Salma Hayek siempre quiso hacer comedias, pero la consideraban “demasiado sexy” para ello
La actriz, de 56 años, ha concedido una entrevista a la revista ‘GQ’ donde habla del encasillamiento que ha vivido durante buena parte de su carrera: “No solo no se te permitía ser inteligente, sino que tampoco se te permitía ser graciosa en los años noventa″
Este 2023 será un buen año para Salma Hayek. Al menos, en lo profesional. La actriz, de 56 años y nacida en Coatzacoalcos (México), coprotagoniza, junto a Channing Tatum, la tercera entrega de la exitosa saga Magic Mike, las películas que narran las aventuras de un bailarín erótico que busca cumplir el sueño americano. La tercera película vuelve a estar dirigida por Steven Soderbergh y se titula, a mo...
Este 2023 será un buen año para Salma Hayek. Al menos, en lo profesional. La actriz, de 56 años y nacida en Coatzacoalcos (México), coprotagoniza, junto a Channing Tatum, la tercera entrega de la exitosa saga Magic Mike, las películas que narran las aventuras de un bailarín erótico que busca cumplir el sueño americano. La tercera película vuelve a estar dirigida por Steven Soderbergh y se titula, a modo de cierre, Magic Mike’s Last Dance. También protagonizará el drama Without Blood, dirigido por Angelina Jolie y basado en la obra homónima del escritor italiano Alessandro Baricco. Por estos dos motivos, la actriz ha recibido en el salón de su casa en Bel Air (Los Ángeles, California) a la periodista Olivia Pym de la revista GQ, con la que se ha sincerado, sin pelos en la lengua, sobre el mayor hándicap al que se ha enfrentado a lo largo de su carrera: ser demasiado sexy.
Aunque ya era una actriz reconocida en su país natal, en Estados Unidos y en el resto del mundo se dio a conocer por su trabajo en Abierto hasta el amanecer (1996), una historia de vampiros ambientada en un local de striptease en Texas, donde dos hermanos fugitivos (George Clooney y Quentin Tarantino) se esconden de la policía en su ruta hacia México. En la película, Salma Hayek interpreta a una bailarina erótica que se transforma en vampiro después de realizar un sensual baile con una serpiente sobre sus hombros. Una escena que pronto se convirtió en icónica, marcando la carrera de Hayek en los años venideros al convertirla en uno de los grandes mitos eróticos de los años noventa: “Era un papel muy pequeño, pero, para mi sorpresa, la gente recuerda mucho ese momento”, recuerda ahora la actriz.
A partir de ese momento, Hayek explica cómo comenzó a recibir propuestas para volver a interpretar a strippers, una y otra vez. Apareció en las listas de las mujeres más sexies y en las de las más bellas del planeta. Y comenzó a interpretar a personajes sexys e identificados como “exóticos”, como Rita Escobar en Wild, Wild West, Carolina en El mexicano o Sara Sandoval en Bandidas, junto a Penélope Cruz: “Me encasillaron durante mucho tiempo”, confiesa la actriz, “toda mi vida quise hacer comedias y la gente no me daba comedias. No pude conseguir un papel cómico hasta que conocí a Adam Sandler, quien me puso en una comedia [Niños grandes, 2010], ¡y yo ya tenía cuarenta y tantos!”. La actriz cuenta que le dijeron: “Eres sexy, así que no puedes tener sentido del humor”. Y se lamenta sobre aquellos tiempos: “No solo no se te permitía ser inteligente, tampoco se te permitía ser graciosa en los noventa”. La intérprete reconoce que, en aquel momento, aquel encasillamiento le produjo mucha tristeza: “Estaba triste. Pero aquí estoy ahora haciendo todos los géneros, en un momento de mi vida en el que me dijeron que ya no trabajaría, que estaría fuera de la industria. Así que no estoy triste, no estoy enfadada. Ahora me río”.
Salma Hayek ha trabajado duro para cambiar el rumbo de su carrera, tanto dentro como fuera de la pantalla. Fue en el año 2002 cuando se embarcó en un proyecto personal que la llevaría a obtener una nominación al Oscar, la película Frida, donde daba vida a la pintora Frida Kahlo, una figura con la que la actriz llevaba obsesionada desde que era una adolescente. Como productora, además de protagonista, de la cinta, tuvo un papel importante en el desarrollo de la misma, contactando directamente con los familiares de Kahlo y consiguiendo los derechos de algunas de sus obras. En ese proceso, también contactó con Harvey Weinstein, por entonces jefe de Miramax, que aceptó coproducir la película.
“Harvey Weinstein fue un cinéfilo apasionado, un temerario, un mecenas del talento en el cine, un padre cariñoso y un monstruo. Durante años, fue mi monstruo”, escribió la actriz en un artículo publicado en 2017 en The New York Times, con el que se sumó a los testimonios de otras intérpretes que habían revelado los abusos sexuales que intentó o consumó uno de los productores legendarios de Hollywood, cuyo nombre es hoy sinónimo de depredador sexual en serie. Hayek explicó en su texto que no había querido hablar antes porque no consideraba su voz importante después de que tantas personalidades hubieran contado su experiencia y porque llevaba años omitiendo detalles a sus íntimos. Su relato no se centraba tanto en lo que le pasó cuando estuvo a solas con Weinstein, sino en describir con detalle cómo se inicia y desarrolla una situación de acoso entre un hombre poderoso y una aspirante a actriz y productora. Según su escrito, una vez que empezó la relación profesional con Weinstein, el productor hizo de su vida un calvario, tratando de obtener favores sexuales a cambio de su implicación en el proyecto.
Finalmente, la película sobre Frida Kahlo se estrenó, fue un éxito de crítica y le valió a Weinstein seis nominaciones al Oscar, de los que ganó dos (Mejor maquillaje y Mejor banda sonora). Salma Hayek terminó su relato con una reflexión: “¿Por qué tantas de nosotras, artistas, mujeres, tenemos que ir a la guerra para poder contar nuestras historias cuando tenemos tanto que ofrecer? ¿Por qué tenemos que pelear con uñas y dientes para mantener la dignidad? Creo que es porque, como mujeres, hemos sido devaluadas artísticamente hasta un nivel de indecencia, hasta el punto de que la industria del cine ha dejado de esforzarse por averiguar qué quiere ver el público femenino y qué historias queremos contar”.
Además de involucrarse en cuestiones feministas, como el movimiento Me Too, también ha luchado por otras causas sociales, como la presencia de latinos en Hollywood. En una entrevista de promoción de la película de Marvel, Eternals (2021), donde interpreta al personaje de Ajax, reconoció emocionada la importancia de verse en pantalla, como latina, con un disfraz de superheroína: “Vi mi cara morena en el traje de superhéroe, y al ver mi cara, vi tu cara, vi mi cara de niña, que tuvo que tener tanto valor para soñar en grande. Vi la cara de todas las niñas. Me di cuenta de que se había abierto una puerta donde yo no estaba sola, sino que en ese traje íbamos todos los latinos juntos, que hemos esperado tanto este momento”, dijo Hayek en una entrevista con el programa Despierta América, de la cadena Univisión.
Con su papel en Magic Mike, la mujer que se dio a conocer por hacer un baile erótico en pantalla siente que se cierra un círculo al ser ahora la mujer que ve bailar a strippers masculinos. Ser considerada “la chica sexy”, ya no le preocupa: “Estoy en un momento de mi vida en el que creo que mi sexualidad ya no es lo único que se aprecia sobre mí”, explica en GQ, “pero si lo fuera, no me importaría, porque he construido suficiente respeto a mi alrededor por parte de las personas que realmente importan que me siento vista más allá de eso”.