Sandra Bullock cumple 60 años: luces y sombras de la novia más discreta de América

La reina de la comedia romántica prefiere otro género: “Me gusta la acción”. Se avergüenza de algunos de sus éxitos: “Ojalá no hubiese hecho nunca esa película”. Y cree no ser merecedora de su primer y único Oscar: “No soy digna”. Así ha contado su vida la estrella que nunca buscó serlo

Sandra Bullock en la presentación de 'La Ciudad Perdida' el 21 de marzo de 2022, en Los Ángeles (California, EE UU).Axelle/Bauer-Griffin (FilmMagic)

Hacer un recorrido por los acontecimientos más destacados de la vida de Sandra Bullock no es una tarea sencilla. La actriz cumple este viernes 60 años y su estricta discreción e introversión la han convertido, en sus cuatro décadas de carrera, en una completa desconocida incluso para sus más acérrimos fans. Pocas actrices (por no decir ninguna) merecedoras de nóminas cercanas a los 15 millones de dólares por película, y que hayan liderado en varias ocasiones la lista de las mejores pagadas del cine en la revista Forbes, pueden permitirse el anonimato elegido del que ha gozado la intérprete.

En su vida privada puede que sea diferente: “Todo el mundo dice que soy ruidosa, y que me gusta meterme en la vida de los demás, pero... bueno sí, creo que soy tal cual”, confesó durante una entrevista para la revista estadounidense Wired el pasado 2023. De cara a la galería no tiene perfil en redes sociales, no se deja ver en las semanas de la moda internacional, no es carne de publicistas, y mucho menos de paparazis. De hecho, de las únicas veces que ha protagonizado titulares en los tabloides fue con su devastador divorcio de Jesse James en 2010: “Casada con un monstruo”; “El peor día de la vida de Sandra”; “Confrontación explosiva”. Pero de eso ella tiene la conciencia muy tranquila.

Aunque el peso de la fama no se lo haya permitido del todo, puede que esta manía de pasar desapercibida le venga desde la infancia. Sandra Bullock siempre sintió una profunda pasión por la interpretación. Su padre, profesor de ópera, viajó por toda Europa de la mano de su esposa y sus dos hijas. La pequeña Bullock nunca tuvo miedo escénico. A los cinco años ya cantaba para uno de los coros que su padre entrenaba. Estudió música y danza mientras conocía los teatros clásicos más importantes del Viejo Continente. Pero no fue suficiente y se acabó graduando en Artes escénicas a su vuelta a Washington D. C, su ciudad natal. En sus años de pubertad, y como ella ha compartido en algunas entrevistas, su madre no fue especialmente benevolente: “Mi madre fue muy estricta. No me dejó salir con chicos hasta los 18 años. Ni citas, ni estar en un coche con ellos. Solo me dejó ir en dos ocasiones y me llamaba cada 20 minutos”, relataba durante una entrevista en 2013. Quizá explique su carácter introvertido.

Después de hacer sus primeros pinitos en el cine con pequeños papeles a finales de la década de los ochenta (reemplazó a Lori Petty como la pareja de Sylvester Stallone en la película de acción Demolition Man), alcanzó la fama con Speed: Máxima Potencia en 1994, considerada como una de las mejores películas de acción de la historia del cine, de la mano de Keanu Reeves, con el que todavía mantiene una estrecha y resistente relación de amistad. “Antes de morir, antes de dejar este planeta, estoy convencida de que Keanu y yo necesitamos hacer algo más delante de una cámara. Aunque estemos en silla de ruedas o con andadores. O en patinetes en Disneyland”, dijo la actriz con motivo del 30 aniversario del éxito global. El filme recaudó 350 millones de dólares (322 millones de euros en la conversión actual), y colocó a Bullock como una de las actrices más cotizadas de Hollywood.

Sandra Bullock durante una las campañas de promoción de su por entonces nueva película 'Speed', en Santa Mónica (California, EE UU), en junio de 1994.Ron Gallela (Ron Galella Collection / Getty)

A pesar de ese gran éxito, la propia Bullock ha confesado que el papel que menos le gustó interpretar fue el de la segunda parte de la película, Speed 2: Cruise Control, estrenada en 1997, tan solo tres años después de la primera entrega: “Hay una película que todavía me avergüenza, Speed 2. Siempre he sido muy honesta al respecto. ¡No tiene sentido! ¿Un barco muy lento acercándose muy lentamente hacia una isla? Ojalá no hubiese hecho esa película”. La ganadora de un Oscar no está sola en esto. Speed 2 está universalmente considerada una de las peores películas de acción de la historia y a las críticas salvajes se sumó el fracaso en taquilla (tal vez provocado por ausencia de Keanu Reeves). Cuando un periodista le explicó que a él le había gustado, Bullock preguntó con humor: “¿Estabas drogado?”. “Tenía 12 años”, dijo el reportero. “Ahí tienes la explicación”, remató la actriz.

Este carácter sarcástico es propio de la intérprete. Su espontaneidad inconsciente la ha llevado a meterse en algunos líos, pero en su mayoría, le ha servido para transmitir confianza y sinceridad. Bullock advirtió públicamente a sus directores y productores que no contaran con ella para hacer un musical: “No actuaré en un musical. No soy una cantante. La gente no quiere verme en un musical. Los odio. Conozco mis límites”. También ha confesado que odia actuar en comedias románticas, a pesar de ser protagonista en algunas de mucho éxito, como la conocidísima Amor con preaviso (2002), en la que interpreta a la abogada del empresario más pesado de todo el continente americano (Hugh Grant); o La Proposición (2009), junto a Ryan Reynolds, que también fue un éxito en las salas de cine. “No me gustan las comedias, me gusta la acción”, aseguró en una entrevista para Efe en 2009, cuando llego a España para promocionar este último filme. Curiosamente, en la misma entrevista también que reveló que “odia” a Penelópe Cruz: “¿Cómo se puede ser tan bella y tan buena actriz?”, bromeó.

George Clooney y Sandra Bullock firman autógrafos durante la presentación de su nuevo filme, 'Gravity', en Venecia (Italia), en agosto de 2013.Andreas Rentz (Getty Images)

Este atrevimiento y desparpajo llevó a la actriz a ser una de las pioneras en denunciar el sexismo en la industria mucho antes de que el movimiento #MeToo gozara de popularidad entre la opinión pública, llegando incluso a plantearse renunciar a su carrera. “Tuve un alumbramiento en el que me di cuenta de que me trataban mal solo por tener vagina”, lamentó en una ocasión.

Muchos críticos coinciden en que Hollywood no siempre ha tratado bien a una de sus actrices más versátiles. En 2010, se hizo con un Oscar por Un sueño posible (2009), pero no fue de su agrado. Ese mismo año, compitió con intérpretes de renombre como Meryl Streep o Helen Mirren, pero la actriz nunca se ha sentido merecedora del galardón. En uno de sus alardes de honestidad, llego a declarar que no se sentía digna de la estatuilla ganada: “Así que pensé, voy a pasarme el resto de mi vida haciéndome merecedora de ella”, confesó. En 2013, volvió al teatro Dolby de Los Ángeles, esta vez nominada por Gravity, su mejor película según la crítica. Todas las miradas quedaron fijadas en la actriz, pero finalmente quedó en un simple anhelo. Para ella, en cambio, el filme supuso un renacimiento personal y profesional: “No es por el tipo de papeles que puedan llegar, sino por algo más personal. Con Gravity ha renacido mi ilusión por hacer cine”, revelaba en conversación con este periódico en 2013.

Sandra Bullock recoge su primer y único premio Oscar en marzo de 2010, en Los Ángeles (California).Kevin Winter (Getty Images)

Una tormentosa vida amorosa

Sandra Bullock es conocida como una de las reinas de la comedia romántica, pero su vida amorosa poco se parece a una de estas películas. En las últimas décadas, su vida ha estado marcada por la adversidad y las novedades. Se ha divorciado, se ha convertido en madre y su último novio, el fotógrafo Bryan Randall, falleció de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) hace un año. En 2005, contrajo matrimonio con el empresario Jesse James, con el que esperó más de cuatro años para adoptar a su hijo Louis. La actriz decidió mantenerlo en la más estricta discreción hasta que pasaran los premios Oscar de 2010, cuando se alzó con la estatuilla. Entonces su vida se quebró por completo. Dedicó el reconocimiento a sus compañeras nominadas, pero también a sus padres por “haberle entrenado para ser una artista”, y a su marido, con el que por entonces cumplía cinco años de matrimonio.

Semanas más tarde, anunció su estreno como madre a los 50, pero también su divorcio. El destino quiso que justo en ese momento explotara el escándalo de su marido y sus supuestas infidelidades a través de una entrevista que dio una de las amantes de James, la modelo Michelle McGee (la primera de muchas). Ha confesado que fue un proceso de duelo muy duro para ella: “No sabía cómo procesar el dolor sin lastimar a mi hijo recién nacido. Aunque sean pequeños, ellos asumen todo el dolor. Entonces mi obligación fue prestarle toda la atención y no manchar el primer año de su vida con dolor”, confesó la actriz hace un año en una entrevista para el canal de televisión estadounidense CBS. No debió de ayudar mucho que el hombre que había elegido como compañero se excusara afirmando que “la infidelidad es simplemente parte de la vida”. El divorcio fue largo y devastador para la salud mental de Bullock.

Sandra Bullock y su entonces marido, Jesse James, fotografiados en Los Ángeles (California), en febrero de 2010, poco antes de anunciar su divorcio.Christopher Polk

La novia de América decidió por su propio pie alejarse del cine y centrarse en sus dos hijos adoptados (Louis, en 2010; y Laila, en 2015). “No quiero sentirme como me siento ahora cuando estoy frente a una cámara. Solo quiero estar en casa”, confirmo también en la entrevista con la CBS: “Y no sé cuanto tiempo será. No le debo nada a ningún productor. Simplemente me encantaría limpiar mi sotano. No quiero trabajar solo para rellenar un vacío”. En la última década ha rodado algunas películas destacables. En 2018, su éxito A Ciegas se convirtió durante tres años en la película con más visualizaciones de Netflix, un logro absoluto en la era del streaming. A pesar de desaparecer continuamente del mapa, sus películas siguen siendo exitazos en las salas del mundo. Quizá por eso: porque la única forma de reencontrase con Bullock es pagando una entrada de cine.

Aun así, la propia actriz es a veces su peor enemigo: “Soy mi peor crítico, nunca me gusta nada de lo que hago”. Los críticos la alaban en masa. Sobre todo, por su versatilidad ante cámara: “Cuando alguien me pregunta si quiero ver una película de Liam Neeson o una película de Jennifer Aniston, sé lo que me voy a encontrar. Pero ese no es su caso. Si me preguntan si quiero ver una película de Sandra Bullock lo único que sé es que Sandra Bullock saldrá en ella”, explica Shea Serrano, crítico de cine en el diario estadounidense The New York Times en The Ringer.

A la izquierda, Sandra Bullock y Matthew McConaughey. A la derecha, Sandra Bullock y Ryan Gosling.Jim Smeal / Ron Galella Collection / Getty

Ningún amante del cine duda de las capacidades que Sanda Bullock posee como actriz o como madre, siempre preocupada por la intimidad y el honor de sus hijos: “Da miedo pensar que cuando tu hermoso hijo crezca y se convierta en hombre, alguien no lo va a tratar como tú lo tratas simplemente por el color de su piel. Me rompe el corazón”, revelaba en una entrevista para el programa de Jada Pinkett Smith, Red Table Talk, en diciembre de 2021. Siempre ha sido bien considerada también como pareja. A finales de los noventa mantuvo una relación de cuatro años con Matthew McConaughey. Pocos años más tarde, tuvo una relación de más de un año con Ryan Gosling tras conocerse en el rodaje de Asesinato...1-2-3. Gosling, 16 años más joven, declaró que ha tenido “dos de las mejores novias del mundo ―en referencia a Bullock y Rachel McAdams―. Todavía no he conocido a nadie que pueda alcanzarlas”, confesó.

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