May Pang, la novia de John Lennon consentida por Yoko Ono, lo cuenta todo sobre su ‘affaire’
Un nuevo documental protagonizado por la exasistente del matrimonio narra la relación orquestada por la artista japonesa para su marido. A pesar de que él bautizó el noviazgo como “el fin de semana perdido”, este duró 18 meses y mantuvieron la amistad hasta su asesinato
Un día de verano de 1973, Yoko Ono entró al despacho de su asistente personal, también la de su marido. Era una joven de 22 años llamada May Pang, y Yoko Ono le dijo: “May, tengo que hablar contigo. John y yo no estamos en nuestro mejor momento. Él va a empezar a salir con otra gente. Sé que tú estás soltera y sé que no andas detrás de John, pero necesitas un novio y creo que serías buena para él”. Pang, hija de inmigrantes chinos propietarios de una lavandería y criada...
Un día de verano de 1973, Yoko Ono entró al despacho de su asistente personal, también la de su marido. Era una joven de 22 años llamada May Pang, y Yoko Ono le dijo: “May, tengo que hablar contigo. John y yo no estamos en nuestro mejor momento. Él va a empezar a salir con otra gente. Sé que tú estás soltera y sé que no andas detrás de John, pero necesitas un novio y creo que serías buena para él”. Pang, hija de inmigrantes chinos propietarios de una lavandería y criada en el barrio de Harlem (Nueva York), había entrado a trabajar con tan solo 19 años en Apple Records, un sello discográfico fundado en 1968 como división de Apple Corps, el conglomerado que aglutinaba los intereses personales y artísticos de The Beatles. Poco después, comenzó a dedicarse en exclusiva a la pareja, de quienes estaba pendiente prácticamente las 24 horas del día: “Una jornada normal consistía en prepararles café, abrir el correo o telefonear a Andy Warhol o Jackie Onassis. Cada día era una sorpresa”, reveló en una entrevista. Ante la proposición de su jefa, Pang se quedó estupefacta: “¿Cómo? ¿Estás loca? ¡No puedo hacer eso! Es mi jefe. ¡Es tu marido!”.
Ahora May Pang, de 72 años, toma la palabra en un documental de próximo estreno, titulado The Lost Weekend (el fin de semana perdido), que alude al nombre con el que John Lennon bautizó a su affaire que, sin embargo, duró 18 meses. El nombre es una referencia a una película de 1945 dirigida por Billy Wilder, que en España se tradujo como Días sin huella, y que cuenta la historia de un escritor alcohólico que, debido a su adicción, perjudica a todo su entorno. En el documental, Pang cuenta su versión de lo ocurrido y cómo, a través de Yoko Ono, vivió su primera historia de amor: “Tenía 23 años y mi primer novio fue John Lennon”.
John Lennon y Yoko Ono se habían casado cuatro años antes, el 20 de marzo de 1969 en Gibraltar. Un año más tarde, en 1970, los Beatles se disolvieron y los seguidores de la banda pronto culparon a Yoko Ono de aquella decisión. El acoso de la prensa y los fans fue brutal, especialmente hacia ella, quien parecía representar el colmo de todos los males por ser mujer, y para más inri, extranjera. Aunque lo cierto es que Yoko nunca fue la causa de la separación de los Beatles, sino un elemento más en el desgaste del grupo más famoso del mundo. Fue Lennon, cansado más que ningún otro miembro de ser un beatle, el que buscó una salida y la encontró en Yoko Ono. Y ambos construyeron una nueva asociación, a medio camino entre la creación sentimental y la artística, que se supo posicionar en la vanguardia creativa de la época. En 1971 pusieron tierra de por medio y dejaron Londres para iniciar una nueva vida en Nueva York.
Cuatro años después de su boda, la relación no estaba en su mejor momento. La pareja se acababa de mudar al emblemático edificio Dakota de Manhattan en cuya entrada principal John Lennon sería asesinado siete años más tarde. El matrimonio comenzó a tener problemas. Su crisis sentimental era, también, una crisis artística y creativa. Yoko Ono era perfectamente consciente de lo que sucedía, tal y como reveló en una entrevista en The Telegraph en 2012: “Estábamos arruinando nuestras carreras. La gente me odiaba, y odiaba a John por mi culpa”.
Las inseguridades de Lennon como exbeatle forjándose una carrera en solitario se tradujeron en un aumento del consumo de alcohol y en un comportamiento cada vez más celoso, obsesivo y manipulador con Ono. Algunos de los detalles de esta época incluyen la obligación de Yoko Ono de que él la acompañara cada vez que iba al cuarto de baño, una exageración de comportamientos anteriores, como la necesidad por parte de Lennon de que la artista japonesa estuviera siempre presente, incluso en el estudio de grabación con los Beatles, lo que sería uno de los motivos de cisma de la banda y algo de lo que se culpabilizó exclusivamente a Ono, a la que se tachó de entrometida. También incluyen numerosas infidelidades por parte de él, una de ellas, ocurrida en una fiesta donde su mujer estaba presente.
Yoko Ono necesitaba un tiempo alejada de John Lennon, y se le ocurrió la estrategia perfecta: que otra mujer cuidase de él. “Pensé que era mejor darle un descanso. Y yo necesitaba descansar. May Pang era una mujer muy inteligente, atractiva y extremadamente eficiente. Pensé que sería una buena opción”, reveló ella misma en la entrevista en The Telegraph. En aquella época, escribió una canción dedicada a Lennon titulada I Want My Love to Rest Tonight (quiero que mi amor descanse esta noche).
‘The Lost Weekend’
“No sabía adónde me llevaría”, ha reconocido May Pang en una entrevista en la edición de esta semana de la revista People. “Yo pensaba, ‘¿qué pasará?’. Estaba contenta con mi trabajo de asistente. [Pero] él seguía diciendo: ‘No sé adónde nos llevará esto, pero demos el salto”. Y lo dieron, a pesar de las reticencias iniciales de ella, iniciando una aventura amorosa que duraría 18 meses, desde 1973 hasta 1975, cuando John Lennon y Yoko Ono volvieron a estar juntos.
May Pang no ejerció el papel de amante, sino de novia en pleno derecho. Durante un tiempo, incluso convivieron juntos, viviendo a medio camino entre Nueva York y Los Ángeles. En California vivieron en una enorme mansión donde, según contaba la leyenda, tuvieron lugar los encuentros entre John F. Kennedy y Marilyn Monroe. Juntos acudieron a numerosas fiestas con amigos, entre los que se encontraban Ringo Starr (quien, según admite Pang, era realmente su beatle preferido desde que era adolescente porque le encantaban sus ojos azules), Elton John, Harry Nilsson o Mick Jagger. “John era una persona interesante. Realmente amaba todo y quería explorar”, recuerda Pang en la entrevista con People. “Le encantaba levantarse, tomar su café por la mañana. Le encantaban los panqueques de arándanos, le encantaba nadar. Era simplemente una persona increíble que quería descubrir cosas”. Los dos también compartieron la pasión de él por la música, “era lo que más amaba”, e incluso pasaron tiempo tocando con los excompañeros de los Beatles Paul McCartney y George Harrison. “George dijo una vez: ‘Estoy tan feliz de que estés con John’, y fue muy amable de su parte decirme eso”, recuerda.
Durante todo este tiempo, Pang decidió documentarlo todo a través de su cámara, trabajo que terminaría recogido en un libro que publicó en 2008 titulado Instamatic Karma. También logró que John recuperase la relación que había perdido con su hijo Julian, fruto de su primer matrimonio con Cynthia Powell. En su libro, se pueden ver imágenes de la pareja con el niño en Disneylandia. Powell reconoció más adelante lo agradecida que se sentía con Pang por haber propiciado el reencuentro entre padre e hijo.
Sin embargo, no era oro todo lo que relucía. A principios de 1974, Lennon vivía prácticamente alcoholizado y sus juergas con el músico Harry Nilsson protagonizaban constantemente las portadas de los diarios. Según sus biógrafos, aquella fue una etapa oscura en la vida del músico, asolado por la depresión, en la época en que tuvo que firmar los últimos papeles que lo unían a los Beatles. Y Yoko Ono estaba siempre presente. Le llamaba con frecuencia, a veces, más de 15 veces cada día. En 1974, Yoko Ono le pidió el divorcio y John Lennon lo aceptó. Pero nunca llegó a producirse. Pang cuenta en la entrevista de People que cree que el entusiasmo del artista por poner fin a su segundo matrimonio tomó a Ono por sorpresa y fue el catalizador detrás de su deseo de poner fin a su “fin de semana perdido” y recuperar a su esposo. Él estaba tratando de dejar de fumar y Ono le dijo que conocía a un hipnotizador. Pang asegura que “sabía” que las cosas habían terminado cuando Lennon volvió a ver a Ono. “Simplemente, lo sabes”, asegura. “No era el mismo cuando volvió”.
La relación terminó de una forma similar a como empezó. “Yoko no se dio cuenta de que lo nuestro iba a convertirse en una historia de amor. Ella creyó que sería cosa de dos semanas”, explica Pang en el documental. Un buen día, recibió una llamada de Ono: “Estoy pensando en volver con John”. Pang, de nuevo estupefacta, dijo: “¿Qué?”. Yoko Ono respondió: “Creo que ya es hora”.
Pang dice que no tuvo sensación de cierre, como tampoco tuvo ningún tipo de poder en el inicio. Durante años, siguieron viéndose: “Venía a verme en secreto, me decía que todavía me quería. Me decía cosas muy íntimas y sentía que todavía había algo. Aquello le estaba carcomiendo. Lo nuestro no había terminado”. Fueron amigos hasta el 8 de diciembre de 1980, el día en que él murió.