Datos | Cómo ha cambiado la opinión de los catalanes sobre la independencia

La relación de Cataluña con España les preocupa mucho menos que en 2017, pero una amplia mayoría no está conforme con el nivel de autonomía actual

Manifestación en la Plaza de España para la Diada del 11 de septiembre de 2023.Gianluca Battista

En apenas un mes, la Diada del 11 de septiembre y la manifestación del domingo 8 de octubre en contra de la amnistía han mostrado dos caras opuestas de la postura de los catalanes frente al independentismo. Medir cuánto apoyo tienen unos y otros no es ...

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En apenas un mes, la Diada del 11 de septiembre y la manifestación del domingo 8 de octubre en contra de la amnistía han mostrado dos caras opuestas de la postura de los catalanes frente al independentismo. Medir cuánto apoyo tienen unos y otros no es fácil. Aunque el 23-J los partidos independentistas sufrieron un importante retroceso —solo consiguieron el 24% de los votos, 12 puntos menos que en 2019— en las elecciones a la Generalitat de 2021 Junts, Esquerra Republicana y la CUP obtuvieron el 48% de las papeletas y una mayoría que les ha permitido gobernar primero con una coalición entre los dos primeros partidos y ahora con un Govern de ERC en solitario.

Una buena forma de conocer cuál es la opinión de la sociedad catalana sobre la independencia y su encaje en España es analizar los barómetros que publica el Centre de Estudis d’Opinió (CEO) de Cataluña. A continuación, lo resumimos en cinco gráficos.

Disminuyen los catalanes que prefieren un estado independiente. La primera pregunta es clave: ¿cuántos catalanes preferirían vivir en una Cataluña independiente? Según el CEO, este grupo ha bajado desde sus máximos, justo tras el referéndum del 1 de octubre de 2017, cuando la opción de la independencia era la favorita para casi la mitad de los catalanes (alrededor del 48%), cuatro puntos por encima de los que se declaraban en contra. Como se ve en el gráfico, a finales de 2019 esta tendencia se giró y se ha mantenido más o menos estable en los últimos años. Alrededor del 42% de los catalanes preferirían un estado independiente frente a un 52% que se opone a esa opción.

El apoyo a la independencia no es igual en todas partes. En los pueblos más pequeños de Cataluña, de menos de 2.000 habitantes, dos de cada tres vecinos prefieren la independencia. En municipios más grandes, de entre 150.000 y un millón de habitantes, son solo dos de cada diez: se trata de lugares como las ciudades del área metropolitana de Barcelona, donde viven muchos catalanes originarios del resto de España. Esta tendencia (a mayor tamaño de municipio, mayor apoyo a la independencia) se rompe en la capital: el 46% de los barceloneses abogan por la independencia y un 50% se manifiesta en contra.

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El apoyo al independentismo es prácticamente igual entre hombres y mujeres, pero sí se aprecian diferencias por edad. Los adultos de entre 35 y 64 años son los que más apoyan un estado independiente, con el 44% de los encuestados. Esta opción pierde fuelle entre los mayores (40%) y sobre todo entre los jóvenes de hasta 35 años (35%-37%).

El porcentaje de personas que se sienten tan catalanas como españolas se recupera. Otro indicador a valorar es la identificación nacional de los ciudadanos de Cataluña. En el último barómetro del CEO, uno de cada cinco encuestados se sienten solo catalanes, ocho puntos menos que el máximo de 2017. La mayoría de los catalanes tiene una identidad dual, pero destacan los que se sienten tan catalanes como españoles, un 44% del total y 11 puntos más que en 2018.

El descenso del independentismo en estos dos indicadores puede deberse a diversos factores. Como explica Javier Lorente, profesor de Ciencia Política de la Universidad Rey Juan Carlos, “hay estudios que apuntan a que la identificación nacional y partidista son importantes, pero el apoyo a la independencia puede crecer en momentos de crisis económica, cuando el ciudadano piensa que hay menos que perder y está potencialmente más descontento. Se mezclarían en ese caso la identidad nacional con un apoyo expresivo, como forma de protestar por una mala situación económica, o por otros factores”.

La relación con España ya no es el problema que más preocupa a los catalanes. Aunque es difícil cuantificar los cambios en el tiempo, parece claro que la relación de Cataluña con España preocupa ahora menos a los catalanes que en 2017. Esta cuestión comenzó a destacar entre las principales preocupaciones de los catalanes en 2010 y fue creciendo progresivamente hasta su máximo, también en octubre de 2017. Entonces, uno de cada dos encuestados lo incluían entre sus principales problemas.

Hay que tener en cuenta que, en el cuestionario del CEO, la pregunta es abierta: “El hecho de que sea abierta hace que sea muy interesante porque es el encuestado quien expone espontáneamente sus preocupaciones sin escogerlas de una lista prefijada”, afirma Lorente, aunque tiene limitaciones: “hace que aparezcan a menudo cuestiones más coyunturales”. Lo cierto es que en los últimos meses solo un 15% de los encuestados sitúan la relación con España entre sus principales problemas, mientras que otros problemas tradicionales como la insatisfacción con la política o la preocupación por la economía han vuelto a destacar.

El independentismo cae, pero la exigencia de más autonomía es mayoritaria. El 60% de los catalanes considera que la autonomía actual de Cataluña es insuficiente. Esta percepción es la mayoritaria desde el inicio de la serie, aunque se acentuó durante la crisis y también después de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut.

De entre los encuestados que consideran insuficiente la autonomía de Cataluña, uno de cada tres no está a favor de la independencia. “También hay literatura que apunta a que en el contexto cambiante de los últimos años los no independentistas que reclaman más autonomía son clave, porque pueden desequilibrar la balanza”, añade Lorente.

Este deseo de mayor autonomía se observa en la gestión de algunos servicios. El 83% de los catalanes preferirían que la gestión de Rodalies (los trenes de cercanías de Renfe en Cataluña) recayera en la Generalitat. También son mayoritarios los que quieren que sea el gobierno catalán el que gestione los aeropuertos (74%), la recaudación de impuestos (64%) y la Seguridad Social (56%).

La cesión de la gestión de Rodalies fue una de las peticiones que planteó Esquerra Republicana como petición ante una eventual investidura de Pedro Sánchez. Es razonable que lo plantearan, el 97% de sus votantes estarían de acuerdo con ello, como el 96% de los de Junts o el 95% de los de las Cup. Pero la cesión no solo genera acuerdo entre los votantes independentistas, también la prefieren el 79% de los votantes del PSC y el 62% de los votantes del PP y Vox.

Parte de estas demandas de mayor autonomía también se observan en las preferencias de encaje entre Cataluña y España. Si bien la preferida es que Cataluña sea un estado independiente (33%) esta opción ha caído 15 puntos desde 2017 y es ampliamente superada por la suma de quienes prefieren que Cataluña siga siendo una comunidad autónoma de España (31%) y los que prefieren que se fuese un estado en una eventual España federal (23%).

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