María Bravo, la empresaria de la agenda de oro: “A los famosos les digo que si no vienen a la gala Global Gift no les consigo trabajo”
La malagueña, expareja de Bruce Willis, y la actriz Eva Longoria se alían cada año para celebrar uno de los eventos del verano en Marbella, una gala que este 21 de julio reunirá a 300 personas entre las que se espera a la princesa Beatrice D’Orleans, Amaury Nolasco, Carlos Sobera, Bernd Schuster o Lidia Santos
Apenas levanta un palmo del suelo y Lolita no para de gruñir. Tiene rizos blancos que parecen de algodón, pero ladra con rencor cuando las visitas truncan su tranquilidad. También lo hace para defender de su territorio, que no es otro que el despacho de María Bravo (Málaga, 1967), empresaria de éxito con una agenda repleta de contactos de celebrities de verdad, de nombres que trabajan en Hollywood, actúan en los mejores escenarios del mundo o pisan los campos de fútbol más legendarios. “Mis clientes son mis amigos”, asegura. Y muchos de ellos acuden a su llamada para participar en las galas solidarias impulsadas por la Fundación Global Gift, que creó junto a Alina Peralta y Eva Longoria en 2013. La próxima será este domingo en Marbella. Dónde si no.
Sus oficinas se esconden en Nueva Andalucía, cerca de Puerto Banús. Es una zona donde se mezcla el lujo de vehículos Lamborghini y Ferrari con la sencillez veraniega de las buganvillas. A la hora del desayuno huele a café y tostadas. Son aromas que sobrevuelan una conversación en la que salen a relucir nombres como los de Cristiano Ronaldo, Ricky Martin, Antonio Banderas o George Clooney, con el que Bravo estuvo hace días en Roma durante un trabajo para Nescafé. Muchos otros posan junto a ella en Instagram, donde se le ve acompañada de Kylian Mbappé, Andy García, Luis Fonsi, David y Victoria Beckham, Nicky Jam o Adrien Brody. Con muchos trabaja en su agencia Maupy Worlwide, que creó en 2005. “Veía que Hollywood no tenía conexión con Europa o Asia”, recuerda, por lo que quiso tender puentes. La iniciativa nació en Los Ángeles, ciudad en la que Bravo ha residido durante 33 años hasta que en la pandemia regresó a su tierra, donde vive con su pareja, el decorador Nicolás Escámez. “Marbella me da muchísima paz”, subraya quien tiene hasta una plaza a su nombre en la localidad donde pasó buena parte de su infancia y juventud, Estepona, donde estudió FP.
La vida de Bravo ha dado muchas vueltas. Relata con una sonrisa cuando trabajaba como bailarina en hoteles de la Costa del Sol y un día vio sentado en primera fila a un canadiense guapo, con ojos verdes que no podía dejar de mirar. Esa misma noche le conoció y al día siguiente rompió con su novio, con el que estaba comprometida. Seis meses después se casó en Toronto y luego viajaron a Estados Unidos, donde la malagueña trabajó como corredora de bolsa y viajó por medio mundo. Luego su marido murió de manera repentina y ella volvió a España, a Madrid, con su agencia de marketing. Entonces, en 1999, conoció a Bruce Willis y el amor le llevó de nuevo a cruzar el charco. En Los Ángeles convivió con el actor tres años y se hizo hueco entre las caras conocidas de Hollywood. Más tarde se casó con Jean Dousset —biznieto de Louis Cartier— y el matrimonio duró nueve años.
En 2004 ella misma participaba en el rodaje de Carlita’s Secret, obra protagonizada por Eva Longoria. “La película era horrible, pero me regaló una amistad para toda la vida”, subraya Bravo. Ambas empezaron entonces a participar como voluntarias en el hospital The Children’s Hospital (Los Ángeles) donde ejercían de intérpretes entre médicos y familias latinas cuyos hijos estaban siendo tratados en oncología. De allí surgió la idea de crear galas que pudieran ayudar a más personas. Longoria saltó al estrellato poco después cuando empezó a protagonizar la serie Mujeres desesperadas. “Vimos que había mucho potencial porque la prensa mostraba interés en todo lo que ella hacía, así que dimos el salto internacional”, recuerda la empresaria. Hicieron eventos en París de la mano del exjugador de baloncesto Tony Parker —entonces marido de Longoria— y en Marbella lanzaron la cena benéfica Starlite junto a Antonio Banderas. Fue antes de que el evento se convirtiera en el festival que es hoy, con el que Bravo no quiere tener nada que ver. “Entonces era una gala benéfica, ahora es un negocio”, aclara sobre el proyecto que actualmente lidera Sandra García-Sanjuán.
Proyectos solidarios
En 2012 dio un paso adelante con Eva Longoria —a la que convenció para que también comprara casa en Marbella— y juntas crearon la Global Gift Foundation y las galas Global Gift. La de este fin de semana será la número 12 que se celebra en la Costa del Sol, pero cada año hay una decena en ciudades como Ginebra, Tokio, Abu Dhabi, París o Londres. También en Dubái —es la que más dinero recauda— y Marbella, que para Bravo es “la que tiene más corazón”. Gracias a su trayectoria, tiene una agenda que vale oro. De ahí saca los contactos de las personalidades que la acompañan. “Llamo y les pido el favor, pero también les digo que si no vienen no les consigo trabajo”, dice entre risas. “Aquí no cobran nada”, dice ya más seria. “Ni los artistas, ni las celebridades, ni nadie. Si acaso les cubrimos algunos gastos”, señala.
La de este fin de semana, que se celebrará en el hotel Meliá don Pepe tendrá a María Bravo y Eva Longoria como anfitrionas, cuenta con las actuaciones de Navajita Plateá y The Gipsy Kings y estará presentada por Eva Pedraza, Vicky Martín Berrocal y Tom Urquhart. Entre sus 300 invitados estarán la princesa Beatrice D’Orleans, Amaury Nolasco, Carlos Sobera, Bernd Schuster o la modelo Lidia Santos. Todos disfrutarán de una cena preparada por los chefs Iñigo Urrechu, Víctor Carracedo y Andrés Moreno. También podrán pujar por obras de artistas como Jaime Monge, Auguste o Elena Ksanti.
Su participación ayudará a financiar proyectos propios como dos orfanatos en Vietnam donde asisten a 120 niños o dos casas de acogida en Nueva Delhi (India) en los que ayudan a 1.200 menores. También Casa Ángeles, espacio nacido en 2021 en Marbella. Allí cuenta con 30 terapeutas que desarrollan distintas actividades y terapias con 500 niños con necesidades especiales y sus familias, además de desarrollar campamentos de verano inclusivos. Las recaudaciones de las galas también se destinan a proyectos locales en los países donde se celebran y a proyectos como los que impulsa la Eva Longoria Foundation o Eva’s Heroes. “Es muy importante conectar: la unión con la persona adecuada hace la fuerza y se consiguen muchas cosas”, apunta quien, cuenta, se levanta cada mañana con la sensación de estar cumpliendo un sueño. “Intenté durante muchos años tener hijos y no lo conseguí. Ahora lo he entendido: si hubiera tenido hijos no podría estar ayudando ahora a tanta gente”, asegura quien no descarta seguir haciendo cine. “Eva siempre me lo dice cuando hace alguna serie, pero nunca tengo tiempo. Siempre digo que no porque no tengo tiempo. Lo haré cuando pueda, pero tiene que ser algo que merezca la pena”, sentencia.