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Uno de cada cuatro alumnos de Cataluña acaba la ESO con un nivel mediocre de catalán

Las pruebas impulsadas por la Generalitat revelan un descenso en el nivel de expresión oral en las dos lenguas cooficiales

El catalán continúa siendo, de las dos lenguas cooficiales, la que peor hablan los alumnos, y con diferencia. Los resultados de las pruebas orales realizadas a final del curso pasado a los alumnos que acaban primaria y ESO muestran que hasta uno de cada cuatro tiene un nivel oral mediocre en catalán (suspendido o aprobado justo), mientras que el porcentaje en castellano es inferior (hasta un 17%). Pero ambas comparten el hecho de que los alumnos cada vez las hablan peor, de manera que crece el porcentaje con peores resultados y se reducen los excelentes.

Las pruebas orales se realizaron en el mes de mayo a unos 140.000 alumnos de 6º de primaria y de 4º de ESO, tanto de centros públicos como privados. Se implantaron hace tres años para poner cifras a la preocupación por el retroceso del catalán. Pero durante este tiempo, la medida ha vivido muchas vicisitudes, ya que el primer año el examen de castellano solo se hizo con una pequeña muestra de alumnos -el catalán fue para todos-; el año pasado el Departamento anunció que las suspendía por la coincidencia con el resto de pruebas de evaluación del sistema en el mes de abril, y al día siguiente corrigió, recuperándolas, aunque solo en 130 centros. El curso pasado fue el primero en que la prueba fue censal, es decir, que la pasaron todos los alumnos de estos dos cursos.

Con todo, el Departamento no suele presentar estos resultados junto a los de las pruebas de competencias y se limita a publicarlos en la web de la Agencia de Evaluación. En esta ocasión, se han dado a conocer a raíz de una intervención de la consejera de Educación, Esther Niubó, este martes en el Parlament, quien ha hecho una lectura positiva de las cifras. “Hablamos de un nivel satisfactorio, incluso con bolsas de excelencia. Son resultados positivos, pero no nos podemos relajar”, ha asegurado.

Entrando en detalle de los resultados, llama la atención que alrededor de uno de cada cuatro alumnos de 16 años que están a punto de acabar la educación obligatoria se expresa de forma justa o deficiente en catalán. El peor de los ocho ámbitos que analiza la prueba es el léxico y la fonética, con niveles que roza el 30%. La diferencia con el castellano es abismal: en esta lengua hasta el 15% presenta una expresión suficiente, siendo la fluidez y la morfosintaxis los apartados peor valorados. También hay una notable diferencia en la franja de alumnos excelentes: en castellano entre un 35 y 55%, según la competencia analizada, se mueve en este nivel más alto, mientras que en catalán la horquilla está entre el 25 y el 50%. Si se hace la comparación el año pasado, en ambas lenguas hay un aumento generalizado de la franja con resultados mediocres, en detrimento del notable y el excelente, que se reducen en ambas lenguas.

El informe también analiza los resultados según el nivel de complejidad de centro, es decir, según el volumen de alumnos vulnerables que acoge. Aquí la evidencia es clara: los resultados son mucho mejores en las escuelas con menos complejidad, hasta el punto de que estas apenas presentan suspensos y tienen una franja de excelentes que llega al 50%, doblando el porcentaje de las escuelas de alta y máxima complejidad.

Este último informe no va más allá y solo ha estudiado cómo varían los resultados según la complejidad de los centros. El año pasado, en cambio, sí que se analizaron cómo influía el género del alumno, si era inmigrante y la titularidad del centro (público o privado).

En primaria, la situación es similar, con uno de cada cuatro alumnos finalizando esta etapa con resultados mediocres en catalán, pero en este caso destaca un aumento del porcentaje de alumnos excelentes respecto al año pasado (de no pasar del 30% a superar el 35% en varias de las competencias analizadas). En castellano, también aumentan los dos extremos respecto a 2024 y, como en secundaria, los resultados son mejores que en catalán (alrededor de un 15% del suficientes y un 40% de excelentes).

Calendario de pruebas más tranquilo

Para el curso actual, las diferentes pruebas a las que se someten los alumnos se ha extendido el calendario, dejando más espacio entre ellas, y quitando presión a los centros, que en los últimos años se habían quejado de que todas se condensaban en el mes de abril. Así, las pruebas orales se han adelantado y las escuelas deberán pasarlas entre enero y febrero. Los exámenes de final de etapa (6º primaria y 4º de ESO) que impulsa la Generalitat se harán del 16 al 18 de marzo, mientras que las diagnósticas de mitad de etapa (4º de primaria y 2º de ESO), que son de carácter estatal, se celebrarán del 13 al 17 de abril.

Asimismo, este curso los alumnos de 4º de primaria realizarán la prueba internacional PIRLS, que es como el PISA, pero especializado en comprensión lectora, y cuyos últimos resultados volvieron a hacer saltar las alarmas por el bajo nivel de los alumnos catalanes.

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