Memorias de ‘Shangay’ y Alaska
Si me llamaron a participar en la galería de retratos homenaje a la cantante organizados por una revista no me enteré y no insistieron. Hay que entender el mensaje. No puedes estar en todas partes. No hace falta. La vida sigue orgullosa
El jueves noche, inaugurando la semana del Orgullo, Alfonso Llopart, José Mola y yo presentamos Memorias de Shangay, libro que repasa 30 años de historia LGTBIQ+ en España. Unas memorias ilustradas, tan históricas como íntimas, que son retrato de una generación. María José Cantudo y Sofía Cristo Rey asistieron. Y Sofía...
El jueves noche, inaugurando la semana del Orgullo, Alfonso Llopart, José Mola y yo presentamos Memorias de Shangay, libro que repasa 30 años de historia LGTBIQ+ en España. Unas memorias ilustradas, tan históricas como íntimas, que son retrato de una generación. María José Cantudo y Sofía Cristo Rey asistieron. Y Sofía nos anunció que su madre, Bárbara Rey, pese a ser portada en otra revista, actuará el día 29 de junio en una fiesta. “¡A las tres de la mañana!”. Entre tanta excitación, los autores revisitaron los vericuetos y leyendas de la publicación que potenció referentes actuales de la cultura del Orgullo con una sucesión de portadas pop que rivalizaron, a su manera, con ¡Hola!. Llopart contó que la revista nació de la necesidad de hacer un “fanzine para los habituales de sus fiestas domingueras que eran un tea dance en una disco llamada China Club”. Yo, en cambio, aproveché para reclamar el que hayan afeado mi pluma, etiquetándola como “un estereotipo del que no conseguimos salir”, y que es tan real como la vida misma, pero no encajaba en su línea editorial. Los autores celebraron que creara un poquito de polémica. En realidad, lo que quería era llamar la atención sobre algo más actual: el despliegue de bolsos caros en la graduación de Irene Urdangarin.
En esa graduación, se pasearon tanto el orgullo como la satisfacción. Orgullo de estar y de llevar un bolso bueno y satisfacción por la industria del lujo que han conseguido edificar. Y una clara demostración de que las cosas marchan bien para la nueva generación real. O sea, hay herencia. La propia Irene, combinó un Chanel, que intuimos de histórico linaje, con prendas de Zara, saliendo del carísimo hotel Four Seasons Des Bergues de Ginebra. Ella puede. También su prima Victoria Federica, puede, aunque por ser demasiado influencer vive en la espiral de todo nuevo, nada vintage. Y en este tiempo, tan contradictorio, lo vintage gana a lo nuevo igual que la piedra pisa el papel. En cualquier caso, la operación bolso disimuló las tensiones entre los Urdangarin y los Borbón. Mientras, en el entramado de primos Borbones, Irene ha sabido postularse como una nueva darling, avalada por el sector más emérito.
Quizás, esta salida del armario de bolsos Chanel, Dior, Hermès, en la etapa final del divorcio de los exduques de Palma puede interpretarse como un guiño lujoso, una simpática acotación de que la visita a Ginebra es necesaria, sienta bien y favorece la economía circular entre Emiratos y España.
Otras cosas con menos músculo financiero pero felices son también noticia. Como las banderas LGTBI+, que este año en Londres engalanan sus calles más comerciales, Regent Street por ejemplo. “¡Cómo es de bonito!”, suspiraba una escritora en la presentación del libro de Llopart, quien como activista y emprendedor, pidió “salir a la calle, subir a las carrozas porque es la fiesta de Madrid y no vamos a perder un centímetro de lo conquistado”.
A unos centímetros de allí, Alaska celebró su nueva década en compañía de la revista Vanity Fair y de su marido Mario Vaquerizo. El mío se vistió estival y elegante y acudimos a agradecer esos años subidos a la noria de su Disneyland del Amor, que suena algo cursi, pero, como mi pluma, es verdad. La cantante asume su cumpleaños con una reunión de amigos y personalidades, una especie de RAE del variopinto talento local. Mezcla de supervivientes, amigos y novedades. Alejandro Amenábar y Valeria Vega fueron mis darlings este año. Bibiana Fernández, Félix Sabroso y Juan Gatti, férreos defensores de la amistad longeva, también fueron incluidos en la galería de retratos homenaje organizados por la revista. El doctor Enrique Monereo es el que mejor posa. Si me llamaron a participar, no me enteré y no insistieron. Hay que entender el mensaje. No puedes estar en todas partes. No hace falta. La vida sigue orgullosa.