Lo que se sabe, y lo que no, del nuevo hospital de emergencias Isabel Zendal
A un día de su inauguración, el nuevo centro de la Comunidad encierra aún interrogantes como la plantilla o la posible ampliación de su uso
Un jueves de finales de mayo, en un pleno de la Asamblea, la presidenta Isabel Díaz Ayuso dejó caer la primera noticia: “Estamos ultimando la ubicación y la construcción de un nuevo hospital de emergencias que sustituya a Ifema”. Aún no se conocían ni la ubicación ni los plazos, aunque se apuntaba a que estuviera activo en noviembre. El 8 de junio se anunció de forma oficial: una parcela de la Ciudad de la Justicia, en...
Un jueves de finales de mayo, en un pleno de la Asamblea, la presidenta Isabel Díaz Ayuso dejó caer la primera noticia: “Estamos ultimando la ubicación y la construcción de un nuevo hospital de emergencias que sustituya a Ifema”. Aún no se conocían ni la ubicación ni los plazos, aunque se apuntaba a que estuviera activo en noviembre. El 8 de junio se anunció de forma oficial: una parcela de la Ciudad de la Justicia, en Valdebebas, albergaría para el otoño un nuevo centro de casi 40.000 metros cuadrados, más de 1.000 plazas y 50 millones de presupuesto. El 17 de julio se supo el nombre: Isabel Zendal. Se abre mañana con 240 camas y sin conocer la plantilla. En los últimos seis meses han variado algunas de esas primeras cifras y aún hay interrogantes sin responder. Este es un recorrido a esos cambios y a lo que se conoce, hasta hoy, de este centro sin precedentes en España.
La estructura
La previsión. “Tenemos que prevenirnos ante cualquier adversidad e imprevisto, bien por la covid-19 o por otras epidemias para el futuro. Todas estas enfermedades serán tratadas en este centro de manera que el resto de hospitales puedan seguir trabajando con normalidad”, así, el mismo día que la comunidad entró a la fase 2 de la desescalada, Díaz Ayuso dio los primeros detalles.
La parcela elegida para levantarlo: propiedad de la Comunidad, en la Ciudad de la Justicia, junto a IFEMA y el Aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez. La dimensión: casi 40.000 metros cuadrados divididos en tres pabellones de 7.400 metros cuadrados, un almacén central para el Servicio Madrileño de Salud (Sermas), una avenida peatonal, un área administrativa polivalente, una central de instalaciones, un memorial para las víctimas del virus y un monumento dedicado a los profesionales sanitarios y la integración del Instituto de Medicina Legal en el hospital —un organismo que entró en funcionamiento el pasado febrero después de 14 años desde su creación y que aún no cuenta con espacio propio—. El formato: pabellones sectorizables que les permitieran “habilitar únicamente la parte necesaria”, según afirmó en aquel momento una nota de prensa de la Comunidad, y “capaz de adaptarse a cualquier plan funcional diseñado por las direcciones asistenciales”.
Y la dotación material: 960 camas repartidas en 20 unidades de hospitalización de 48 camas organizadas en torno a controles de enfermería y 48 puestos de UCI y cuidados intermedios, con circuitos de “limpio y sucio entre altas e ingresos y entre logística/aprovisionamiento y pacientes” y “un sistema de compuertas para el acceso controlado de personas a determinadas zonas de seguridad por riesgo de contagio o exposición a carga vírica”, explicó el Gobierno regional. Además de áreas de diagnóstico por imagen —”salas convencionales y portátiles de rayos X, un equipo de TAC, una reserva de ecógrafos, etcétera”, informó la presidenta—, un laboratorio, salas polivalentes de curas, “que podrán habilitarse como quirófanos, zonas de CMA (cirugía mayor ambulatoria) para poder realizar intervenciones no complejas”, contó el Ejecutivo.
Qué ha cambiado. El tamaño del complejo se ha duplicado, 80.000 metros cuadrados, también el de cada pabellón de hospitalización, que ya no tendrán 7.500 sino 10.500 metros cuadrados. Tampoco serán tres sino cuatro, además del almacén central, los tres de hospitalización y uno más del que a finales de octubre la Comunidad informó que sería un “edificio de usos múltiples sanitarios, que albergará el Centro de Contingencia del SUMMA112, donde se coordinará el transporte de urgencia y emergencia de la Comunidad de Madrid; y el Centro de Coordinación de Crisis Sanitarias”. También se ubicará en este complejo el Laboratorio Regional de Salud Pública para “la vigilancia, el análisis y el control epidemiológico de la salud, como apoyo a la Dirección General de Salud Pública”.
¿Qué se abre mañana? Uno de los pabellones, el número 2. Aunque en un primero momento cada módulo contaría con 320 camas, según las cifras que dio la Comunidad, este será inaugurado con 240 plazas de agudos, 16 de UCI y 32 de cuidados intermedios. Tampoco la covid es ya el objeto único del centro. Desde hace varias semanas, tanto Díaz Ayuso como el consejero y viceconsejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero y Antonio Zapatero, aluden al Isabel Zendal como un espacio que “alivie” la presión asistencial de los hospitales de la red madrileña. “Para que puedan ir recuperando progresivamente la actividad no covid, tanto de lista de espera, como actividad quirúrgica y actividad de consultas”, explicaron la pasada semana en un comunicado oficial. Del resto de áreas (las salas polivalente, el laboratorio, etcétera) se desconoce la situación y la zona de aparcamiento para el nuevo complejo aún no está habilitada.
El presupuesto
La previsión. Las obras fueron adjudicadas a través de un procedimiento de emergencia por 50 millones de euros. Estos contratos, como indica la ley autonómica, son procedimientos que se conceden a dedo ante la situación excepcional del momento. En este caso, la pandemia. Alejo Joaquín Miranda, director general de Infraestructuras Sanitarias, compareció en la Comisión de Sanidad de principios de septiembre y explicó que se había hecho cargo, “personalmente”, del planteamiento de la licitación. 49 empresas fueron invitadas a participar: “Por criterios objetivos, todo supervisado por una comisión de la que formaban parte únicamente funcionarios, arquitectos superiores”. 30 presentaron oferta y 14 fueron seleccionadas para levantar el hospital.
Qué ha cambiado. El precio final del Isabel Zendal es una incógnita, sí se sabe que el montante inicial previsto ya se ha duplicado. La Consejería de Sanidad no ha querido dar cifras desde que se supo de ese sobrecoste, a principios de noviembre, y prefiere no llamarlo así. “No hay ningún sobrecoste ni desviación, sino que va a costar lo que se ha contratado. El cálculo inicial preveía un coste que luego con el curso de las obras, mejoras en el proyecto y las necesidades ha variado”, respondieron en aquel momento.
Qué se conoce. Los precios iniciales para las obras. A Dragados le fue adjudicado el módulo 1, por 9.405.426,80 euros; a Constructora San José, por 10.010.184,80 euros, el módulo 2; Ferrovial se quedó con el módulo 3, por 8.369.274,76 euros. Sacyr con la zona de logística, por 6.795.752,04 euros; la UTE Joca-Urvios, el espacio de usos múltiples, por 7.424.700,36 euros; y Viales y Obras Públicas las instalaciones centrales, por 2.719.251,15 euros. La urbanización del lugar, previa a esas zonas, fue para Fatecsa, por 3.183.903 euros.
En el Portal de Transparencia, además, ya hay disponibles varios contratos más relacionados con la instalación del cableado, la telefonía, la seguridad o la electrónica y todo lo relacionado con la ofimática (equipos, impresión, etc.); en total ocho contratos con empresas como Telefónica, El Corte Inglés, Kyocera o Ariete Seguridad —la empresa familiar de la exprimera teniente de alcalde de Alcorcón hasta 2017 por el Partido Popular, Silvia Cruz Martín— por un total de algo más de tres millones de euros. Aún faltan otros contratos, como el de los servicios de restauración, limpieza, lavandería y residuos.
La plantilla
La previsión. Fue el mayor de los interrogantes, hasta el 11 de noviembre. Entonces se dieron cifras exactas sobre cuántos profesionales hacían falta para cubrir la atención del primer módulo: 669 de distintas especialidades de Medicina y Enfermería, técnicos, celadores, administrativos y otros perfiles. La Comunidad había informado de que serían trabajadores de los hospitales de la red pública, de que abriría un primer periodo de adscripción voluntaria para quienes quisieran formaran parte de la nueva plantilla y, si no había suficientes, serían trasladados los que fueran necesarios entre los que tienen “contratos covid”, es decir, la suma de los que se reclutaron como refuerzo para pandemia y los que ya formaban parte del Sermas, un amplio porcentaje que la Consejería nunca ha cifrado y a los que, aplicando mejoras en sus condiciones laborales, incluyen dentro de ese número de refuerzos del que informan: 11.324.
Los recursos actuales. Cuando el pasado lunes terminó ese proceso voluntario había 111 solicitudes. Este lunes por la mañana aún no se sabe de dónde saldrán los 558 que faltan para completar la plantilla.
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