El precio del alquiler cayó en Cataluña entre un 3% y un 5% coincidiendo con la regulación de rentas
La consejera de Territorio revela durante la Conferencia Sectorial de Vivienda que los primeros datos apuntan a una “contención” de las rentas
Los precios del alquiler cayeron entre un 3% y un 5% en Cataluña durante los dos primeros trimestres de 2024, coincidiendo con la entrada en vigor (en marzo) de la regulación de las rentas. Lo ha anunciado este jueves la consejera de Territorio y Vivienda de la Generalitat, Sílvia Paneque, durante la Conferencia Sectorial de Vivienda que se celebra en Madrid y reúne a los c...
Los precios del alquiler cayeron entre un 3% y un 5% en Cataluña durante los dos primeros trimestres de 2024, coincidiendo con la entrada en vigor (en marzo) de la regulación de las rentas. Lo ha anunciado este jueves la consejera de Territorio y Vivienda de la Generalitat, Sílvia Paneque, durante la Conferencia Sectorial de Vivienda que se celebra en Madrid y reúne a los consejeros de las comunidades autónomas. Paneque ha explicado que la semana que viene detallarán las cifras. “Los dos primeros trimestres nos indican ya una contención en la renta del alquiler, si quieren no es muy significativa, hablamos 3%-5% hacia abajo, pero ya estamos viendo cierto efecto en los primeros datos”. La Generalitat tiene pendiente de publicar los datos concretos referidos al segundo trimestre (abril, mayo y junio) que fue el primero completo con las rentas reguladas. Estas tienen mucho interés porque serán las primeras después de que Cataluña se convirtiera, en marzo pasado, en la única comunidad autónoma española que aplica la contención de rentas que prevé la Ley de Vivienda. En julio pasado, cuando se publicaron los datos del primer trimestre, seguían subiendo y marcando récords históricos cada vez que había novedades.
Los precios están regulados en 140 municipios catalanes que reúnen las condiciones para ser considerados de mercado tenso y que suman 6,2 millones de habitantes, el 80% de la población catalana. En estas poblaciones, en los nuevos contratos los precios deben congelarse o bien ajustarse al índice oficial (incluso bajando la renta) si el casero tiene más de cinco viviendas.
Desde el Sindicato de Inquilinas, su portavoz, Carme Arcarazo ha considerado “una buena noticia” la caída de precios, pero ha pedido cautela y “esperar el detalle de las cifras”. Ha señalado, además, que los datos de la Generalitat beben de las fianzas depositadas por los caseros en el Incasòl, “que reflejan solo los alquileres habituales”. “Tiene todo el sentido que bajen, pero el gran problema son los contratos que no entran en estas cifras, como los de temporada, por lo que es urgente tapar con legislación los agujeros por los que los propietarios evitan la regulación”. Por parte de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, su director del área jurídica y portavoz, Carles Sala, ha considerado “positiva la caída”. “Nunca celebramos subidas porque dificultan las operaciones de intermediación”, ha asegurado y ha apuntado que la caída de precios llega después de que durante nueve meses en Cataluña los precios se hincharan porque se anunciaron las zonas de mercado tenso pero no estaban vigentes, lo que llevó a los dueños a subir precios de forma preventiva. Finalmente, ha considerado sobre la regulación que “a corto y medio plazo beneficia a los inquilinos, pero es letal para quien quiere acceder al alquiler por primera vez, porque se reduce la oferta, habrá que ver los datos la próxima semana”.
La caída de precios anunciada este jueves llega en un momento (no es la primera vez) de tormenta perfecta en el mercado que ha provocado un gran malestar social. A los precios, que se desmadraron en vísperas de la entrada en vigor de la limitación; se suma la avalancha de candidatos que hay para cada oferta de alquiler, lo que permite a los propietarios hacer un casting y exigir la máxima solvencia. De postre, que para esquivar la regulación, muchos propietarios se han pasado al alquiler de temporada, que no está bajo el paraguas de la Ley de Arrendamientos Urbanos y permite pedir rentas al margen del índice oficial. Pocos días después de la entrada en vigor de la nueva regulación, el alquiler de temporada copaba hasta el 90% de la oferta de los portales, lo que reduce la disponibilidad si se quiere arrendar un piso para vivir a medio plazo. Y por si fuera poco, hace unas semanas Junts vetó en el Congreso la tramitación de una ley para regular también la fórmula del alquiler de temporada.
Barcelona, con un mercado tensionado como cualquier gran ciudad con marca internacional, es donde vivir de alquiler se ha convertido en una mayor pesadilla. La renta media superó el salario mínimo (1.077 euros) a comienzos de 2023 y ha seguido subiendo (el año pasado cerró con 1.178 euros y el primer trimestre escaló a 1.193). Una situación que afecta a más vecinos que en ninguna otra ciudad española, porque la capital catalana es donde más gente vive de alquiler: un 31%, según el INE, y un 38%, según el Observatorio Metropolitano de la Vivienda. Alquilar se convierte en un casting entre aspirantes que compiten con nóminas y cartas de presentación bajo el brazo.
Más allá de las rentas mensuales, hay numerosos datos que ilustran el alcance del problema. El año pasado, un informe de CC OO que vinculaba salarios a alquileres señalaba que alquilar en la capital requiere más de la mitad del sueldo medio. Una brecha que se agranda tanto en Barcelona como en el resto de Cataluña. En 2022, los alquileres subieron cuatro veces más que los ingresos de las familias barcelonesas; una distancia que en el conjunto de Cataluña situaba la subida de alquileres en el triple que la de los sueldos. Cifras que muestran lo difícil que es acceder a la vivienda, un drama que se acentúa para los colectivos con menos ingresos, como los jóvenes o los migrantes.
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