Sir Paul Smith, André Ricard y Petra Blaisse: los ganadores de los Madrid Design Festival Awards

El gurú de la moda, el gran diseñador catalán y la creadora textil más arquitectónica recogen los galardones de honor de la octava edición del Madrid Design Festival

Lámpara Tatu diseñada por André Ricard en 1972, uno de los premiados en los MDF 2025.

Rediseñar el mundo, el eslogan del Madrid Design Festival, implica entender que el diseño se encuentra en ámbitos muy distintos, más allá de la tecnología o la decoración. Los Madrid Design Festival Awards, los galardones oficiales del festival, han premiado este año la trayectoria de tres pesos pesados del sector que trabajan en ámbitos tan diversos como la moda, el diseño industrial o los tejidos decorativos: André Ricard, sir Paul Smith y Petra Blaisse. “Enfrentamos los desafíos contemporáneos a través de diversas disciplinas, porque el diseño aborda desde problemas complejos hasta las necesidades creativas de una sociedad en evolución. Eso es precisamente lo que premiamos y eso es lo que los tres premiados de este año demuestran con sus trayectorias, que desde la diferencia abordan los problemas de la sociedad contemporánea. André Ricard define el diseño como la intersección entre funcionalidad y responsabilidad y esto es algo que ha definido no solo su labor, sino la de los otros dos premiados: Petra Blaisse y sir Paul Smith”, apunta Álvaro Marías, director del festival.

Retrato de André Ricard.SALVA LOPEZ

En el caso de André Ricard (Barcelona, 1929), la funcionalidad lo es todo. “El diseño no es hacer las cosas bonitas sino hacerlas mejor que las que ya existían”, declaró a ICON Design, y la obra que ha desarrollado durante décadas es el testimonio más fehaciente de su doctrina. Esa máxima del diseño de hacernos la vida más fácil ha perseguido los proyectos de este diseñador industrial, ensayista y pedagogo desde siempre, con una gran variedad de objetos cotidianos y pioneros en la ética de la utilidad. El padre del diseño español tiene un currículum imponente y, sobre todo, un buen pulado de objetos que forman (y han formado) parte de la vida cotidiana de varias generaciones. Por ejemplo, la batidora minipimer y el exprimidor de Moulinex o su colaboración desde los años sesenta con la firma de perfumes Puig. El mítico frasco de la fragancia Agua Brava que esbozó en 1963 fue uno de sus hitos. Pero el nombre de Ricard quedará grabado en los libros de historia por el diseño de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Barcelona, además del pebetero de la llama olímpica del Musée Olympique de Lausanne (Suiza). En 2016, donó su archivo y biblioteca personal al Museu del Disseny de Barcelona, que contiene objetos tan dispares como una lavadora de 1959, unas pinzas para el hielo o las botellas de detergente Norit. Todos ellos tienen en común, además de proporciones bellas y bien pensadas, una vocación práctica y casi discreta: solo cuando los vemos aislados, en una exposición o un libro, nos damos cuenta de su genialidad. No en vano el documental que le dedicó Poldo Pomés en 2021 se titulaba, precisamente, El diseño invisible. En dicha película el propio Ricard subrayaba esta idea: “Un tornillo Allen es precioso, lo que pasa es que no nos damos cuenta porque lo que funciona bien es tan discreto que no llama la atención”.

Uno de los diseños más imitados en la carrera de André Ricard, la lámpara Tatu diseñada para Santa&Cole.CORTESÍA DE MADRID DESGIN FESTIVAL

La leyenda de la moda británica y una ‘activista’ de los tejidos

Pocos británicos han impactado de forma tan determinante en la moda global como sir Paul Smith. Conocido por un lenguaje propio que se inspira en los clásicos de la etiqueta inglesa para aportarles colorido, flexibilidad y un toque de humor, su visión de la industria ajena a tendencias y modas pasajeras lo ha convertido, durante más de medio siglo, en un nombre imprescindible. “La longevidad está infravalorada en la moda”, declaraba a Miriam Querol en la entrevista concedida para ICON con motivo del Madrid Design Festival. Nacido en 1946 en una pequeña ciudad del condado de Nottinghamshire, dejó su pasión por el ciclismo para explorar el diseño, la moda y la música que empezaba a revolver al país en los años sesenta. Desde la apertura de su primera tienda de Nottingham hasta consolidar su marca homónima como referente del lujo británico, el diseñador atrajo a la avanzadilla cultural de la época que se mantendría como su clientela fiel durante décadas. Entre otros, The Rolling Stones al completo, Eric Clapton, David Bowie o los cineastas franceses François Truffaut y Jean-Luc Godard. “Me di cuenta de que no querían prendas bobas, que llamaran la atención. Eran hombres brillantes, intelectuales y creativos, que querían algo sencillo y clásico, pero con una sorpresa”, declaró en una entrevista a El País Semanal el pasado verano.

El diseñador británico sir Paul Smith.CORTESÍA DE MADRID DESIGN FESTIVAL

Con una firma de moda que Smith subraya como independiente, el británico ha sido reconocido por sus servicios en la moda de su país como Caballero de la Orden del Imperio Británico y Miembro de la Orden de los Compañeros de Honor en 2020. Sir Paul Smith ha sabido también moverse con maestría en el diseño de otras disciplinas como el deporte o la automoción, siendo el socio sastre oficial del Manchester United Football Club y colaborador de numerosos coches para MINI. Este galardón premia también su trayectoria en el diseño industrial, al frente del proyectos como el mobiliario para la empresa italiana De Padova, una cápsula de lámparas junto a Anglepoise, el diseño de los maillots del Giro de Italia o ediciones limitadas de cámaras Leica o relojes Braun. Más allá de su labor como diseñador, a lo largo de las décadas Smith ha demostrado una intuición infalible a la hora de detectar nuevas tendencias en producto o decoración, y fue pionero a la hora de introducir, en su tienda londinense, gadgets traídos desde Japón o los primeros aparatos de su amigo James Dyson. Su olfato para entender las necesidades de un mundo cambiante, en el fondo, es la clave de su longevidad. “Sigo haciendo ropa que la gente quiera ponerse porque le gusta, no la que creen que deben vestir porque simboliza algo”.

Para Petra Blaisse (Londres, 1955), la tercera premiada en los MDF Awards 2025, las telas pueden mover el mundo. “Una cortina puede ser una proclama política”, declaró esta diseñadora asentada en Holanda en una de sus primeras entrevistas a este periódico, manifestando el poder del diseño textil sobre disciplinas en apariencia inconexas como el paisaje o el urbanismo. En su entrevista para ICON con motivo del Madrid Design Festival reafirmaba esta idea: “Nuestros grandes cortinajes no son solo objetos funcionales. Son personalidades que entran o salen de un espacio, que se mueven a distintas velocidades y direcciones, que crean espacios, cambian acústicas, regulan la luz, el clima, las vistas y las perspectivas”. Su contribución a finales de los años ochenta a la silueta inesperada y accesible de los edificios que firmó el estudio OMA la catapultó como un referente internacional en las nuevas vanguardias arquitectónicas.

Diseñadora principal del estudio Inside Outside que fundó en 1991, desde sus comienzos ha desdibujado los límites entre el diseño de interiores y exteriores con la arquitectura y el paisajismo en espacios como parques públicos y jardines. Este galardón premia una vocación transdisciplinar a lo largo de tres décadas que ha promovido tanto en su faceta como diseñadora independiente como para instituciones culturales, entre otras, el Stedelijk Museum de Ámsterdam. Y también una filosofía del diseño enormemente inspiradora, entendida como “mejorar el mundo y hacer que la gente viva más feliz”.

La diseñadora y paisajista Petra Blaisse.STEFF NAGEL

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