Junts intenta el viaje de vuelta
La recuperación del centroderecha catalán dificultaría los planes de Feijóo para apuntalar la hegemonía del PP
El eje bipartito PSOE-PP mantiene la hegemonía amenazada por el surgimiento de los nuevos partidos Podemos, Ciudadanos y Vox, y ahora aspira a consolidar su dominio en el ciclo electoral que empieza en 2023, pero a escala catalana las cosas no están tan claras. La posibilidad de que se recupere el eje PSC-CiU, ahora Junts per Catalunya, es mucho menos probable porque otros rivales, singularmente ERC y los comunes, mantienen ...
El eje bipartito PSOE-PP mantiene la hegemonía amenazada por el surgimiento de los nuevos partidos Podemos, Ciudadanos y Vox, y ahora aspira a consolidar su dominio en el ciclo electoral que empieza en 2023, pero a escala catalana las cosas no están tan claras. La posibilidad de que se recupere el eje PSC-CiU, ahora Junts per Catalunya, es mucho menos probable porque otros rivales, singularmente ERC y los comunes, mantienen sus opciones. Un escenario en el que el PP se juega seguir siendo marginal.
El electorado del centroderecha nacionalista catalán ha apoyado mayormente a Junts per Catalunya como opción heredera de CiU desde 2014, pero ha perdido la hegemonía que tuvo en los años del pujolismo. El congreso de Junts celebrado a principios del verano dio los primeros pasos para terminar con la confusión y la ambigüedad programática propiciados por los avatares de la tormenta independentista. Uno de estos pasos es la recuperación del liderazgo por alguien inequívocamente identificado e identificable con CiU, como es Jordi Turull. Se acabó la primacía de los independientes incontrolables, como Jordi Sánchez o Laura Borràs. Se acabó la flamarada, aunque queda por ver qué reacciones provoca la deriva judicial de Borràs, y la de Carles Puigdemont y demás exiliados. De ahí pueden surgir apaciguamientos o excitaciones y rencores que lo compliquen todo.
Otro de los pasos dados en el congreso de Junts consistió en dirigir señales también inequívocas a los segmentos electorales de la derecha en el ámbito de las políticas sociales, económicas y tributarias. La propuesta de promover la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones es más que un guiño: es el intento de alinearse competitivamente con PP y Ciudadanos. Se acabó lo de no saber o no aclarar si se está en la derecha o en la izquierda. Derecha liberal, cuando no neoliberal. Eso es lo que hay. La decisión de no formar parte de la mayoría progresista en el Congreso de los Diputados encabezada por Pedro Sánchez tras las elecciones generales de 2019 definió ya esa posición. Ahora se trata de afianzarla.
El éxito que Turull tenga al afrontar la reunificación orgánica del espacio político y organizativo de la antigua Convergència, del que además de Junts han surgido también el PDeCat, el PNC y Avancem, dará la medida de su talla. Hasta ahora, sus habilidades son una incógnita. Las elecciones municipales del próximo mes de mayo serán el banco de pruebas, mostrarán la fuerza y la implantación de cada una de estas partes.
A diferencia de lo que ocurre en el resto de España, donde el hundimiento de Ciudadanos ha devenido el gran factor de crecimiento electoral del PP, la caída del partido de Inés Arrimadas propició en Cataluña la recuperación del PSC en las pasadas elecciones autonómicas. Todo apunta a que esa tendencia se reafirme en las municipales. Al mismo tiempo, los sondeos marcan una ligera mejora del PP en Cataluña para las elecciones generales. La mala noticia para Alberto Feijóo es en este caso que la eventual recuperación del espacio electoral del centroderecha por Junts per Catalunya como fuerza útil vuelve a empujar al PP hacia los márgenes, donde le toca competir con Vox en radicalismo y agresividad. Una partitura difícil de ejecutar, aunque no imposible para un gallego maestro en el arte de ir y venir a la vez.
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