La movilidad en bici se dispara un 20% con la pandemia en Barcelona
El uso del transporte público y del coche todavía no ha alcanzado los niveles previos a la covid-19
La bicicleta sigue siendo un medio de transporte urbano minoritario en Barcelona: representaba, antes de la pandemia, el 2,8% de los desplazamientos en Barcelona en día laborable. Pero desde la desescalada de las semanas más duras de la ...
La bicicleta sigue siendo un medio de transporte urbano minoritario en Barcelona: representaba, antes de la pandemia, el 2,8% de los desplazamientos en Barcelona en día laborable. Pero desde la desescalada de las semanas más duras de la crisis sanitaria, en mayo de 2020, su uso no ha parado de aumentar. Antes de las vacaciones, en junio se había disparado un 20% respecto a los valores prepandémicos, según los datos que publica el área de Movilidad del Ayuntamiento. Mientras, también el consistorio indica que los viajes en transporte público todavía están un 30% por debajo de junio de 2019 (el último junio antes de la pandemia); y el tráfico, es un 7,5% menor.
La subida de los desplazamientos en bici frente a la caída del metro, bus y coche gana relevancia en un contexto de desplome de la movilidad general. Barcelona está todavía al 71% de la normalidad, con datos del Ministerio de Transportes y Movilidad de mayo pasado.
Los expertos en la movilidad a pedales advierten de que podría haber crecido todavía más, porque está “infracontabilizada”. Hay muchos más contadores de coches que de bicis, apunta Oier Martínez, que trimestralmente publica datos en Twitter sobre la evolución de la movilidad en Barcelona a partir de datos oficiales. “Las espiras [sistema de conteo en los carriles bici] están concentradas en los distritos de Sant Martí y Sant Andreu, y cámaras de tráfico hay por toda la ciudad”, apunta. Martínez recuerda, además, que el aumento de ciclistas ha impactado en las cifras de abonados al Bicing: desde el inicio de la desescalada de mayo 2020 hasta este julio había ganado 17.000 abonados (un 16%, hasta 128.600).
Martínez considera que es el momento de “aprovechar el tirón de la bici, que incluso se observa en los meses fríos”. “Si te baja el coche y aplicas políticas de quitar coches, es el momento de apostar de verdad por la bici, hasta ahora se ha hecho de forma tímida”, opina. Sobre el coche, entiende que no se recupera del todo por el teletrabajo; y respecto al transporte público está convencido de que recuperará viajeros a partir de septiembre, si hay empresas que vuelven al trabajo presencial.
Desde el Bicicleta Club de Catalunya (BACC) Adrià Arenas celebra “la tendencia al alza” de la bicicleta. El año pasado la entidad realizó una encuesta que reveló que el 66% de los nuevos usuarios de los pedales proceden del transporte público y un 23% de moverse en coche o moto. “Es positivo y no es flor de un día, constata la apuesta de los últimos años, que ahora pensamos que está un poco parada; no hay tanta firmeza, cuando lo necesario es aprovechar que pasa este pelotón para que aumente más, mejorando la infraestructura”. El BACC aplaude los nuevos carriles, pero lamenta que no se resuelvan conexiones históricamente pendientes. “Es un momento estratégico para ir a rebufo, la bici se ha convertido en un vehículo para todo el mundo, hay fenómenos interesantes: más gente joven, desplazamientos más largos, gente que se compra la segunda bici, furor por los complementos, bicicletas por suscripción, desde el BACC pedimos valentía”, insiste: “Valencia lo está haciendo, París también… Barcelona puede perder el tren”.
La concejal de Movilidad, Rosa Alarcón, subraya, como primera consideración, “que los modos de transporte activo se hayan disparado”, en referencia sobre todo a caminar o la bici. Además, recuerda que “en números absolutos, en trayectos, en marzo los del transporte público superaron a los que van en coche”. Esto significa que mirando datos ahora y antes de que irrumpiera la pandemia, el transporte público se ha recuperado menos que el coche. Pero que, en trayectos, la cifra es superior en metro y bus, como antes de la pandemia.
Sobre el aumento de bicis, destaca la edil los carriles pintados durante la desescalada de la pandemia (Aragó, València, Pau Claris o Llúria, por citar los más céntricos). Y presume de nuevas ampliaciones de la red por tres vías: los presupuestos participativos (donde varios carriles han resultado ampliamente votados); el acuerdo de presupuesto con ERC sobre nuevos kilómetros en barrios; o los que ya contempla el presupuesto de 2021 (para desdoblar vías ciclistas o bajarlas de la acera a la calzada).
Nos movemos y nos moveremos menos
El gerente de Infraestructuras y Movilidad del Ayuntamiento, Manuel Valdés, confía en que “con la llegada de septiembre la movilidad evolucione hacia la normalidad”. Pero recuerda que la idea del gobierno municipal es evitar que los coches alcancen valores prepandémicos. El Plan de Movilidad Urbana, recuerda Valdés, se fija como objetivo para 2024 reducir los desplazamientos en coche un 25%, doblar los trayectos en bici y aumentar los que se hacen a pie y en transporte público. Sobre la bicicleta, celebra que “la gente la está descubriendo al tiempo que la ciudad gana infraestructura”. “Barcelona no es Copenhague, pero si la comparas con una década atrás no hay color”, dice y señala que “el patinete también ha cogido fuerza porque tiene un carril bici”.
Valdés cree, en cualquier caso, que la caída generalizada de la movilidad ha venido para quedarse: “Incluso con el trabajo presencial hacemos menos desplazamientos. Antes hacías el trayecto de ida y vuelta... y varios durante la jornada; ahora muchas reuniones o visitas se hacen telemáticamente”, añade el segundo. “Probablemente no llegaremos al total de desplazamientos de hace dos años”, conviene. Oier Martínez remata: “Además, quien vuelve a la oficina, no va todos los días”.