“Estamos para educar, no para hacer política”
La escuela Frangoal de Castelldefels (Barcelona) ha extendido el 25% en castellano a toda la primaria tras acumular cuatro sentencias
Hace dos años tuvieron la primera sentencia y desde entonces van cuatro que obligan a la escuela Frangoal, de Castelldefels, a impartir el 25% de las horas lectivas en castellano a las clases de cuatro alumnos de dos familias que recurrieron a la justicia en demanda de más horas lectivas en ese idioma. El centro optó por aplicar ese tanto por ciento a todos los cursos de primaria y a uno de E...
Hace dos años tuvieron la primera sentencia y desde entonces van cuatro que obligan a la escuela Frangoal, de Castelldefels, a impartir el 25% de las horas lectivas en castellano a las clases de cuatro alumnos de dos familias que recurrieron a la justicia en demanda de más horas lectivas en ese idioma. El centro optó por aplicar ese tanto por ciento a todos los cursos de primaria y a uno de ESO —el que ahora cursa uno de los adolescentes— por organización de las clases, de materiales y por la dificultad que suponía desdoblar grupos en castellano y catalán.
La asignatura que desde entonces se imparte en castellano es troncal, Medio Social y Natural. “No hemos tenido ningún conflicto. Cuando tuvimos la primera sentencia y la orden del departamento de Educación de aplicarla lo comunicamos a las familias que lo asumieron con bastante normalidad”, explica Pablo Mendoza, director de gestión de la escuela.
En ese centro el idioma vehicular siempre ha sido el catalán. Se trata de una escuela en la que estudian alumnos de procedencia de 20 países distintos, por lo que la pluralidad de lenguas es el pan de cada día. Castelldefels es una zona del Llobregat en el que el castellano es muy habitual y estadísticamente hay hasta 160 nacionalidades distintas censadas. “La cuestión del idioma en la escuela nunca ha sido un problema, ni entre los alumnos ni con los padres”, asegura el director. “Los chicos y chicas que son de otros países enseguida asimilan las lenguas, tanto el catalán como el castellano, y la titularidad del centro nunca ha querido que la lengua fuera objeto de polémica. Son los políticos los que lo están haciendo, claro que ellos no están en las trincheras de las escuelas”. El director lamenta que se esté azuzando un fuego que no debe provocarse porque perjudica a todos: “Nosotros estamos por educar, no para hacer política”. Y añade que los resultados académicos avalan el modelo de inmersión lingüística del alumnado.
La escuela Frangoal, con 50 años de experiencia, es concertada y propiedad de una familia. Es la única del Baix Llobregat que cuenta con un aula de acogida para los alumnos de origen extranjero que reciben una atención personalizada y “un aprendizaje intensivo de la lengua catalana”, según publicita en su web. En este curso esa aula de acogida la forman 20 alumnos procedentes de Rusia, Ucrania, Argentina, Estados Unidos, Reino Unido, India, Líbano e Irán. “Si se hacen las cosas con naturalidad, como el uso de las lenguas, no hay conflicto”, insiste Mendoza, un madrileño establecido en Cataluña y que habla catalán.
En Cataluña, unas 80 familias han planteado a los tribunales sus exigencias de más horario lectivo en castellano frente al modelo de inmersión lingüística que se aplica desde 1983 y que fue aprobado por una amplia mayoría de los partidos políticos y con consenso social. Los jueces han dado la razón a los demandantes y establecieron el cómputo de un 25% en castellano.
Esas sentencias se han ido produciendo de forma paulatina en los últimos diez años. Una de las más recientes —y que ha levantado más polémica— ha sido la de la escuela pública Turó del Drac, de Canet de Mar. Desde el pasado mes de noviembre y por sentencia del Tribunal Supremo, ese tanto por ciento se deberá aplicar con carácter general en todas las escuelas catalanas.
Otro de los colegios que desde hace siete años imparte una asignatura en castellano a una clase por orden judicial es el centro Pare Enric d’Ossó, en el popular barrio de Bellvitge de l’Hospitalet del Llobregat. “Ganamos la demanda cuando ella estaba en segundo de primaria y ahora está en segundo de ESO. Desde entonces su clase tiene la asignatura de Medio Social y Natural en castellano”, explica Ana Losada, madre de una alumna y presidenta de la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) de Catalunya, inspiradora de algunas de las demandas judiciales.
Losada matiza que al principio el centro intentó repartir el tiempo de castellano entre horas sueltas en matemáticas y ajedrez. “Yo insistí en que tenía que ser una asignatura completa y troncal hasta que lo conseguí”, añade. Dice que tuvo tiranteces con algunas familias del curso de su hija cuando el centro informó de la medida, y también con la dirección de la escuela. [Este diario no ha podido tener la versión del centro, pese a reiterados intentos].
La demandante asegura que, años después, no existe conflicto. Algo que se puede comprobar a la salida del cole —el castellano es la lengua reinante en ese momento— cuando se pregunta a madres y padres qué opinan sobre que el centro aplique el 25% en castellano. Las caras de sorpresa por la pregunta se repiten. Y los que sí conocen esa circunstancia, o la polémica tras la sentencia del Supremo, se reservan la opinión.