La lucha contra el urbanismo desaforado en la Costa Brava
Los ecologistas mantienen abiertos 18 frentes judiciales en localidades turísticas
Ayuntamientos y promotoras de la Costa Brava siguen aferrados al ladrillo. Construyen en el litoral más allá de lo que tolera la ley, según los ecologistas, que mantienen una amplia batalla (penal y administrativa) para frenar el urbanismo más desaforado. Destaca Begur, una de las joyas de la costa gerundense. Se cumplen cinco años desde la fundación de SOS Costa Brava, una plataforma ecologista (ahora federación de entidades) para enfrentar la especula...
Ayuntamientos y promotoras de la Costa Brava siguen aferrados al ladrillo. Construyen en el litoral más allá de lo que tolera la ley, según los ecologistas, que mantienen una amplia batalla (penal y administrativa) para frenar el urbanismo más desaforado. Destaca Begur, una de las joyas de la costa gerundense. Se cumplen cinco años desde la fundación de SOS Costa Brava, una plataforma ecologista (ahora federación de entidades) para enfrentar la especulación que mantiene 18 frentes judiciales activos. SOS Costa Brava, que reclama la revisión de todos los planes urbanísticos de la región, ha logrado algunos éxitos: paralizar la construcción de 15.000 viviendas y “cambiar el rumbo urbanístico del litoral gerundense”
Begur, el epicentro. A esta localidad de 4.000 habitantes (se multiplican por diez en verano), los ecologistas le piden que “deje la política de segundas residencias y desclasifique terrenos”. Han pleiteado contra cuatro proyectos urbanísticos: la urbanización S’Antiga; los Jardins de Sa Riera Living; un macrochalet en Port d’es Pi, en Sa Riera; y la urbanización Puig Montcal, en Aiguablava. Creen que esos proyectos tienen gran impacto ambiental y paisajístico, vulneran las directrices de paisaje, afectan a suelos forestales y están en pendientes de más del 20%. En la antigua cantera de S’Antiga hay previstos 24 chalets, cuyas dos fases están ya en vía contenciosa.
Jardins de Sa Riera Living son dos bloques con 52 casas plurifamiliares a la venta por más de 500.000 euros y son “los de mayor impacto ambiental”, que “ha transformado una montaña en hormigón”, según su abogado, Eduard de Ribot. Las licencias de obra están impugnadas y también el POUM (2003). Han logrado que la promotora advierta a los compradores de que están en litigio y existe riesgo de derribo.
Sobre la cala de Port d’es Pi, los ecologistas han denunciado un macro-chalet de 757 metros cuadrados. En Montcal, las 30 casas previstas han sido objeto de denuncia ante la fiscalía de medio ambienta porque afecta a espacios protegidos y por presuntas irregularidades. La alcaldesa, Maite Selva, reitera que “se han hecho las cosas bien” y espera que la justicia les dé la razón.
Palamós y la Pineda. En la Pineda d’en Gori, en Palamós, cerca de cala s’Alguer (declarado bien cultural de interés nacional) hay dos bloques de 24 apartamentos. Los ecologistas impugnaron la licencia de obras. Otra promotora prevé un bloque, frenado tras un recurso ante el Departamento de Cultura. También han impugnado la construcción de dos bloques con 43 chalets que el Consistorio prevé edificar en la Fosca.
El macrochalet de Palafrugell. Sobre el acantilado de la cala del Golfet, en la muy turística y codiciada Calella de Palafrugell, se ha construido un macrochalet de 1.000 metros cuadrados. Tras años de litigios, en 2020 un juzgado anuló la licencia de obras y en 2022 el TSJC ratificó la sentencia porque no se hizo ningún estudio paisajístico de cuál era la opción con menor impacto. Los ecologistas también han impugnado el Plan General de los Jardines de Cap Roig.
La marina de Platja d’Aro. Generalitat y Consistorio han aprobado duplicar la marina del Port d’Aro, en el último gran pinar de 13 hectáreas paralelo a la desembocadura del Ridaura. Aumentaría los amarres de 822 a 1094 y se completaría con un complejo urbanístico, pendiente de desarrollo, con 339 casas y un hotel. Las entidades han presentado alegaciones al plan.
Pals: playa y Radio Liberty. El plan urbanístico permite construir más de 1.000 viviendas en la Playa de Pals, con afectación a los humedales y arrozales. “Reclamamos la revisión del POUM y la aplicación de nuevos principios que no depreden suelo virgen”, dice el abogado De Ribot. También reclaman al Estado que las antiguas instalaciones de Radio Liberty, cerradas y degradadas, sean públicas, se recupere el espacio dunar y se abra un edificio para la memoria histórica.
Parque eólico junto a Roses. Los ecologistas también han llevado al contencioso el plan estatal que prevé un parque eólico marino (el único en Cataluña) de 250 kilómetros cuadrados que, hasta ahora, están protegidos. Las entidades preparan un estudio científico que pruebe que sus valores naturales son incompatibles con la eólica. La impugnación está en el Tribunal Supremo.
Urbanización en Cadaqués. En Cadaqués, los ecologistas lograron paralizar las obras de 104 casas y un hotel en un terreno de 15 hectáreas con más de un centenar de olivos y barracas de pastor centenarias que limitan con el Parque Natural de Cap de Creus. Han presentado dos contenciosos para restaurar las obras ejecutadas y para oponerse al pleito del promotor, que pretende que se anule la paralización.
SOS Costa Brava cuenta entre sus éxitos el plan director urbanístico (una de sus grandes reivindicaciones), con la desclasificacion de 1.200 hectáreas, el freno a la ampliación de la autopista C-32 hasta Lloret de Mar (que destruía una zona de bosques) y la previsión de crear un Conservatorio del litoral catalán. La federación denuncia el retraso en la puesta en marcha de este proyecto y piden que tenga capacidad para adquirir suelo costero amenazado.
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