Josie: “Los ricos actuales no saben serlo. ¿Cristiano Ronaldo? No sabe”
José Fernández-Pacheco tiene dos apellidos pero no necesita ninguno en televisión: entiende de diseño, de historia, de literatura y ahora, tras hacerse famoso gracias a ‘MasterChef’, acaricia proyectos mucho más ambiciosos.
José Fernández-Pacheco, Josie (Manzanares, Ciudad Real, 40 años) es estilista, showman y celebrity gracias a MasterChef ídem y Zapeando. Es también un hombre con grandes planes, como ahondar su presencia en televisión, empezar el primer volumen de sus memorias o reformar su caserón del siglo XIX en ...
José Fernández-Pacheco, Josie (Manzanares, Ciudad Real, 40 años) es estilista, showman y celebrity gracias a MasterChef ídem y Zapeando. Es también un hombre con grandes planes, como ahondar su presencia en televisión, empezar el primer volumen de sus memorias o reformar su caserón del siglo XIX en La Mancha. También es un torrente de aforismos capaz de mezclar a Charles Dickens con la revista Vogue. Nos hemos citado en su gimnasio, media mañana, zona noble de Madrid. “Vengo todos los días. Luchar contra la edad es una batalla perdida, pero hay que librarla. ¿Sabes que me caí por las escaleras de Embassy y me rompí un brazo? Vengo para recuperar movilidad”.
Aquí coincide, por ejemplo, con un hombre que vende esmeraldas a las famosas en una joyería cercana y va a hacer ejercicio con “unos looks increíbles, con polos de Etro de los años noventa ya relavaos y de colores apagados”. También es compañero de fatigas de Alonso Aznar, hijo del expresidente José María Aznar. “Siempre le digo: ‘Alonso, estás para hacer peras con peras y manzanas y manzanas’. Y se lo toma muy bien. Es un encanto. No se parece ni a [Ana] Botella ni a José María padre, que es más tieso”. En el gimnasio también hacen cardio (“pero con cuidado, o se te queda cara de Abel Antón”) y salen a correr casi a diario (también “con cuidado, que ese tipo de ejercicio al final te aja y si te ajas demasiado eres Abel Antón y si te ajamonas mucho eres Paquirrín”).
El gimnasio no le pega, le digo. Él siempre ha defendido una belleza más Museo del Prado que La isla de las tentaciones. “Sí, pero la languidez fit hay que construirla bien. No es tan fácil como el lánguido decimonónico, que dejaba de comer. Lo de los cachas tipo La isla de las tentaciones cada vez lo veo peor, ¿eh? Cuando el mundo se canse de los músculos, cuando estemos saturados de ver a la gente en bolas y de OnlyFans, podremos redescubrir que la belleza está más allá. ¿Sabes que unos amigos se han comprado un ático aquí al lado con lo que han ganado en OnlyFans? Eran mis vecinos y un día me dijeron que se iban de la comunidad. Me dio mucha pena, porque son simpatiquísimos”.
La conversación vira hacia el dinero y le pregunto si se ha hecho ya rico con el éxito de su primer producto cosmético, llamado Bruma Divina. “Aún no he visto las cuentas, pero ¿qué es ser rico? Seré rico cuando me pueda comprar un pelícano de plata que vi en la exposición de Tornaviaje en el Prado. Es tener tesoros, dar rienda suelta a las colecciones que pide tu imaginación. El rico actual no sabe serlo. ¿Cristiano Ronaldo? No sabe. Quiero abrir una escuela para ricos”.
¿En qué consistiría el temario? Para ser rico bien hay que tener formación de príncipe, amueblar tu cabeza para llevar tu riqueza a buen puerto y a la vez dar rienda suelta a tus fantasías y dejárselas al mundo. Como [Archer] Huntington, por ejemplo, que fundó la Hispanic Society. Lo más, la pera. Llegar a un país desorganizado y lleno de tesoros y reunirlos y potenciarlos. ¿Ese frisaco gigantesco de Sorolla? ¡Maravilloso!
¿Qué provoca el dinero en malas manos? Aburrimiento, cojines feos con cristales e iniciales cutres. Malas lecturas de El Gran Gatsby, en resumen. Eso es lo que veo en las casas de ricos que visito y me digo: ¿pero qué es esto? ¿Quién decora esto? Además, hay mucha gente que engaña a los ricos. ¿Cuántos arquitectos engañarricos conoces tú? Los engañan para redecorar, rehacer, repugnantear. La moda y el estilo de vida se construyen a base de historias y si tú pulsas incorrectamente la tecla historicista y le cuentas mal a alguien la historia de Louis Vuitton se va a comprar lo más feo de Louis Vuitton. A nuestra generación nos lo contaron mejor, sinceramente. ¡Qué malo está este café! Eso es otra cosa que debemos enseñar, cómo hacer un café. Pero primero, la escuela para ricos.
Se curtió usted en revistas de moda como Vanidad, Vogue o Harper’s Bazaar y como colaborador fue casi miembro fundador de esta misma, ICON. ¿las añora? Las redacciones no, pero sí crear productos que la gente pueda disfrutar en papel. En las redacciones se sufre mucho. He visto a gente llorar, gente amargada, unos ataques de ansiedad que ni Ainhoa Arteta en MasterChef. Y piensas: ¿pero por qué está pasando esto aquí? Lo único que hacemos es inspirar, convertir nuestra caspa en confeti. Cuando yo empecé en las revistas, eran la Biblia. Yo entré en una Biblia y salí del Capitán Trueno. Pero tienen que volver, no hay alternativa. Las divas digitales no tienen autoridad. Pocos han sabido leer revistas de moda, hemos pasado páginas de alguna en la playa y punto.
¿Por qué no dirige usted una revista? Tengo demasiados frentes abiertos, soy muy picafleur. La vida tiene que ser un estrés medido y disfrutado. Si quieres vida contemplativa, te vas a la Cartuja de Miraflores. Te vas al Landa en Burgos, intenta no comer morcilla, y luego te coges un taxi y te sube a la Cartuja. Y si ves el taller que tuvo Gil de Siloé en Burgos en el siglo XV es que eso tuvo que ser… fuck to Marte. ¡Los monjes siguen allí, calladitos, haciendo pétalos de rosa! Imagínate las rosaledas.
Justo ahí, hablando de monjes, Josie se lamenta por el devenir del mundo. O, al menos, del suyo. “El cierre de Embassy [histórico salón de té en el centro de Madrid] fue un antes y un después para mí, porque fue el primero de muchos. Luego cerró mi camisero, Hernando, que había resistido dos operaciones de corazón, pero el final de la ley Boyer lo retiró porque de repente le subieron tropecientosmil euros el alquiler. Nunca he tenido camisas más bonitas. Ahora tengo que ir a camiseros varios y enseñarles cómo es el pliegue de un puño. Evangelizar tanto me cuesta un congo. Para almidonar cuello Windsor aquí no hay nada ya. Hasta me planteo que las tintorerías puedan llegar a desaparecer. Si la gente no se arregla y va todo el rato en algodón cutre, ¿qué vas a almidonar? Y a mí me hacen un roto. ¿Meto yo mis trajes de sastre en la lavadora? Me siento un poco como Indiana Jones con la bola detrás y todo evaporándose. Hay un concepto que me interesa muchísimo, muy de Berlanga y de Jaime Chávarri, que es el fin de raza. Esas cosas que tus ojos van a ver pero la siguiente generación ya no. Dentro de diez años ni tintorerías, ni Hernando, ni Embassy. Y las revistas también pueden desaparecer. Pero es que el mundo es así. El otro día estuve en Medina de Rioseco y me pregunté: ¿cómo este lugar perdido podía tener cinco catedrales? Mira [muestra una foto del lugar en su móvil]. Imagínate la maravilla que es esto: tiene un juicio final, tiene un Génesis... En el Génesis, por cierto, te das cuenta de que Adan y Eva eran dos ni-nis”.
Y cuando todo esto en lo que usted cree desaparezca, ¿cuál es su plan? El minimalismo. Si se va todo al traste, nos vestimos con sábanas. Me voy a la Cartuja de Miraflores, que ahí al final siempre vas de Balenciaga. ¿Cómo van los cartujos? De Balenciaga. Haciendo pétalos de rosas. Yo quiero esa vida. Pero solo 15 días, que luego me canso.
Josie defiende otra costumbre poco común en 2021: el apagón total en lo que respecta a su vida privada. Poco se sabe sobre él más allá de lo que él transmite con su verborrea en televisión. “Ser famoso o ser anónimo es una opción y mi opción es, de momento, esta”, explica. “Me interesa mucho el concepto del apagón: de Fedora hasta Mina, esos personajes que desaparecen. Hay personajes en España que están utilizando las revistas del corazón para montarse una vida que ellos creen glamurosa, pero en realidad construyen un personaje e intentan contar una vida de mentira. Yo soy real y no me apetece enseñar ciertas partes de mi vida. Es injusto meter a la gente que te rodea en tu círculo mediático. Tú sales en la tele, pero un día quieres ser Mina y hacer un apagón en Manzanares”.
¿Cómo fue su infancia allí? Nacer en La Mancha, si eres un niño con imaginación y curiosidad, es lo mejor que te puede pasar. Allí hay muchas historias y todo el mundo tiene un sentido del humor muy peculiar. También mala leche, a veces. Aprendes a coleccionar historias y a contarlas tú. Vivíamos en el campo con mi madre y mi madre odia la tele, odia el teléfono, odia que la molesten. ¿Lo que más le gusta? Regar el jardín. No teníamos tele. Los fines de semana iba a casa de mis tías abuelas, la que ahora he heredado, a ver la tele. Una mañana estaba desayunando allí y de repente apareció Sarah Ferguson y mis tías me contaron que se estaba casando con el príncipe [Andrés de Inglaterra] y me describieron el vestido. Y luego, como no tenía tele, pues todo eran revistas. Cualquier documento gráfico que llegase a esa casa yo me lo bebía.
¿Tenía amigos? Tenía amigas. Y era muy líder. Y quien no era mi amigo en ese colegio no era nadie. Si te atrevías a hacerme bullying, te iba a pesar. Yo sí he visto bullying y de todo en clase, pero no hacia mí, sino a un niño adoptado de una familia muy rica y que tenía todo lo que queríamos tener los demás, pero se metían con él por ser negro. Una cosa horrible, imagínate eso en los ochenta. Yo he sido siempre un blanco fácil para meterse conmigo, pero si te metías conmigo la habías cagado. Hay una frase que resume muy bien mi parecer ante los ataques: mátalos con amabilidad. Si cuando te atacan estás con una sonrisa de oreja a oreja y callado, mucho mejor. Lo que ellos quieren es provocarte. Tienes que tener mucha paciencia, claro. Al final esos ataques te hacen más fuerte: matar, no te van a matar, y te hacen paciente, te ayudan a aguantar carros y carretas. Por eso yo me he defendido bien en las revistas cuando había acuchillamientos. Es muy importante proteger a los niños, pero la vida tiene muchos momentos de crueldad. Yo recomiendo a los niños que lean a Dickens, porque es ahí donde están las claves. Tienes que enfrentarte a la vida poco a poco. Pero es preocupante, hoy hay mucha violencia.
La violencia le lleva a hablar de la crispación y lanzar una advertencia: “La moda está muy surrealista. Cuanto más triunfa Schiaparelli, más me echo a temblar. ¡Su éxito en el siglo XX precedió a la Segunda Guerra Mundial! Espero que no repitamos el patrón. Aunque en la guerra mundial yo creo que ya estamos. ¿El apagón de Instagram? ¡Estamos en una cuerda muy floja!”. Josie nunca se ha significado políticamente, pero le encanta que cada cual crea que es de su bando. Es casi ubicuo: “El otro día me preguntaban en ¡Hola! por mis conocidas marquesas, pero una de mis mejores amigas ha militado en el Partido Comunista y es más roja que Negrín. Lo mejor de los noventa es que teníamos lugares donde la gente se mezclaba. Ojalá en mi escuela para ricos pueda lograr eso. Que mi escuela para ricos tendría muchos pobres dentro, ¿eh?”.
Maquillaje: Piti Pastor (Ana Prado) / Agradecimientos: Nave La Mosca
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