Y la docuserie sustituyó a la autobiografía: por qué los famosos se lanzan a contar sus vidas
A medio camino entre la telerrealidad y el documental, estas producciones son protagonizadas por estrellas de la música, el deporte o las redes sociales. Para ellos es su mejor campaña de publicidad, y una de las claves de su éxito se debe al interés creciente del público por las historias reales
Estamos más cerca que nunca de la vida de los famosos. En la era de las redes sociales, cualquier persona con acceso a internet puede adentrarse virtualmente en el armario de una de las hermanas Kardashian o ser testigo de los ...
Estamos más cerca que nunca de la vida de los famosos. En la era de las redes sociales, cualquier persona con acceso a internet puede adentrarse virtualmente en el armario de una de las hermanas Kardashian o ser testigo de los arrumacos que Jennifer Lopez y Ben Affleck comparten con el mundo. A través de esta ventana digital uno puede sentirse más próximo a sus ídolos y creer que los conoce mejor, además de vislumbrar una realidad que está a años luz de la vida de cualquier persona corriente. Y ese interés insaciable de saber siempre más —¿qué piensan? ¿cómo viven? ¿cuáles son sus preocupaciones?— es una de las razones del éxito de los programas de telerrealidad y de los documentales (o docuseries, cuando se emiten por capítulos) protagonizados por celebridades. Los ejemplos se cuentan por decenas. 2022 terminaba con el cacareado documental de Enrique y Meghan, emitido en Netflix. Y 2023 arranca con dos platos fuertes: el documental de tres horas de Pamela Anderson y el anuncio de la segunda temporada del reality de Georgina Rodríguez, que se estrena en marzo (ambos en la misma plataforma).
“Es una tendencia mundial que existe hace tiempo”, explica Gloria Saló, directora de consultoría de producción y contenidos en el Gabinete de Estudios de Comunicación Audiovisual (Geca), que matiza que “al haber tantas pantallas, con la llegada de las plataformas se pueden producir muchos más contenidos. Es decir, el auge de estos personajes viene de ahí, de que hay muchas más posibilidades de producir contenido”. Las temáticas son variadas y abordan ámbitos tan diversos como la música (Taylor Swift, Omar Montes o Amaia son algunos de los artistas con documental propio) o el deporte (David Beckham ha sido el último en sumarse y prepara docuserie junto a Netflix).
En España, también hay tirón entre las estrellas de la crónica social. Soy Georgina, la docuserie de Netflix producida por Komodo Studio con Georgina Rodríguez como protagonista, alcanzó la tercera posición global dentro de la plataforma en la primera semana de su estreno. Además, se mantuvo entre los 10 programas más vistos a nivel mundial durante tres semanas consecutivas, datos que han avalado la confirmación de una segunda temporada. Con Tamara Falcó: La Marquesa, lanzado el pasado agosto, la plataforma revalidó su apuesta dentro de la categoría. En este tipo de formatos híbridos, a medio camino entre el reality y el documental, el personaje no solo se pone delante de la cámara, sino que se involucra en todas las etapas. Es decir, el famoso, o en estos casos famosas, forma parte activa de todo el proceso, incluyendo el contenido, el tono, el guion...
“El grado de participación de los personajes es total, desde la preproducción trabajamos mano a mano ya que estamos contando sus vidas y nadie mejor que ellos para hacerlo”, detalla Javier Tomás, de Komodo Studio y productor de los realities de Georgina Rodríguez y Tamara Falcó. Y subraya la “libertad” absoluta que han tenido a la hora de crear su serie. “En este sentido, contamos con personas cercanas al personaje para que nos asesoren en ciertos aspectos de sus vidas que nosotros quizá desconozcamos”, apunta. Hay que tener presente que este tipo de producciones, a diferencia del documental tradicional, ofrecen una visión limitada del personaje. Básicamente, se transmite la imagen que la celebridad busca proyectar, y no otra.
De una pantalla a otra
El mundo de las redes sociales se ha convertido en los últimos tiempos en una cantera de lo más fructífera a la hora de buscar perfiles que protagonicen su propio documental o reality. La italiana Chiara Ferragni triunfó en 2019 con Unposted (Prime Video), un documental sobre su salto a la fama y a la industria de la moda. Funcionó tan bien que en 2021 la plataforma lanzó The Ferragnez, centrado esta vez en la vida familiar de la empresaria. En Estados Unidos, la estrella de la generación Z Charli D’Amelio ya ha grabado dos temporadas de The D’Amelio Show (Disney+). Y en España, la tiktoker Lola Lolita y su hermana Sofía Surferss acaban de estrenar Las reinas de TikTok en Prime Video. En esa misma plataforma se puede ver Dulceida al desnudo, la docuserie de Aida Domènech, una de las primeras influencers que triunfaron en España. Domènech trabajó de manera estrecha con el equipo y asegura que estuvo “muy involucrada desde el principio”. Familiares, amigos y compañeros de profesión comparten testimonios personales para ayudar a entender la vida de Dulceida detrás de la pantalla. “Quería que fuera lo más real posible, que fuera dinámico y, sobre todo, que fuera entretenido para las personas que iban a verlo. He tenido mucha suerte porque me han permitido involucrarme en todo el proceso y he podido tomar decisiones junto al equipo de rodaje”, comenta a EL PAÍS la empresaria y creadora de contenido.
El público a quien se dirigen estos productos audiovisuales no son exclusivamente sus fans, aunque no hace falta decir que cuanto más famosa sea la celebridad, mayor audiencia se cosechará. Como sostiene Gloria Saló, esta es una de las claves del éxito del formato: “Al tratarse de personajes famosos, de sobra conocidos, ya tienes una parte hecha de cara a la promoción de interés de los espectadores”. Los seguidores son, por supuesto, un público agradecido, pero el desafío está en captar la atención de aquellas personas ajenas al personaje. Aida Domènech, de 33 años, explica que en el caso de su docuserie se realizó “pensando en poder explicar qué es lo que hay detrás del trabajo de una influencer”. “Y cómo en mi caso”, continúa la barcelonesa, “lo compagino con mi día a día. Es un contenido que se pensó para todo el mundo, fans y gente que no me conoce. Siempre tuvimos muy presente que lo viera quien lo viera pudiera disfrutar de un buen documental, ese era nuestro objetivo común”.
Otro aspecto detrás de la popularidad creciente del formato tiene que ver con el componente de realidad de lo que se cuenta. La celebridad “va a contar su historia”, dice Saló. Y prosigue: “Son historias reales, y una de las grandes tendencias que hay ahora mismo es el tema de la realidad”. “El que algo esté basado en hechos reales llama la atención del espectador. La otra pata de la tendencia de la realidad es el biopic, se están produciendo muchísimas ficciones en las cuales se cuenta la vida de personajes conocidos”, reflexiona.
Desde que la familia Kardashian y, antes de ellos, los Osbourne revolucionaron la telerrealidad de comienzos de siglo con una mezcla perfecta de excentricidad, controversia, drama y comedia (intencionada o no), las posibilidades se han multiplicado. El documental, docuserie o reality protagonizado por famosos contenta a todas las partes. Por un lado, a las plataformas ávidas de audiencia. Por otro, a la celebridad que encuentra en estos contenidos su mejor campaña publicitaria. La tendencia seguirá creciendo en 2023, con nombres como Robbie Williams o Pamela Anderson dispuestos a contar su historia en primera persona en proyectos que se estrenarán en los próximos meses. La clásica autobiografía con sello celebrity se presenta ahora en formato audiovisual.