El ‘caso Borràs’ descabeza el Parlament
La Mesa acuerda reunirse el jueves para formalizar el cese de la presidenta y ERC le dice a Junts que tiene en su mano agilizar un relevo no traumático
La noticia sobre la formalización de las acusaciones por corrupción que pesan sobre la presidenta del Parlament, Laura Borràs, retumbó este martes en el Parlament. La novedad alteró el orden del día de la reunión semanal de la Mesa, presidida por la propia Borràs, y alargó la junta más de cuatro horas. Fuentes presentes apuntaron que la política de Junts alegó que ni siquiera había recibido la notificación y no quis...
La noticia sobre la formalización de las acusaciones por corrupción que pesan sobre la presidenta del Parlament, Laura Borràs, retumbó este martes en el Parlament. La novedad alteró el orden del día de la reunión semanal de la Mesa, presidida por la propia Borràs, y alargó la junta más de cuatro horas. Fuentes presentes apuntaron que la política de Junts alegó que ni siquiera había recibido la notificación y no quiso abundar en los pormenores de su causa judicial. Remitió las explicaciones al jueves, en una nueva reunión de la Mesa que tendrá como único punto del orden del día el expediente que afecta a la presidenta.
Con el auto de apertura de juicio oral en la mano, Laura Borràs llega a una encrucijada de su senda política y propicia una situación sin precedentes en el Parlament: nunca antes había existido la amenaza de que la máxima representación de la Cámara autónoma quedase vacante. El Parlament se enfrenta a un vacío de poder si Borràs logra maniobrar para convertirse en una presidenta sin cargo pero con voz de mando. Lo que sus fieles pregonan como “presidenta legítima”, término que ya inventó el independentismo para definir el liderazgo en la sombra ejercido por Carles Puigdemont.
La líder de Junts per Catalunya ha insistido en que no piensa dimitir de sus responsabilidades políticas, alegando que su procesamiento por corrupción responde a una supuesta persecución judicial por sus ideas independentistas. Su tesis exculpatoria ha contado con escasos apoyos. Ni Esquerra ni la CUP la comparten, e incluso genera recelos dentro de algunos círculos de Junts per Catalunya, donde se teme que un atrincheramiento de la líder deje al partido en una posición de minoría en la Mesa del Parlament. Si no se aparta voluntariamente, el reglamento de la institución prevé en el artículo 25.4 un mecanismo para que un diputado salpicado por casos de corrupción quede suspendido hasta que no se aclaren sus responsabilidades en un juicio. Dado el caso, debería ser la Mesa quien votara si procede arrinconar a Borràs. Esquerra, PSC y la CUP suman seis miembros en la Mesa, por dos de Junts. Borràs no podría pronunciarse en una causa que la afecta directamente a ella y el voto de su compañera Aurora Madaula se anuncia como el único favorable al blindaje de la presidenta.
Esquerra preferiría que fuera la propia implicada quien decidiera dar un paso al lado, pero si eso no sucede, el aviso es claro: “No vamos a dejar ni un milímetro de margen para que la corrupción se enquiste en las instituciones” anunció el lunes Marta Vilalta, portavoz de los republicanos. “Se trata de preservar la institución”, insistió este martes. La CUP también ha dado muestras de querer alejar a Borràs del Parlament, lo mismo que el PSC. Salvador Illa, primer secretario de los socialistas catalanes, contactó telefónicamente con Borràs este martes para pedirle que “se aparte”, según reveló la portavoz del PSC, Alícia Romero. “Siempre se tiene que aplicar el reglamento, nos guste o no, y nosotros el jueves votaremos a favor de la suspensión”, avanzó Romero.
Si Borràs dimite, a Junts se le abre la posibilidad de nombrar un sustituto, con lo que conservaría el número de diputados en el pleno y se aseguraría retener las dos sillas que ya tiene en la Mesa. Si Borràs no renuncia, la suspensión de sus funciones como diputada resta representatividad a Junts, al menos de manera temporal, hasta que llegara una hipotética absolución.
Definir sobre quién recaerá la presidencia de la Cámara autonómica es uno de los puntos que se deben perfilar en los próximos días. Esquerra insiste en que su voluntad es respetar el acuerdo alcanzado con Junts al principio de la legislatura, según el cual los dos partidos se repartían las presidencias de la Generalitat y del Parlament. Pero, si Borràs no dimite para facilitar un relevo dentro de Junts, sus responsabilidades saltan directamente a la vicepresidenta del Parlament, Alba Vergés, de ERC. La exconsejera de Salud ha orientado su futuro hacia la política municipal, pretende ser alcaldesa de Igualada, pero haría falta una votación del pleno para cualquier movimiento de sillas en la Mesa que propicie promocionar a alguien de Junts a la presidencia. En ese escenario, la actual secretaria Aurora Madaula aparece como la mejor situada.
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