El Supremo confirma penas de entre 20 y 22 años a los cuatro acusados del asesinato del concejal asturiano Javier Ardines en 2018

El alto tribunal ratifica las condenas al autor intelectual de la muerte, a dos sicarios y al intermediario entre ellos

Los acusados por el asesinato de Javier Ardines durante la vista oral del juicio en la Audiencia Provincial de Oviedo, el 2 de noviembre de 2021.Eloy Alonso (EFE)

El Tribunal Supremo ha desestimado el recurso de los cuatro acusados de la muerte del concejal asturiano Javier Ardines en 2018. El alto tribunal ha ratificado la pena de 22 años de prisión al hombre que encargó el asesinato del edil de Izquierda Unida en Llanes (Asturias), la misma condena que recibieron los dos sicarios que llevaron a cabo el crimen. El condenado por ejercer de intermediario entre ellos deberá pasar 20 años en prisión.

Ardines murió golpeado y estrangulado el 16 de a...

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El Tribunal Supremo ha desestimado el recurso de los cuatro acusados de la muerte del concejal asturiano Javier Ardines en 2018. El alto tribunal ha ratificado la pena de 22 años de prisión al hombre que encargó el asesinato del edil de Izquierda Unida en Llanes (Asturias), la misma condena que recibieron los dos sicarios que llevaron a cabo el crimen. El condenado por ejercer de intermediario entre ellos deberá pasar 20 años en prisión.

Ardines murió golpeado y estrangulado el 16 de agosto de 2018 después de que su viejo amigo Pedro Nieva planeara el crimen tras saber que su pareja mantenía una relación extramatrimonial con el concejal. El inductor analizó las rutinas de su enemigo para que los dos asesinos materiales le tendieran una emboscada mortal en las proximidades de su vivienda.

La sentencia de la Sala de lo Penal del Supremo ha sido remitida al Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), que ratificó el fallo inicial de la Audiencia Provincial de Oviedo, que juzgó el caso en primera instancia en diciembre de 2021. La sentencia del alto tribunal, que es firme, impone a los condenados el pago de 400.000 euros a la viuda y a los dos hijos de Ardines. Durante la vista oral, Pedro Nieva trató de sacudirse las responsabilidades asegurando que no conocía a los autores materiales, pero la sentencia lo consideró “claramente inductor” de encargar la muerte de su amigo a Djilali Benatia y Maamar Kelii, dos hombres cuya presencia quedó acreditada en el lugar de los hechos pese a que sostenían que nunca habían estado en las proximidades de la casa de la víctima. Las señales telefónicas y los mensajes que intercambiaron permitieron que el jurado popular que siguió el caso y el juez apreciaran su culpabilidad. “Ambos permanecieron escondidos y esperando a que llegara este y que, quien quiera que fuera el que golpeó en la cabeza a la víctima y quien quiera que fuera el que lo estranguló, actuaba de común acuerdo con el otro y en ejecución de ese plan”, recogía la sentencia en su contra. Estos tres sujetos quedan condenados a 22 años entre rejas. Nieva llegó a estas dos personas a través de otro amigo suyo, Jesús Muguruza, que ha sido catalogado como intermediario y penado con 20 años de cárcel.

El plan preconcebido se intentó perpetrar unas semanas antes del crimen final, pero sus autores no lo ejecutaron porque había demasiada gente en esa zona de Asturias, con celebraciones de fiestas patronales en varias localidades. Javier Ardines residía en Belmonte de Pría, una pedanía de Llanes, y sus rutinas eran plenamente conocidas por sus verdugos. La idea para acabar con su vida la urdió Pedro Nieva cuando supo que su esposa le era infiel con el concejal de Izquierda Unida, que a su vez estaba casado con una prima de esta.

La Fiscalía, que reclamaba 25 años de prisión para el cuarteto, se apoyó en las pruebas de la Guardia Civil, que consideraron probado que el autor intelectual del asesinato estaba “obsesionado” y “atormentado” por la relación extramatrimonial que descubrió mediante unas grabaciones tras sospechar primeramente. Las pesquisas evidenciaron que durante meses buscó formas de seguir la actividad de su pareja y que incluso le instaló un dispositivo de seguimiento en el coche. Los sicarios declararon que no habían estado nunca en el Principado y que no había restos de ADN suyos en la escena del crimen, aunque los policías recordaron que Benatia confesó inicialmente que estaba implicado en la muerte de Ardines y que Nieva lo había orquestado todo. La fiscal insistió durante el juicio en que la víctima mantenía unas rutinas sobradamente conocidas, entre las que se encontraban salidas al mar para pescar apenas amanecía. En ese momento del 16 de agosto de 2018 los dos asesinos se abalanzaron sobre él, que se bajó de su furgoneta tras toparse con una baliza interpuesta por los sicarios, y fue golpeado y asfixiado hasta la muerte.

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