Albóndigas alternativas
Por insólito que parezca, hay gente a la que no le gusta ni el ajo y ni la cebolla. No sólo crudos, sino en ninguna de sus formas. Ni siquiera en las salsas. Cómo subsisten en España estos extraños individuos me resulta de lo más intrigante: es como vivir en Italia sin pasta o en China sin arroz.
Dada mi gran sensibilidad con las minorías oprimidas, el otro día decidí preparar una receta española tan clásica como las albóndigas sin estos dos ingredientes. El reto era lograr un guiso igual de sabroso que el original, tarea complicada teniendo en cuenta los poderes mágicos del ajo y la cebolla para potenciar cualquier salsorra o carne picada. Tomé el camino fácil: preparé el sofrito con dos verduras poderosas -apio, puerro-, y la carne la sazoné con hierbas -albahaca y perejil- y un poco de ralladura de limón.
No sé si el resultado superó a las almóndigas de toda la vida, pero les dieron un giro interesante. Y todos los que las comieron rebañaron el plato con pan.
Dificultad: Para moñas.
Ingredientes
Para 4 personas
Albóndigas
- 500 g de carne picada (3/4 partes de ternera y 1/4 parte de cerdo)
- 1 rebanada de pan de hogaza
- 1 cucharada de albahaca picada
- 1 cucharada de perejil picado
- 1 limón
- Leche
- Harina
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra
Salsa
- 1 rama de apio sin las hojas
- 1 puerro grande
- 200 g de tomate natural triturado
- 200 ml de vino blanco
- 200 ml de caldo de pollo
- Aceite de oliva
- Sal