Las oficinas ‘premium’ transforman el sector inmobiliario de Barcelona
Las empresas apuestan por entornos laborales de diseño y con servicios de calidad para atraer y retener talento
María Sánchez (Alicante, 25 años) necesita despejarse, se prepara una taza de café de vainilla, sube a la terraza de la empresa y responde por Whatsapp: “Hoy no puedo quedar, tengo birras en la oficina, pero vente, te va a encantar”, graba tumbada en una hamaca mientras arranca las briznas de césped. El caso de María es un ejemplo de cómo el mundo empresarial dice adiós a los lúgubres puestos de trabajo individuales que habitualmente solo ofrecen como paisaje una pared llena de Post-its. El sector inmobiliario está cambiando el enfoque en el mercado de oficinas, y aboga por unas ...
María Sánchez (Alicante, 25 años) necesita despejarse, se prepara una taza de café de vainilla, sube a la terraza de la empresa y responde por Whatsapp: “Hoy no puedo quedar, tengo birras en la oficina, pero vente, te va a encantar”, graba tumbada en una hamaca mientras arranca las briznas de césped. El caso de María es un ejemplo de cómo el mundo empresarial dice adiós a los lúgubres puestos de trabajo individuales que habitualmente solo ofrecen como paisaje una pared llena de Post-its. El sector inmobiliario está cambiando el enfoque en el mercado de oficinas, y aboga por unas instalaciones más premium que, aseguran, convierte el ir a trabajar en “toda una experiencia”.
La tendencia que sigue el sector trata de conectar con demandas que son nuevas: las nuevas generaciones no quieren casarse con la empresa, mientras que sus abuelos soñaban con un trabajo para toda la vida. Lo muestra un estudio de 2022 realizado por la cadena CNBC a través de los datos de Linkedlin y de Census Wide: la generación Z es la más proclive a la movilidad laboral (el 72% de los jóvenes están abiertos a cambiar de trabajo), les siguen los milenials (el 66%) y la generación X (el 55%), según el estudio CNBC de 2022. Ante esta situación, las empresas tienen el reto de atraer y retener talento, y optan por convertir el entorno laboral para hacerlo atractivo, algo que se hizo aún más necesario con la llegada del teletrabajo con la pandemia: “Si quieres que las personas vuelvan a la oficina tienes que ofrecerles, como mínimo, la comodidad del hogar”, afirma Gerardo Giménez, director de arquitectura de la consultora inmobiliaria Savills.
La estética, el desarrollo sostenible, los entornos colaborativos, la tecnología y la movilidad son los cinco elementos que están presentes entre las prioridades de las empresas en busca de instalaciones. Y son los estudios de diseño y arquitectura los que tienen que idear estos espacios. El director del estudio de diseño NT, Jordi Martín, subraya la importancia de lo estético en la era visual: “Es lo que llamamos el efecto wow. A través del postureo en redes, la gente ve una oficina bonita y, automáticamente, manda el currículum”. Idean “oficinas premium”, hechas con materiales de alta calidad que, aseguran, crean un ambiente hogareño a partir del diseño con líneas curvas (más desenfadas), plantas diáfanas que aporten luminosidad, y ofrecen una enorme variedad de servicios a sus usuarios.
Begoña Durán (Badajoz, 25 años) reconoce que lo que más le motiva para acudir a la oficina son los espacios de networking, “me gusta trabajar en lugares luminosos y con una decoración bonita, pero lo que más pesa es el ambiente agradable para tomar un café con los compañeros, eventos para conocer gente, sitios cómodos para trabajar en equipo, si me quedo en casa me deprimo”, admite.
Los proyectos diseñados por NT tienen zonas lúdicas —cocinas, sillones de masaje, mesas de pin pon, videojuegos o pianos— y operativas con cabinas individuales para llamadas y salas de reunión, sin mesas individuales u oficinas cerradas. Las oficinas modernas buscan fluidez entre espacios para crear entornos colaborativos que potencian la creatividad y los vínculos entre los trabajadores, al tiempo que facilitan la promoción profesional: “La cercanía y el contacto directo con los jefes rompe la sensación de jerarquía”, puntualiza Martín. Además, los edificios están equipados con lo último en infraestructuras de telecomunicaciones y telefonía para ajustarse a las necesidades de los nativos digitales.
La tecnología y la sostenibilidad exigen al sector inmobiliario reinventarse constantemente. Han identificado que los trabajadores priorizan el bienestar y el cuidado del medioambiente y buscan empresas con las que se sientan identificados. Disponer de un certificado verde como BREEAM, WELL, LEED no es suficiente, explican desde Savills: el compromiso con la sostenibilidad se muestra poniendo a disposición de los trabajadores aparcamientos para bicicletas y patinetes o puntos de carga para coches eléctricos. Para el cuidado de la salud, ofrecen gimnasios, salas de descanso con espacios para meditación y spa que hacen de efecto llamada para los empleados. “Es un tira y afloja, pongo comida saludable en las máquinas de vending si vienes a consumirla”, explica Giménez de Savills.
El teletrabajo permite a las empresas ahorrar en gastos y buscar oficinas más pequeñas, con capacidad para el 60% de su plantilla. Gracias a su formato adaptable y coste asequible, el diseño y los servicios que empezaron a demandar start-ups y tecnológicas se ha extendido a todo el mercado. El presidente de la asociación 22@Network, Enric Urreta, cuenta que, en los últimos años, empresas industriales, bancarias, químicas o farmacéuticas se han instalado en las oficinas de este distrito barcelonés. Esta tendencia salpica a los sectores más tradicionales, como el bufete de abogados Cuatrecasas o la casa de moda Puig que el próximo trimestre inaugurará su segunda torre en la plaza Europa de L’Hospitalet de Llobregat, “un edificio con personalidad única y avanzadas características de sostenibilidad”, afirman desde la empresa.
El director del departamento de oficinas de la inmobiliaria Forcadell, Manel de Bes, insiste a sus clientes en que es el momento perfecto para ser creativos: “Las empresas demandan una serie de servicios extras y si no los tienes, adiós”, asegura. Los grandes fondos de inversión, aseguradoras o Socimis (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria) propietarias de los edificios de nueva creación ya están en esta línea: sus construcciones tienen certificados de sostenibilidad, terrazas privadas y han convertido los sótanos en auditorios o vestuarios.
Esta modalidad de oficinas ha traspasado el distrito tecnológico para adentrarse en el centro de Barcelona, ya que el diseño no es el único activo inmobiliario: la movilidad, la comunicación o el aspecto de “finca regia” —que prefieren algunos negocios— son determinantes. Giménez cuenta que existe una tendencia clara a la rehabilitación de edificios céntricos, como el Edificio Estel en Avenida de Roma, el antiguo Corté Inglés de Diagonal.
La tendencia de las nuevas oficinas dividen el mercado inmobiliario en dos niveles: uno de edificios sostenibles, de diseño y dotados de más servicios “plus”, ya sea en edificios rehabilitados o de nueva construcción; y otro en el que los propietarios no responden a esta demanda. Actualmente, ambos tienen cabida, afirma Giménez, pero se distanciarán progresivamente y habrá una gran diferencia entre las rentas que pueden exigir uno y otro. “Si decides introducirte en el primer mercado, recibirás cientos de ofertas. Los que queden a tu lado podrán invertir para ser competitivos o ver cómo se devalúan sus activos”, ejemplifica.
“Un entorno de trabajo excelente invita a los empleados a ir a la oficina, y allí se crean vínculos entre ellos y con la propia empresa”, explica David Bäckstöm, consejero delegado de la empresa Sequra, desde el jardín japonés de sus oficinas, situadas en un antigua fábrica textil del Eixample, con más de 3.500 metros cuadrados.
“Será una chorrada, pero trabajar desde un edificio alto, con luz y vistas de toda la ciudad, te cambia el día”, reconoce Alberto Carro (Lugo, 24 años) y añade que le parecen innecesarios los servicios lúdicos como videojuegos o mesas de billar, “estás trabajando, al final no los usas”, admite. “Un empleado feliz, rinde mejor”, apunta, y añade que el clima, la playa, la montaña y la gastronomía convierten a Barcelona en el lugar perfecto para encontrar calidad de vida.
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