Agricultores y ecologistas cuestionan la separación de funciones del antiguo Departamento de Acción Climática

Ambos colectivos temen que el reparto de responsabilidades bloquee las decisiones en políticas ambientales y ayudas económicas: “Lo vivimos con preocupación”

La diputada del PSC Silvia Paneque (d) y el diputado y líder del PSC, Salvador Illa (i) durante el pleno de constitución del nuevo Parlament salido de las elecciones catalanas del pasado 12 de mayo.Quique García (EFE)

En su primer discurso como nuevo president de la Generalitat, Salvador Illa afirmó que no había llegado “para desmontar nada” del anterior Govern de Pere Aragonès. Hasta 16 consejeros, dos más que en el Ejecutivo de ERC, lo acompañarán en esta nueva etapa que se abre en Cataluña. A pesar de no querer hacer una enmienda a la totalidad, el exministro de Sanidad ha decidido repartir las funciones del antiguo Departamento de Acción Climática entre dos consejerías: Territorio, que liderará Silvia Paneque, y la reconvertida Acción Climática en Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, que encabezará Òscar Ordeig. Es una decisión que ha revivido viejos fantasmas tanto en el sector primario como en las plataformas ecologistas, escépticos por el funcionamiento de ambas carteras. “No sabemos en pro de qué va esta separación. Lo vivimos con preocupación”, afirma Juande Fernández, responsable de presencia territorial de Greenpeace.

El reparto de Illa genera suspicacias en el sector agrícola porque, dicen desde Unió de Pagesos, puede suponer una reducción en las ayudas económicas para el campo y un cruce de intereses interdepartamentales capaz de bloquear otras medidas. “Todos los temas medioambientales nos afectan de manera directa y cada consejería tiene unos presupuestos fijados. Puede ser un jaleo si tenemos que pedir a Territorio subvenciones por la sequía y, a Agricultura otras, cuando Acción Climática englobaba todo y disponía de más recursos”, explica Raquel Serrat, portavoz del sindicato.

La consejería de Acción Climática nació como reclamo electoral en las primeras elecciones que ganó Aragonès. Sustituyó al tradicional Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación y supuso la unificación de las competencias en medio ambiente y sostenibilidad, que anteriormente ostentaba el Departamento de Territorio. Fue un gesto muy aplaudido entre las plataformas ecologistas porque lo consideraron como el primer paso para integrar políticas ecológicas más ambiciosas y reales que harían a Cataluña un territorio más sostenible y consecuente con la naturaleza. Sin embargo, el sector agrícola interpretó la desaparición de la histórica consellería, que Illa ha recuperado para su Govern, como una maniobra que les restaba importancia en las instituciones.

Hasta ahora, Acción Climática ha sido la encargada de gestionar dos de las grandes crisis que ha vivido el Govern de Aragonès. La sequía, que aún persiste a pesar de la vitalidad que presentan los embalses gracias a las abundantes lluvias de la primavera; y las manifestaciones en febrero de agricultores y ganaderos, que durante aquel mes paralizó el sector con tractoradas para reclamar menos burocracia, subvenciones más coherentes, restricciones de agua más flexibles y precios más justos ante la competencia internacional, que consideraban desleal. Además, parte del sector agrícola reclamó a la Generalitat la inclusión de las palabras Agricultura, Ganadería y Pesca en la nomenclatura de la consejería. Fue una petición que el exconsejero Mascort aceptó tras más de cuatro horas de reunión con los principales sindicatos, aunque el cambio nominal nunca llegó a producirse.

Al igual que Serrat, el responsable de Greenpeace teme que el reparto de responsabilidades provoque un bloqueo en la transición hacia una Cataluña más verde. “Esperemos que no se paralicen los avances ecológicos que necesita la comunidad, como ocurre a escala nacional cuando el Ministerio para la Transición Ecológica y el de Agricultura tienen intereses enfrentados. Cataluña requiere un departamento que defienda los intereses de la ciudadanía, más ahora cuando los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes por el cambio climático”, detalla Fernández.

Además de ser la portavoz del nuevo Govern, Sílvia Paneque se encargará de resolver las cuestiones venideras de la sequía y las políticas de agua, una de las prioridades de Illa. El nuevo president afirmó en campaña electoral que mantendría todas las medidas desplegadas por Mascort en los más de tres años de crisis hídrica, incluidas las obras de las infraestructuras de regeneración, potabilización y desalación de agua.

Rebautizar Acción Climática como Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación también ha reducido los decibelios en el sector agrícola, quemado por las altas cantidades de papeleo para vender sus productos. Su nuevo responsable, Òscar Ordeig, natural de Vic (Lleida) pero con buena parte de su carrera política desarrollada en Lleida, tendrá que gestionar o revisar los compromisos que Mascort y Aragonès aceptaron en marzo tras el pleno monógrafico de Agricultura. Entre ellos se encuentra la aprobación de una renta básica en casos de emergencia, garantizar el relevo generacional o el aumento de la pensión de jubilación para el sector primario.

De hecho, Ordeig defendió en campaña electoral la urgencia de llevar a cabo la desburocratización para modernizar los regadíos. “Es el primer sector de la economía y es necesario que estemos a su lado para generar productividad y garantizar su viabilidad”, dijo en mayo durante una visita a la Cooperativa d’Ivars (Lleida) el ahora conseller de Agricultura. Todo ello, en medio de las exigencias europeas para cumplir con los acuerdos medioambientales.

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