ERC cierra un Govern transversal y con guiños a sus tres posibles socios en el Parlament

Malestar dentro del PSC y los comunes por la política de vetos de ERC y la falta de diálogo sobre cómo abordar la legislatura

Pere Aragonès, con la secretaria jefa de la presidencia del Govern, Silvia Sàbat, a la izquierda, y su jefa de gabinete, Helena Ricomà, el domingo en el Palau de la Generalitat.Alejandro García (EFE)

El president Pere Aragonès ha cumplido este domingo el objetivo que se había propuesto: tener antes del martes la foto de un Ejecutivo remodelado, formado por 11 consejeros de ERC y tres independientes —exdirigentes del PSC, Podemos y Convergència— y, sobre todo, que transmita que, pese a la ruptura con Junts, hace cuatro días, nada se ha parado. Pero la realidad es tozuda. ERC cuenta con 33 escaños de los 135 del Parlame...

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El president Pere Aragonès ha cumplido este domingo el objetivo que se había propuesto: tener antes del martes la foto de un Ejecutivo remodelado, formado por 11 consejeros de ERC y tres independientes —exdirigentes del PSC, Podemos y Convergència— y, sobre todo, que transmita que, pese a la ruptura con Junts, hace cuatro días, nada se ha parado. Pero la realidad es tozuda. ERC cuenta con 33 escaños de los 135 del Parlament. Evitar al menos el rechazo en votaciones clave de su exsocios (32) y del PSC (33) es vital para garantizar la efectividad del nuevo Ejecutivo. PSC y En Comú Podem —también dispuestos a pactar— critican que no se trabaje ya en algún tipo de entente.

Los republicanos han tardado tres días en cerrar la cúpula de un Ejecutivo en el que la partida de Junts dejaba siete sillas vacías y 250 altos cargos y eventuales en vilo. El viernes, tras hacerse oficial la ruptura, Aragonès aseguró que rediseñaría el Ejecutivo para dirigirse específicamente al sector de población que defiende la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña, aunque en esa hipotética consulta votara no. Esa tranversalidad, una muestra más de querer ocupar la centralidad política en Cataluña, la reflejan los titulares de Justicia, Gemma Ubasart, profesora universitaria y exsecretaria de Podemos en Cataluña; el de Universidades, Quim Nadal, exlíder del PSC en el Parlament entre 2010 y 2012; y el de Derechos Sociales, Carles Campuzano, exdiputado por la extinta CiU en el Congreso y hasta ahora director de la Federación Catalana de Discapacidad Intelectual (Dincat). Los siete nuevos consejeros tomarán posesión este martes, antes de su primer Consell Executiu.

Meritxell Serret, titular de Agricultura del Govern de Carles Puigdemont que regresó a España en 2021 tras permanecer tres años huida de la justicia en Bruselas, vuelve al Ejecutivo para asumir la cartera de Acción Exterior. Su duración en ese cargo es incierta, pues está a la espera de que el Tribunal Superior de Cataluña le juzgue por un delito de desobediencia. Si es condenada sería inhabilitada, generando un nuevo vacío. ERC intenta con el nombramiento denunciar la situación judicial de los encausados por el procés, un recurso que ya había utilizado cuando, en 2020, para reemplazar a Alfred Bosch justamente en esa misma cartera, se nombró a un alcalde a puertas de un juicio relacionado con el 1-O, Bernat Solé.

El mundo local de Esquerra Republicana gana peso con el exalcalde de Sabadell Juli Fernandez como responsable de Territorio. Un gesto importante si se lee en términos de la proximidad de las elecciones municipales. También se ha promovido a la primera a fila a perfiles técnicos como el de Natàlia Mas, que será encargada desde Economía de pilotar los Presupuestos. Este domingo ha vencido el plazo para presentar el proyecto de cuentas al Parlament, así que en principio ya no entrarán en vigor el 1 de enero.

Esa urgencia por agilizar el trámite del Presupuesto, sin embargo, enfrenta ahora a los republicanos y sus posibles socios parlamentarios. Primeros espadas de ERC, como Oriol Junqueras o Marta Rovira, han intentado en los últimos días desdramatizar una prórroga presupuestaria. El presidente del partido, de hecho, sacó el sábado al PSC de la lista de posibles socios al considerar que solo se puede llegar a pactos con formaciones que defiendan acabar con “la represión al independentismo” y lograr un referéndum y, a su parecer, en las filas de la formación que lidera Salvador IIla aún se aplaude la respuesta judicial contra el secesionismo.

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El portazo a la propuesta de entendimiento levantó alertas en las cúpulas del PSC y del PSOE. Muy especialmente por el tono, ya que el exvicepresident había dicho el sábado que los líderes socialistas catalanes “aplaudieron” en 2017 su encarcelamiento. “El PSC siempre ha trabajado para defender el Estado de derecho. No da lecciones y no las recibe de nadie. Trabajamos para superar el resentimiento”, le ha respondido el líder socialista este domingo, en una entrevista a RAC-1.

“La prórroga no es buena: limita el capítulo uno [de los presupuestos]: las inversiones. Es una irresponsabilidad no aprobar las cuentas”, ha denunciado por su parte la portavoz del PSC en la Cámara catalana, Alícia Romero, recordando las críticas a mantener unas cuentas prorrogadas que lanzaban Aragonès o Junqueras cuando capitaneaban el área económica de la Generalitat. Los socialistas ve en la ruptura de la coalición independentista una oportunidad de ubicarse como alternativa, pero sí están abiertos a llegar a acuerdos puntuales y externos, como con las cuentas. De ahí que no entiendan que, incluso con una aritmética tan desfavorable, la actitud de ERC sea tan dura.

Desde En Comú Podem se comparte ese desconcierto. Los primeros contactos entre Jéssica Albiach y Aragonès certificaron la voluntad de ERC de gobernar en solitario sin alianzas estables. “A estas horas vemos que ERC sigue pensando que se puede gobernar a Cataluña con 33 escaños. Es un Gobierno que nace muerto y, por tanto, no podrá contar con nuestro apoyo. La única forma de evitar elecciones es generar un bloque estable de legislatura. Quien debe hacerlo no lo está haciendo”, había tuiteado Albiach horas antes de conocer la lista de consejeros.

La actitud de Junts

Pero la amenaza de prórroga en las cuentas que ha lanzado ERC también busca hurgar en Junts y ver qué margen hay tras la promesa hecha por su secretario general, Jordi Turull, el pasado viernes, cuando dijo que su formación no se “desentendería” de los problemas sociales pese al paso a la oposición. Los exsocios, de momento, no se dan por aludidos y están a la espera de conocer el proyecto final de Presupuestos, aunque algunas voces advierten de que no tiene sentido apoyar a un Ejecutivo que se ha abandonado. “No sabemos si lo que nos muestren serán nuestras cuentas”, ha insistido la líder de Junts, Laura Borràs, en referencia al proyecto que dejó listo el extitular de Economía Jaume Giró.

Hasta ahora, la falta de dependencia real del PSC permitía a ERC apretar en su agenda madrileña. Ya no tanto. Aparte de los Presupuestos Generales, la concreción de la llamada “desjudicialización” de los encausados por el procés pactada en la mesa de diálogo con el Gobierno central y que supuestamente tenía que estar lista antes de diciembre, tensiona a socialistas y republicanos. Illa, en una entrevista a este diario este sábado, se movió un poco del postulado del Gobierno, que dice que no hay una mayoría para reformar el delito de sedición. Cuando Junqueras lanzó su veto al PSC diciendo que “no está comprometido con el fin de la represión”, añadió una frase que suena a mensaje para los días que vienen. Si hay un cambio, dijo, los socialistas “tendrán más oportunidades para demostrarlo”.

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