El tándem Nader y Campos transforma el espacio-tiempo en danza

La compañía catalana GN|MC debuta en Madrid acogida por el Centro Conde Duque, donde estrena ‘Made of Space’, tercera parte de su trilogía

Los coreógrafos Guy Nader y María Campos presentan la tercera parte de su trilogía en el centro cultural Conde Duque de Madrid.ANTONIOLI RITA

Imaginen el escenario como el hiperespacio. Vean a los bailarines no como humanos, sino como partículas de ese universo. Sientan cómo todo se mueve bajo el mandato de esa música repetitiva y siempre omnipresente. Interpreten las reacciones, interacciones y choques entre partículas como una dinámica cíclica y obtendrán la materialización (poética) del espacio-tiempo, según Guy Nader y María Campos, tándem coreográfico que presenta con su compañía catalana GN|MC la creación Made of Space, tercera parte de su trilogía espaciotemporal, en el ...

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Imaginen el escenario como el hiperespacio. Vean a los bailarines no como humanos, sino como partículas de ese universo. Sientan cómo todo se mueve bajo el mandato de esa música repetitiva y siempre omnipresente. Interpreten las reacciones, interacciones y choques entre partículas como una dinámica cíclica y obtendrán la materialización (poética) del espacio-tiempo, según Guy Nader y María Campos, tándem coreográfico que presenta con su compañía catalana GN|MC la creación Made of Space, tercera parte de su trilogía espaciotemporal, en el Centro Conde Duque los días 19 y 20 de noviembre, en la que supone su primera visita a la capital.

No es que suene complejo. Es que lo es. Pero no hay motivo de alarma porque Made of Space no es, ni pretende ser, una lección de física cuántica, sino una experiencia sensorial con una sólida base matemática, en la que ambos creadores otorgan al público el derecho a crearse su propia historia. “En realidad, el dramaturgo es el espectador, que en definitiva es quien crea y define la historia a partir de sus propias experiencias. Se trata de un viaje que concluye como quieras que concluya”, adelanta el coreógrafo y bailarín libanés Guy Nader.

El resultado final, con marcado acento en la composición, es un paisaje armónico circular de gran belleza formal, en el que los cuerpos vuelan livianos por los aires, donde los siete bailarines se mueven al unísono o individualmente, cruzando el escenario a gran velocidad o en completa parsimonia, caminando o corriendo hacia adelante o hacia atrás, siempre en ciclos largos, repetitivos e hipnóticos. “El movimiento es abstracto pero lo realizamos dentro de un marco muy concreto”, puntualiza la bailarina y creadora catalana María Campos. “Trabajamos la gravedad y eso es algo que ocurre a todos los bailarines pero también a todos los seres humanos”.

Trilogía sobre la física

Cuando, en 2015, montaron Time Takes The Time Time Takes (TTTTTT) encontraron que sus investigaciones e intereses en el campo de la física resultaban demasiado amplios para volcarlos en una única coreografía, así que optaron por desarrollar solamente una parte del todo, centrándose en el péndulo y el engranaje mecánico. “La circularidad, el vaivén, lo centrífugo… la idea del presente constante y el tiempo infinito es una investigación muy amplia que abre muchas puertas, que te lleva a otros universos con múltiples posibilidades”, explica Campos para justificar la creación de una trilogía que tuvo continuidad en Set of Sets (2018), en la que exploraban la persistencia y la naturaleza cíclica y repetitiva del universo, que les condujo a su vez hasta la nueva Made of Space, donde investigan los accidentes que hacen que la trayectoria de los cuerpos, aún manteniéndose cíclicas, acepten variables.

Los bailarines del espectáculo 'Made of Space', que investiga la relación entre el espacio y el tiempo.Alfred Mauve
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“La repetición en esta tercera parte ofrece un recorrido que vuelve una y otra vez, pero dentro hay islas y otros pequeños recorridos que crean diferentes dinámicas y se alimentan por acumulación. Se trata de recorridos muy largos, grandes secuencias que vuelven a repetirse, por lo que cuesta identificarlas al momento, pero tiene que ver con la percepción, como cuando visitas un lugar que la primera vez te parece muy distante y a medida que repites las visitas vas sintiendo que el trayecto es más corto”, argumenta Nader.

Ciencia ficción

Entienden (y aceptan) las lecturas que muchos espectadores han hecho de su trilogía. Han visto gente llorar. Han despertado distintas emociones en otra parte del público. Han escuchado teorías siderales que creen haber visto una fracción del engranaje del universo, lo que les relaciona con la ciencia ficción, pero en casi todos los casos aparecen siempre palabras como fascinación o hipnosis. Una buena parte de este efecto es responsabilidad de la música del compositor sevillano Miguel Marín, un habitual en las producciones de GN|MC, que esta vez actúa en directo junto al percusionista Daniel Munarriz.

El proceso de la trilogía, aseguran sus creadores, ha sido largo, minucioso y laborioso. “En el estudio investigamos con los bailarines cosas muy concretas. Diseñamos, por ejemplo, el recorrido de un cuerpo cuando es lanzado al aire y estudiamos todos los aspectos desde cómo acoplarse, hasta cómo es que lo lanzamos o cómo lo recibimos cuando viene de vuelta. Analizamos primero dónde y de qué forma va a caer para entonces introducir la variante ‘¿qué pasaría si…?’ y eso crea una nueva dinámica”, relata Nader convencido, pero Campos se apresura a advertir que no es ficción. “Son acciones que no puedes fingir. No puedes simular que te caes si no te estás cayendo. Necesitamos tener un entendimiento físico y eso implica mucho: el sentido de pertenencia, la conciencia de grupo, la confianza en el otro. Tienes que confiar en que si te lanzan por el aire alguien va a estar allí para no permitir que te estrelles”.

Resulta del todo sorprendente que la compañía GN|MC no haya sido programada hasta ahora en Madrid. Desde su fundación, en 2006, sus piezas han dado la vuelta al mundo con éxito en una agenda siempre apretada. Prometen que no pasa nada por no haber visto las dos primeras partes, pues cada una conserva su independencia. En esta última creación han contado con el decidido respaldo del Mercat de les Flors, casa de la danza de Barcelona que les produjo a través de su programa Cèl·lula, de apoyo a jóvenes creadores.

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