Comer rico, sano y sin hacer dieta: lecturas para aprender a hacerlo
Estos libros, algunos nuevos en las librerías y otros convertidos en clásicos, dan claves para tener una vida culinaria armónica con energía
“Dejar el estómago lleno al 80% significa dejar de comer antes de sentir que uno va a explotar, algo que beneficiará su cintura y su bienestar”. Así comienza el libro Cocina Asiática. 100 recetas Itsu bajas en calorías para una vida sana y feliz. El libro, editado por Omega, tiene ya unos años en nuestras librerías, pero es uno de los mejores recetarios para aquellos que quieren comenzar a tomarse en serio eso de comer bien y bajar un poquito de peso después de las vacaciones. Los autores, Julian Metcalfe y Blanche Vaughan, son los propietarios del primer local Eat Beautiful de la cadena de comida rápida y sana del mundo Pret a Manger. El recetario ha contado con la colaboración de una nutricionista, Ángela Dowden, que se ha encargado de medir las cantidades para poder asegurar que “cada receta tiene menos de 300 calorías por ración”. Algunas de sus ideas son el potsu de pollo a la parrilla con fideos y caldo vietnamita, los barquitos de ensalada de filete teriyaki o la ensalada de vieiras con pimiento picante, cebolleta y ajo, por ejemplo.
En esta línea, la de entender el acto de comer como una filosofía, una manera de adquirir energía y vitalidad, late en una de las últimas novedades que ha llegado a la librería: Alimenta tu vitalidad, de Gemma Hortet. Un ensayo, reflexivo y analítico, que busca demostrar que sentirse joven a cualquier edad es una cuestión de buena nutrición. “La principal herramienta que uso para elevar la vitalidad de las personas a las que ayudo en consulta es la nutrición energética. Se trata de una disciplina muy completa y holística que toca todos los planos del ser humano y que huye de las tendencias dietéticas y de la idea de los superalimentos, entre otras cosas”, escribe la autora, a lo que añade con rotundidad: “No somos lo que comemos, sino lo que digerimos”.
Comer bien sin perder la cabeza es quizá el grito de guerra de la periodista inglesa Diana Henry en su libro El Arte de Comer Bien. Cuando lo delicioso se encuentra con lo sano (editado por Salamandra Fun&food). “No soy una fanática de la nutrición. Pensar en los alimentos sólo en términos de salud —por lo que aportan y no por lo deliciosos que son— es una fuente de ansiedad para todos, y nos impulsa a comprar cosas que no necesitamos”, escribe la autora al comienzo de este libro que traza un recetario para las cuatro estaciones del año cuyo fin es comer sano y rico, disfrutar de comer y borrar eso de “comer bien es igual a comida aburrida”. Como la autora indica “para tener buena salud lo principal es preparar la comida en casa, restringir el consumo de cualquier alimento procesado, limitar la cantidad de carbohidratos refinados (sobre todo el azúcar), consumir cereales integrales y aumentar la ingesta de verduras”. Cada receta está estructurada en una introducción siempre repleta de tips, consejos y curiosidades sobre el plato, y unas sencillas e ilustrativas fotografías.
Por esta línea va también el libro de la escritora francesa, Noémie Combremont. Acaba de traducir la editorial Laurosse El libro de las antidietas. Alimentación intuitiva, es un recopilatorio de 65 recetas que, a primera vista, podría rechinar a quien está buscando libros de cocina sana, pero, como defiende la autora: ”Muchas dietas no funcionan e, incluso, algunas provocan el efecto contrario al deseado: frustración, baja autoestima, remordimientos e, incluso, a veces, unos kilos de más. La alimentación intuitiva pretende instaurar una relación positiva con la comida, recuperar las sensaciones que las dietas han pervertido y crear nuevos hábitos alimentarios sanos sin centrarse en la pérdida de peso”. El libro se estructura en una primera parte donde la autora intenta explicar qué son las dietas y cuáles sus mecanismos. Después, “trata de desmitificar el peso” y precisar el papel de la alimentación; y, por último, se encuentran recetas dividas en los diferentes momentos del día: del desayuno a la cena, sin olvidarse de panes y postres. “Somos las víctimas consentidoras de una sociedad que define la delgadez como el único criterio de belleza aceptable, y que promete la pérdida de peso como el mejor medio para mejorar la situación personal y el estatus social”.
Si comer es un acto de valentía, de defensa del yo, de la búsqueda de nuestro bienestar, deberíamos tener en nuestra librería de ‘Libros de No dietas’ El zen y el arte de comer. Las reglas de un monje budista para estar en armonía con uno mismo (editado por Duomo) y escrito por Seigaku, un unsui, es decir, “un monje que completa su noviciado visitando distintos lugares, como una nube en movimiento, como el agua que corre”, escribe el autor. “Vivo en Berlín y transmito la doctrina zen a aquellos con los que el destino me pone en contacto”, dice. Si cae en tus manos este libro, es que ya estás en esa fase de adoctrinamiento de esta filosofía, y, aunque sea por curiosidad, merece la pena leerlo y comprender cómo poder llegar a tener una vida plena, tan solo siendo consciente de cómo nos sentamos, qué ponemos en el plato y cómo lo disponemos (figuras, colores, orden) y, definitivamente, cómo comemos. Esta es una “guía para el alma” que busca darnos la clave para tener una vida armónica y serena.
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