayuda ser referente para otras personas? Es muy importante para mí como persona indígena. En la cultura pop no existen muchas voces indígenas. Yo crecí con mi abuela, que era de Jerome, Arizona. Era nativa americana, de la tribu soshonne. Quiero que mi voz sirva para que se hable sobre las maneras en que se puede prevenir el cáncer o sobre la importancia de seguir una dieta saludable. Quiero ayudar a todo el mundo pero, especialmente, a mi comunidad y, sobre todo, a los más jóvenes. Quiero marcar la diferencia, no solo hacer música.

¿Por qué ha afirmado que el cáncer le ayudó a conectar con sus raíces? Se me desinfló el ego. Antes solo estaba preocupado por mi carrera y no escuchaba a mi cuerpo. Me dolía la espalda y no le hacía caso. Era el tumor. Cuando me sometía a quimioterapia pedía a Dios la oportunidad de hacer algo diferente de lo que mi abuela, mi gran inspiración, pudiera estar orgullosa. Ella se desvivía por nuestra cultura, así que me prometí que, si superaba el cáncer, iba a hacer lo mismo. Me propuse acercarme a mi comunidad, hablar con familias, jóvenes y ancianos, y usar mi testimonio para inspirar y motivar a la gente. Es lo que estoy haciendo ahora.

¿Cree que fuese ese ego el que le llevó a la adicción al principio de su carrera? Todo vino muy rápido: la fama, el éxito, el dinero. Cuando eres joven y tienes tanto éxito material crees que existes en un nivel superior al resto. Bebía mucho, tomaba muchas drogas, me volví completamente loco con los estupefacientes y el alcohol. En un punto estaba seguro de que me iba a morir. En 2007 cambié mi vida y ya llevo 16 años sobrio. Estar sobrio es una bendición y, ahora, deseo que mi caso sirva de inspiración a la gente. Quiero usar esta segunda oportunidad que me ha brindado la vida para ayudar a quien más lo necesita. Es muy habitual leer noticias sobre artistas que mueren de sobredosis, pero no lo es tanto leer historias sobre artistas que superan una adicción y que viven una segunda vida. Nunca me he avergonzado de hablar sobre este tema, de hecho, lo hago de buena gana porque tan pronto ayudas a una persona, esta ayuda a otra, y esta a otra y, cuando te das cuenta, sin esperarlo has ayudado a un millón de personas. Este es mi papel en el mundo.

¿Encuentra en su trabajo con Black Eyed Peas espacio para estos mensajes? No quiero que mi discurso individual se infiltre en el de Black Eyed Peas, porque el grupo lo formamos tres personas, cada una con sus propias pasiones. Hace poco tuvimos la oportunidad de actuar para el público indígena en Los Ángeles. En este caso puedo usar mi lugar en Black Eyed Peas para celebrar a la población indígena pero, dentro del grupo, buscamos transmitir otro mensaje. MASTERS OF THE SUN VOL. 1 incluye canciones de contenido social sobre la epidemia del crack, la reforma del sistema penitenciario… En este momento queremos hacer música para el mundo. Respetamos nuestro mercado mundial y nos centramos en traer sensaciones positivas.

Ha estado a pie de cañón en la reserva india Standing Rock, donde se logró paralizar la construcción de un oleoducto. Standing Rock ha sido una parte muy importante de mi proceso curativo. Me ha enseñado a usar mi voz para ayudar al movimiento, no como integrante de Black Eyed Peas, sino como persona indígena que goza de una plataforma y que tiene el poder de llamar la atención hacia una situación tan injusta como es la construcción de un oleoducto en tierra sagrada para la población indígena. Standing Rock también me ha mostrado el modo en que gente tanto nativa como no nativa es capaz de unirse para luchar contra una injusticia. Protestar en la reserva definitivamente me ha enseñado el valor de representar a mi comunidad y de tender una mano a quienes lo necesitan.

¿En qué momento de tu activismo ha tenido a su abuela más presente? La tenía presente todo el tiempo. Durante mis sesiones de quimioterapia tenía visiones de mi abuela en las que esta me decía: “Jimmy, pon las manos en la tierra, conecta con tu gente, con tus raíces, enfócate en las raíces de tus ancestros”. No sé si era la morfina, pero yo sentía a mi abuela conmigo todo el tiempo. Y la siento especialmente cuando actúo sobre el escenario. Ella me animó a ser bailarín y a ser artista, pero también a ser un buen humano.

En Magnificent 7 juntó a varios artistas nativos, y el vídeo de la canción Stand Up/Stand Rock ganó un premio MTV. Quería hacer una canción que trajera optimismo. En Standing Rock la policía repelía a los manifestantes con gases lacrimógenos y con perros que mordían a la gente. Compuse la canción para animar a los activistas a no decaer durante las protestas. Después de lanzar la canción todos los artistas involucrados y yo formamos una gran familia. Mi plan es crear proyectos para escritores indígenas, artistas, productores, ilustradores, animadores… Quiero ser el puente que lleve a todos estos artistas indígenas y latinos a la corriente popular.

¿Por qué has creado dos series animadas, KB & JJ y Journey’s Farm? Yo soy padre y quiero crear proyectos que también inspiren a mis hijos. El trabajo de Black Eyed Peas es para el mundo, pero con las series quiero inspirar a los niños a sentirse orgullosos de sus raíces. De hecho, Journey’s Farm es una serie basada en mi hijo. Hace tiempo escribí un libro, Kids Book About Identity, en el que hablo sobre mi infancia en Los Ángeles y las dificultades que pasé para integrarme en la ciudad. No me sentía ni suficientemente nativo ni suficientemente mexicano. Quería hacer un libro que inspirase a los niños a sentirse orgullosos de donde vienen. Las series tienen el mismo propósito. Mi amigo Kobe Bryant me inspiró a emprender este proyecto. Él no solo era jugador de baloncesto, también hacía documentales, libros para sus hijas, trabajaba en un programa para niños (antes de morir)… Yo quiero hacer lo mismo.

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