“El 70% de los ingresados en el hospital por covid no está vacunado”
Pere Domingo, coordinador covid del hospital Sant Pau de Barcelona, admite que los pacientes recuperados lamentan no haberse inmunizado antes y alerta de que el virus dejará problemas respiratorios y de concentración
Pere Domingo (Camarasa, Lleida, 64 años) altera únicamente su tono reposado y reflexivo cuando habla de las vacunas. “Hay un porcentaje de irreductibles que no cree en ellas”, lamenta. Ironiza sobre la defensa de los derechos individuales por encima del bien común —”somos todos muy progres”—, y avisa de las secuelas del virus: la covid deja dificultades respiratorias, fatiga y problemas de concentración.
Pregunta. ¿Estamos saliendo de l...
Pere Domingo (Camarasa, Lleida, 64 años) altera únicamente su tono reposado y reflexivo cuando habla de las vacunas. “Hay un porcentaje de irreductibles que no cree en ellas”, lamenta. Ironiza sobre la defensa de los derechos individuales por encima del bien común —”somos todos muy progres”—, y avisa de las secuelas del virus: la covid deja dificultades respiratorias, fatiga y problemas de concentración.
Pregunta. ¿Estamos saliendo de la pandemia?
Respuesta. Numéricamente, sin duda. Tenemos muy pocos casos en la UCI y 10 ingresados en total, algunos con una covid inocente detectada tras una revisión y que no causa problemas.
P. ¿Qué porcentaje de ingresados no está vacunado?
R. Aproximadamente un 70%.
P. ¿Qué tipo de pacientes son?
R. Personas de más de 60 años. Tenemos pacientes vacunados que no sabemos si han hecho respuesta a la vacuna, y pacientes sin vacunar por diversas razones: no lo consideraban necesario, dejadez, o estaban abonados a las teorías de la conspiración.
P. Cuando los no vacunados tienen el alta, ¿qué les dicen?
R. En algunos casos muestran arrepentimiento y dicen ‘qué tonto fui de no vacunarme y de haber pasado por esto’. Pero sigue habiendo un porcentaje de irreductibles que convierten la no vacunación en una cuestión de fe. Y la fe es irracional. O se cree o no se cree.
P. ¿Por qué se tardó tanto en alcanzar grandes niveles de vacunación entre sanitarios y profesionales en residencias?
R. También existen resistencias. Hay gente que no acaba de entender los beneficios de la vacuna o cree en estas teorías raras.
P. Pero los sanitarios están más cerca de la ciencia que de la fe.
R. Sí, pero no todos somos iguales ni tenemos la misma formación. Yo me dedico a las infecciones, pero la formación de un radioterapeuta, por poner un ejemplo, puede que no le garantice conocer cómo funciona con profundidad un proceso de inmunización.
P. ¿La relación personal puede quedar afectada por no vacunarse en un hospital?
R. Puede llegar a afectar, sí, pero no es algo que vayas preguntando. En todo caso, la gente que no está vacunada no debería estar en contacto con pacientes, y mucho menos con pacientes con problemas de inmunidad.
P. ¿Ha faltado presión para garantizar la vacuna entre los sanitarios?
R. Aquí todos somos muy buenos, muy progres y defendemos primero la libertad individual. Hay que defenderla, sí, pero la libertad de uno acaba donde empieza la del otro. Hay una colisión de intereses. Existe un interés mayor que la libertad individual y es el bien común. Obligar siempre es una palabra difícil, pero hay que incentivar la vacunación de la forma que sea.
P. ¿Por qué es difícil la palabra obligar?
R. Comporta el ejercicio de autoridad y siempre es problemático. Pero a veces es la única manera, como en Italia [donde la vacuna es obligatoria para trabajar].
P. Hace casi un año que se está incentivando. ¿Cuál es el siguiente paso?
R. Plantear la vacunación obligatoria para ejercer en un hospital. Los políticos deberían mojarse.
P. ¿Qué daños físicos dejará la covid?
R. Los pacientes que han pasado por la UCI pueden tener problemas de fibrosis pulmonar, dificultades en los intercambios gaseosos. El resto de pacientes se quejan de problemas respiratorios y fatiga; y de problemas de concentración que suelen mejorar con el tiempo.
“Somos muy ‘progres’ y defendemos antes la libertad individual que el bien común”
P. ¿A quién afecta la covid persistente?
R. Hay indicios que vinculan las secuelas del virus con unas características genéticas.
P. ¿Quién tiene más riesgo de desarrollar la enfermedad?
R. Existe un grupo de pacientes que generan unos anticuerpos que inhiben las proteínas que actúan contra el virus. Limitan la respuesta innata del cuerpo. Y otro caso es un polimorfismo genético que favorece el progreso de la enfermedad.
P. ¿Las restricciones actuales son las adecuadas?
R. Ahora estamos un buen momento. Hay que reivindicar el certificado covid, sobre todo en los espacios cerrados. Y tenemos que mantener la mascarilla.
P. ¿Hasta cuando?
R. En un hospital, por ejemplo, no tendría ninguna prisa para eliminarla. Entrar en las habitaciones con mascarilla, sea el enfermo que sea, es un beneficio.
P. ¿Les supo mal que se habilitaron los festivales y el ocio nocturno en verano?
R. Se advirtió por activa y pasiva de que era contraproducente en aquel momento. Se permitieron demasiado temprano y lo vimos luego.
P. ¿La gripe será un problema este año?
R. Algunos expertos dicen que sí. Pero yo creo que no porque habrá más vacunados. Es totalmente recomendable.
P. ¿Qué ha sido lo peor de la pandemia?
R. La sensación de impotencia. La primera ola fue terrible. No sabíamos donde meter a los pacientes. Pensábamos que aquello no acabaría con todo. Llegó un momento que solo quedaba un respirador en el hospital, pero por suerte nunca nos llegaron a faltar.