Xavi Calvo: “El diseño está tan arraigado en el patrimonio valenciano como las bandas de música”
El director de la capitalidad y de la Fundació de Disseny de la Comunitat Valenciana aborda el presente y el futuro del urbanismo en la ciudad tras haber sido capital mundial del diseño
En una escena de Valencia 22: City of Design, el documental que se ha estrenado recientemente en Filmin sobre el año de Valencia como capital mundial del diseño, Xavi Calvo, director de la capitalidad y de la Fundació de Disseny de la Comunitat Valenciana, explica que a los va...
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En una escena de Valencia 22: City of Design, el documental que se ha estrenado recientemente en Filmin sobre el año de Valencia como capital mundial del diseño, Xavi Calvo, director de la capitalidad y de la Fundació de Disseny de la Comunitat Valenciana, explica que a los valencianos conseguir ese reconocimiento les sirvió de “terapia” para darse cuenta de lo buenos que han sido siempre en diseño. “Los artesanos falleros, nuestra robusta industria del mueble o los juguetes ya lo demostraban pero, como en general ocurre en España, la gente asociaba el diseño al lujo y a los diseñadores estrellas, así que no se daba cuenta de ello”, afirma Xavi Calvo durante una conversación telefónica. “Nuestro objetivo primordial durante la capitalidad fue normalizar el diseño y que se entendiera que es algo que está presente en nuestro día a día. Creo que lo conseguimos. Ahora los valencianos hablan de diseño como algo cotidiano, y lo cierto es que es un tema que les interesa bastante más”.
Así lo concluye el primer informe de impacto que, coincidiendo con el estreno del documental, ha presentado la Fundació del Disseny, constituida para seguir promoviendo el diseño en Valencia tras el final de la capitalidad.
Elaborado por un equipo de investigación de la Universitat de Valencia con el economista Pau Rausell-Köster como coordinador, el estudio estima a partir de más de 10.000 encuestas que, entre abril de 2021 y diciembre de 2022, el interés por el diseño de los valencianos creció de un 6,73 a un 7,13 en una escala sobre 10. Eso colocó al diseño en el segundo puesto de un ranking de intereses culturales en el que solo lo supera la música (7,7), situándose por encima del cine o el teatro. “Solo hay que darse un paseo por las calles valencianas, llenas de nombres de oficios y de gremios de artesanía, para entender que el diseño está tan arraigado en el patrimonio valenciano como las bandas de música. Faltaba contar bien que, aunque no siempre lo llamáramos así, el diseño forma parte de nuestro ADN”, afirma Calvo.
Al mismo tiempo, las más de 300 exposiciones, conferencias, talleres, y congresos que se celebraron a lo largo de 2022 hicieron que la opinión pública valenciana se volviera más crítica y concienciada con el diseño, o al menos eso deduce el informe a partir de otro de los datos de las encuestas: en contra de lo que se había previsto, la satisfacción de los valencianos con la calidad de Valencia como “ciudad cómoda” empeoró durante la Capital Mundial del Diseño.
“La gente se ha vuelto más crítica con todo lo que tiene que ver con el diseño, pero creo que eso demuestra algo bueno, que es que en la ciudadanía ha calado la idea de que no se trata de algo frívolo o accesorio, sino que tiene que ver con cosas como el urbanismo o el patrimonio. Los ciudadanos se ven como consumidores de diseño y por eso lo critican, igual que critican las películas que ven”, afirma Calvo. “También ha ocurrido que el diseño y la capitalidad se han convertido en argumentos para el debate político. Se vio hace unos meses con las quejas que surgieron por unos carteles hechos con inteligencia artificial [uno de la Generalitat Valenciana con unos niños con el rostro licuado y otro municipal inspirado en las pinturas de Sorolla pero bastante fallido]. Hubo quienes dijeron: ¿pero cómo puede ser que Valencia, que ha sido capital mundial del diseño, permita esta cartelería tan horrenda?”.
El incremento de entre 29,9 y 35,1 millones de euros de la riqueza neta de los valencianos que se calcula que generaron los 5,2 millones de la financiación pública, o la mejora en casi 25 millones que tuvo el valor asociado a la marca de Valencia, son otros de los datos más destacados de un informe que, dos años después, la Fundació del Disseny ha elaborado para cumplir con el requisito de medición de impacto que impuso entre otros deberes la World Design Organization (ente que promueve este proyecto). Se espera además que estos datos animen al sector público valenciano a seguir apostando por el diseño, sobre todo teniendo en cuenta que la Fundació necesita su apoyo para que algunos de los proyectos que se pusieron en marcha en 2022 tengan el desarrollo esperado. “En realidad no tendremos una imagen del todo completa del impacto de la capitalidad hasta dentro de una década. Es lo que ha ocurrido en Helsinki: fue capital mundial del diseño en 2012, pero muchos resultados no se han empezado a ver de verdad hasta ahora”, asegura Xavi Calvo.
Está aún por ver qué ocurre con el pabellón Àgora València, construido en la plaza del Ayuntamiento para servir tanto de símbolo de la capitalidad como de escenario de muchas de las actividades del programa. En un principio, estaba prevista su reubicación en la Marina de Valencia para seguir funcionando allí tras el final la celebración de la capital mundial del diseño. Sin embargo, el pabellón lleva un año desmontado en un almacén. Según Calvo, esta situación se debe a la liquidación de la entidad encargada de gestionar la Marina (el Consorcio Valencia 2007): “Hasta que no haya un nuevo ente que gestione toda esa zona del puerto no se solucionará lo ocurrido con el pabellón. Y francamente, no creo que lo más les preocupe a los responsables de esa nueva entidad sea el Àgora sino todo lo relacionado con la lámina de agua, las instalaciones, el personal, etcétera”.
Tampoco está claro todavía el recorrido que tendrá el que fue otro de los puntales de la capitalidad, el Consell Municipal del Disseny, un órgano consultivo pionero en España formado por profesionales del sector con el cometido de asesorar al ayuntamiento valenciano sobre diseño. Creado durante la capitalidad, este consejo externo e independiente elaboró un primer informe antes de las elecciones valencianas del año pasado. Pero, tal y como confirma Xavi Calvo, el nuevo ayuntamiento de Valencia (gobernado por el Partido Popular con Vox) todavía no lo ha convocado. “La alcaldesa [María José Catalá] nos trasladó su deseo de hacerlo, pero están valorando en qué términos y la posibilidad de modificar su composición para que también entren otros perfiles”, explica.
Aquel primer informe del consejo municipal (La ciudad deseada) hacía un diagnóstico sobre el diseño de Valencia centrado en áreas relacionadas con el urbanismo que, en los últimos meses, protagonizan buena parte del debate político entre el gobierno valenciano y la oposición. Es el caso, por ejemplo, del urbanismo táctico, empleado por el anterior equipo de gobierno para señalar la reducción del tráfico o la peatonalización de la que fue la primera “supermanzana” de la ciudad. Catalá calificó estas intervenciones temporales de “despilfarro táctico” en su etapa en la oposición. Ya como alcaldesa, declaró que ella no haría más “supermanzanas” (dijo preferir “hacer una plaza en condiciones” a una “pintada en el suelo”), aunque su equipo ha seguido usando elementos del urbanismo táctico como los maceteros para señalizar otras actuaciones (por ejemplo nuevas paradas de autobús) que ahora desde la oposición critican a su vez.
“El problema del urbanismo táctico es que los ciudadanos no siempre entienden que los elementos que se usan para señalizar esos cambios de uso del espacio urbano son provisionales”, opina Xavi Calvo. Precisamente, ese desconocimiento de la gente facilita que el urbanismo táctico suela acabar politizándose, un asunto que, según añade Calvo, trató el Consell en las distintas sesiones que llegó a celebrar. “En el informe se proponía armonizar y redefinir todos esos elementos desde un punto de vista semántico para que sea más sencillo entender los usos propuestos y su provisionalidad. También se destacaba que, puesto que son provisionales, estos elementos de urbanismo táctico serían una buena base para introducir el co-diseño [que los ciudadanos participen en el proceso de diseño], ahora que está en auge”.
Según Calvo, el informe La ciudad deseada también avalaba las actuaciones que se habían llevado a cabo en los últimos años desde el ayuntamiento en relación a la red de carriles bici o la peatonalización de las plazas. A finales de 2022, esos esfuerzos dieron como resultado el nombramiento de Valencia como Capital Verde Europea 2024 por parte de la Comisión Europea, un nuevo logro para la ciudad que, sin embargo, una parte de la opinión pública considera que ha ensombrecido el cambio en el gobierno local. Así, por ejemplo, hace unas semanas la alcaldesa de Valencia y el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible se enfrentaron en las redes sociales por los carriles bici: según Óscar Puente, el ayuntamiento los había suprimido en algunas calles, mientras que Catalá lo negó y defiende que solo los está rediseñando.
“No todas esas actuaciones que fueron tan positivas para Valencia se han revertido, pero en cualquier caso sería bueno que el Consell de Disseny vuelva a convocarse y sea el órgano que evalúe estos temas”, defiende Xavi Calvo. “De hecho, nuestro objetivo es que el Consell acabe recibiendo tantas solicitudes de informes que al final el ayuntamiento se dé cuenta de que lo mejor es contar no ya con un consejo externo, sino con una oficina de diseño propia que tenga el poder de ejecutar proyectos desde dentro”.
La referencia de Calvo y la Fundació en este sentido es Helsinki, donde tras ser capital mundial del diseño el ayuntamiento se convirtió en uno de los primeros del mundo en contar con una jefa de diseño (ahora Hannah Harris) que, con el apoyo de un departamento interno especializado en este campo, es quien supervisa todo lo relativo al diseño. “Una de las cosas que hace la oficina de diseño de Helsinki es usar todo el big data que recoge el ayuntamiento para decidir desde dónde es mejor colocar contenedores a dónde hay que abrir colegios. Es transversal a todas las áreas del ayuntamiento”.
Más éxito ha tenido por ahora la candidatura de Valencia a formar parte de la Red de Ciudades Creativas de la Unesco. El proyecto fue iniciado en el marco de la Capital Mundial del Diseño 2022 por el equipo del exalcalde Joan Ribó (Compromís) pero, como explica Xavi Calvo, el nuevo ayuntamiento valenciano lo avaló y finalmente, en octubre del año pasado, la Unesco incorporó la ciudad a esa red en la categoría de diseño. “Que el Consell Municipal del Disseny continuara convocándose, y que ese proyecto con la Unesco siguiera adelante, eran los dos puntos que me parecían más importantes para valorar si toda la labor institucional que se hizo en el capitalidad iba a sobrevivir al cambio de gobierno. El apoyo del nuevo equipo del ayuntamiento a esta segunda iniciativa me da muchas esperanzas: pase lo que pase, Valencia ya es Ciudad del Diseño”.
Según explica, dicho nombramiento supone que desde ahora Valencia participará en los distintos congresos y encuentros que organiza la Unesco cada año para promover la cooperación internacional entre las ciudades que se identifican el diseño como un factor estratégico para su desarrollo (desde Detroit a Seúl o Bilbao), algo que cree que “ayudará a seguir mejorando el posicionamiento de Valencia como ciudad de diseño a nivel internacional”.
La propia Fundació del Disseny va a empezar a colaborar con un grupo de trabajo de esa red dedicado a la labor de “mapear” el ecosistema de diseño que existe en las ciudades (es decir, el tejido de archivos, escuelas, fundaciones, o asociaciones de diseñadores o artesanos) y que, según Calvo, tan rico y amplio demostró ser en la capitalidad que ha sido siempre en Valencia.
Al margen de este proyecto, la Fundació ha programado otras actividades para este año como una nueva edición del Valencia Design Fest, que volverá a celebrarse en septiembre, o el congreso sobre moda sostenible Future of Fashion. La Fundació participará además en la World Design Capital 2024, repartida esta vez entre San Diego y Tijuana. El objetivo último: que Valencia no desaproveche aquel ejercicio de amor propio que llevó a cabo en 2022 para convertirse en referente mundial del diseño.