Los locales ‘clandestinos’ triunfan en Madrid
Bad Company 1920, The Cocktail Ice Society y Sofar Sounds son tres planes secretos perfectos
Lo prohibido siempre es más excitante. Eso mismo pasa con los locales que, a simple vista, no son lo que parecen. Lo exclusivo o clandestino convierte algo tan anodino como tomarse una copa en toda una aventura. Comprar la entrada a un concierto sorpresa en una localización secreta con Sofar Sounds, probar los mejores cócteles en un local encubierto como Bad Company 1920 o refrescarse con los helados con alcohol de The Cocktail Ice Soc...
Lo prohibido siempre es más excitante. Eso mismo pasa con los locales que, a simple vista, no son lo que parecen. Lo exclusivo o clandestino convierte algo tan anodino como tomarse una copa en toda una aventura. Comprar la entrada a un concierto sorpresa en una localización secreta con Sofar Sounds, probar los mejores cócteles en un local encubierto como Bad Company 1920 o refrescarse con los helados con alcohol de The Cocktail Ice Society son tres experiencias inolvidables que puedes hacer con tus amigos en la capital este mismo fin de semana.
Bienvenidos al Chicago de los años 20
Detrás de un portal sin fachada, a eso de los 19.00, varios grupos de jóvenes esperan impacientes. Desde el telefonillo se escucha una voz que dice: “Bad Company le atenderá en dos minutos”. Los clientes que van por primera vez miran con intriga a los amigos que han hecho la reserva: “Pero a qué sitio me estás llevando”, se escucha decir a una mujer nerviosa mientras abren la puerta.
Para poder entrar es necesario saber la contraseña, que se encuentra en su página de Instagram y cambia cada mes. Una vez dentro, los clientes se transportan al Chicago de los años 20. El lugar está ambientado en la ley seca americana, es decir, en el periodo que va de 1920 a 1933, cuando en Estados Unidos no se podía ni vender ni consumir alcohol.
La coctelería está situada en el corazón de Callao, se llama Bad Company 1920 y nació en el 2020 de la mano de Yeray Monforte y Roman Vila. Sus dueños y todos los camareros se esfuerzan mucho por explicar cada cóctel a sus clientes. Cada detalle está pensado para que vivan una experiencia inolvidable lejos de las tumultuosas calles de Madrid.
De hecho, la carta simula un libro con un mapa de Chicago, dividido por clases sociales y barrios. En su menú actual, llamado Origen, solo utilizan ingredientes, técnicas y alcoholes de antes de 1933. “La coctelería no es solo tomar un trago, sino vivir una experiencia. Esto es un lujo”, asegura Monforte. Las reservas solo se abren cinco días antes y se pueden hacer por Instagram o en su web.
Un concierto secreto en el centro de Madrid
Sofar Sounds no es solo una sala de conciertos o un bar con música en vivo. Su apuesta más innovadora son conciertos secretos en lugares inusuales. Así, la gente compra una entrada, pero no sabe ni dónde es el evento ni qué artista tocará. Lo único que saben es el barrio, el lugar y el edificio.
Cuando faltan 36 horas para el directo, se envía la dirección a la que tienen que llegar. Los lugares son completamente inusuales para celebrar un concierto: una casa particular, oficinas, una azotea o una galería de arte. Al llegar, el público se sienta en el suelo, por lo que se les pide llevar sus propios cojines, mantas y esterillas. No hay escenario para que todo sea más íntimo.
También pueden llevar su propia comida y bebida para disfrutar de los conciertos. La entrada cuesta 16 euros y los conciertos son de miércoles a domingo casi todas las semanas a las 20.00. Cada Sofar cuenta con un maestro de ceremonias que va guiando la experiencia y tres actos musicales distintos de 25 minutos cada uno.
Sofar Sounds es una comunidad de amantes de la música que nació en Londres en 2009. Ahora se expande por más de 350 ciudades alrededor del mundo con un solo objetivo: devolver la magia a la música en vivo.
Un helado con ginebra
The Cocktail Ice Society, en la calle del Espíritu Santo número 6, es una nueva heladería que abrió sus puertas en el barrio de Malasaña hace un mes con un nuevo concepto: helados con alcohol. El local parece de todo menos una heladería convencional. Su decoración y los envases dan la sensación de estar en una antigua coctelería o una boutique de maquillaje.
Tienen sabores muy curiosos, con recreaciones de los cócteles más icónicos y cremosos. Cuentan además con 14 helados artesanales, de los cuales dos son sin alcohol. Son muy agradables porque el alcohol se percibe de forma muy sutil. “Tendrías que comer mucho helado para emborracharte”, asegura su dueño, Manuel Madrid.
Su recomendación es el Running Gang, de maracuyá con ginebra y Aperol. Cada helado cuesta 5,50 euros y el medio litro 16 euros. Es un plan perfecto para pedirlo, llevar y tener una cita o para compartirlo al iniciar la noche en Malasaña.
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