Junts tensa la negociación de la amnistía para elevar la figura de Puigdemont entre el independentismo

El partido intensifica el relato que lo presenta como el único garante del alivio judicial para todos los encausados por el ‘procés’

El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont (a la derecha), junto a la presidenta de Junts, Laura Borràs, y el secretario general del partido, Jordi Turull, en el Parlamento Europeo, el pasado 9 de diciembre.Dani Rovirosa (EFE)

El plazo para negociar un acuerdo que desbloquee la ley de amnistía transcurre y Junts per Catalunya se atornilla en el rechazo que, hace diez días, hizo embarrancar el texto en el Congreso de los Diputados. La estrategia pasa por apuntalar la idea de que solo Junts es quien va a asegurar el carpetazo de todas las causas judiciales derivadas del procés. Una apuesta a doble o nada....

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El plazo para negociar un acuerdo que desbloquee la ley de amnistía transcurre y Junts per Catalunya se atornilla en el rechazo que, hace diez días, hizo embarrancar el texto en el Congreso de los Diputados. La estrategia pasa por apuntalar la idea de que solo Junts es quien va a asegurar el carpetazo de todas las causas judiciales derivadas del procés. Una apuesta a doble o nada. Arrancar una nueva concesión del PSOE y elevar la figura de Carles Puigdemont entre el independentismo a falta de cuatro meses para las elecciones europeas, o explorar el vacío que implica tumbar la amnistía. El efecto colateral es que se cargan de tensión las conversaciones con los socialistas y crece la incertidumbre y el runrún interno en Junts. En junio, Puigdemont se juega revalidar su escaño de eurodiputado. No ha oficializado la candidatura, pero en su entorno se da por hecho que encabezará la lista. Desde Waterloo se pregona la teoría de que, por ahora, es el PSOE quien tiene mucho más que perder si la amnistía descarrila. “El president dice que si aprieta el botón, cae el Gobierno”, revela un colaborador de Puigdemont, en alusión al planteamiento que esgrime el expresidente catalán para reivindicar el papel de fuerza que tiene Junts para sostener la legislatura.

La premisa del equipo de Puigdemont es que “aún hay tiempo” de negociar una ley de amnistía que pueda satisfacer a todas las partes. El PSOE replica que, más allá de cuestiones técnicas, no queda margen para retocar temas de fondo. Junts trata de robustecer el relato que lo presenta como un negociador ajeno a intereses de tipo personal para salir vencedor de la comparación con Esquerra Republicana y del trato que los republicanos arrancaron la legislatura pasada con los indultos de los políticos que organizaron el referéndum ilegal del 1-O. Una “amnistía integral” para contrarrestar lo que, según afirma el portavoz de Junts Josep Rius, fueron “indultos a vips”. “Puigdemont no quiere ser un Oriol Junqueras, esta es una idea que lleva muy adentro”, trata de sintetizar una persona cercana al expresidente catalán.

Desde Bélgica, donde se marchó en 2017 para evitar ser juzgado, Puigdemont controla el tiempo de la negociación que mantiene Miriam Nogueras, portavoz de JxCat en Madrid, con el PSOE. Y fía al criterio de su abogado, Gonzalo Boye, los pormenores que tendría que contener la ley de amnistía para contar con los siete votos, cruciales, de Junts. “No estoy para nada preocupado. En absoluto. No hay nadie que tenga la defensa más blindada que el señor Puigdemont. Me preocupan los otros setenta investigados”, afirmó esta semana Boye en RAC1. El mensaje alude a la posibilidad de que el expresidente acabe inculpado por terrorismo por su relación con la causa Tsunami Democràtic, un tipo de delito que complicaría poder aplicarle la amnistía. La indiferencia de Boye refuerza la idea de que Junts no negocia con la mirada puesta en los intereses de Puigdemont, sino que persigue un trato con beneficios transversales. La presidenta de Junts, Laura Borràs, ha manifestado que desde el partido prefieren “el riesgo de la inconstitucionalidad” antes que “abandonar a gente” y que queden fuera del amparo de la ley.

La rivalidad entre Puigdemont y Junqueras es encarnizada, pero ERC afirma que no pretende usar la amnistía como arma de batalla política. “Si Junts está buscando la manera de aterrizar y poder votar sí, Esquerra pondrá la pasarela”, indica una fuente del partido republicano. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha fijado para el próximo mes de abril la fecha de celebración del juicio a tres altos mandos de Esquerra relacionados con el 1-O. Josep Maria Jové y Lluís Salvadó están acusados por los delitos de desobediencia, prevaricación y malversación, y la consejera de Cultura Natàlia Garriga está encausada por desobediencia grave a la autoridad. “Necesitamos la ley de amnistía, y no hay ningún debate entre ley buena o ley mala. El problema no es el texto, son los jueces”, manifiestan en Esquerra. Fuentes del partido que manda en la Generalitat reconocen contactos con Junts para tratar de acercar posiciones con los socialistas. “El PSOE no necesita ninguna ley de amnistía, la investidura ya está hecha”, apuntan en ERC.

El líder de Junts tensa la cuerda del diálogo con los socialistas pero con tiento de no desgarrarla. Este jueves hizo pública una carta, remitida supuestamente a todos los diputados del Parlamento Europeo, donde acusa directamente al PP de haber inventado un discurso para manchar su imagen y su reputación. “Si mi partido hubiera permitido la investidura del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, o hubiera impedido la de Pedro Sánchez, todos estos espectáculos no se habrían producido”. Coincidiendo con la decisión del Parlamento Europeo, que pide investigar los vínculos del independentismo catalán con Rusia y la injerencia en el procés, el expresidente catalán subraya que el PP “ha logrado imponer sus estándares a la mayoría conservadora europea, y es una noticia funesta para el futuro de la Unión”. La carta denuncia que el expresidente José María Aznar es el ideólogo de la estrategia de persecución impulsada por la “derecha judicial, económica y mediática” y sostiene que “la construcción del caso sobre la conocida como trama rusa del procés se asemeja a la construcción de la teoría de la conspiración en los atentados del 11-M en Madrid”.


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