Sánchez fía a las reformas la receta contra el tirón de la ultraderecha
La reforma laboral y la nueva financiación autonómica marcarán los grandes debates. El Ejecutivo presenta su plan normativo y despliega cambios en vivienda o educación
En 2022, el Gobierno desplegará todos los textos que aún tienen que ser aprobados en el Congreso —la reforma laboral aún no cuenta con los votos necesarios— o en el Senado o necesitan un desarrollo reglamentario. Además, pretende promover otras reformas de gran calado que sirvan para conectar con el electorado progresista y poder presentar así un balance importante al final de la legislatura, que Pedro Sánchez tiene la intención de agotar.
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En 2022, el Gobierno desplegará todos los textos que aún tienen que ser aprobados en el Congreso —la reforma laboral aún no cuenta con los votos necesarios— o en el Senado o necesitan un desarrollo reglamentario. Además, pretende promover otras reformas de gran calado que sirvan para conectar con el electorado progresista y poder presentar así un balance importante al final de la legislatura, que Pedro Sánchez tiene la intención de agotar.
En una entrevista en la Cadena SER, el presidente fue muy claro este lunes sobre el crecimiento de la ultraderecha, uno de los elementos clave de la encuesta de EL PAÍS. Sánchez, como hacen varios miembros del Gobierno en privado, responsabiliza especialmente al PP de este ascenso de Vox por acercarse a su discurso con una “oposición negacionista”. Pero el presidente también ofrece una explicación más de fondo, en línea con lo que está sucediendo no solo en España, sino en varios países europeos, y también trata de plantear qué hará el Ejecutivo para enfrentarse a esa ola de ultraderecha que detectan los sondeos.
La encuesta que publicaron este fin de semana EL PAÍS y la Cadena SER ha provocado muchas reflexiones dentro del Gobierno. El ascenso evidente de Vox, y el crecimiento en general del bloque de la derecha, pese a la resistencia del PSOE, inquietan al Ejecutivo, que atribuye la situación sobre todo a una desmovilización de la izquierda. Y la solución, según el propio presidente, es profundizar en las reformas que ya han dominado la primera parte de la legislatura y en especial el año 2021, cuando se han aprobado cambios en cuestiones sensibles como la reforma laboral o la de pensiones.
“Hay colectivos que consideran que la democracia no es un instrumento eficaz para responder a sus demandas. Y lo que hacen es mirar hacia liderazgos autoritarios, que es lo que representa la ultraderecha. Ahora el negacionismo político nutre a la ultraderecha, ese es el error de la derecha. Por eso es tan importante continuar con las reformas que dignifiquen a los ciudadanos”, aseguró el presidente.
En La Moncloa explican que esta es la línea que seguirá el Ejecutivo frente a ese ascenso: profundizar las reformas, ayudar a consolidar el crecimiento económico y tratar con ello de responder a las demandas de los ciudadanos y demostrar que el discurso de la ultraderecha no lleva a ninguna parte.
El Gobierno presentará este martes en el Consejo de Ministros su plan normativo, y después comparecerá Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, para detallarlo. En él está la agenda legislativa de este año. No solo hay leyes nuevas, sino también muchas que están pendientes de rematar, como la de vivienda, la audiovisual, la de telecomunicaciones, la del sistema eléctrico, las del acceso a la función pública, las de modernización de la administración, la de movilidad sostenible, la de formación profesional, la modernización de la PAC, la reforma de la atención primaria y el sistema de salud, la ley de universidades, la de aguas, la de residuos, las leyes de modernización de la justicia, la de servicios sociales, el refuerzo de la atención a la dependencia... Es un paquete muy amplio, pero hay dos reformas estrella que en teoría deberían estar este año, aunque su complejidad hace que nadie lo dé por hecho: la reforma fiscal y la del nuevo sistema de financiación autonómica. La primera está a la espera del informe de expertos, que debería llegar en febrero, y la segunda ya ha echado a andar con la primera propuesta de Hacienda a la que ahora tienen que contestar las comunidades.
En la entrevista en la SER, Sánchez abrió paso a la reforma fiscal como uno de los próximos hitos, aunque no será fácil llegar a un acuerdo con Unidas Podemos. “Es una reforma necesaria. Tendremos que hacerla a medida que se consolida el crecimiento económico. Es necesaria porque España es un país muy desigual, que cuenta con 2,5 millones de niños en situación de pobreza. Hay mucha gente que vive en la calle, que sufre pobreza. Necesitamos un Estado del bienestar mucho más fuerte, mucho más redistributivo”, aseguró el presidente. Preguntado por un posible impuesto a los ricos como los que se están promoviendo en otros países, Sánchez dejó esta vez la puerta abierta. “Es una pieza más. Si queremos justicia social tiene que haber justicia fiscal. No habrá progreso individual si no hay progreso colectivo”, remató.
Sánchez insistió varias veces en que su idea para los próximos dos años es seguir con esa línea. Encuestas como la de EL PAÍS señalan que a los ciudadanos les gustan las reformas llevadas adelante aunque la imagen del Gobierno esté desgastada. “Con 155 escaños hemos logrado dos Presupuestos consecutivos, algo que no ocurría desde 2014. Sacamos adelante una agenda de transformaciones y dignidad de las personas muy importante. No hemos hecho otra cosa que trabajar por la dignificación de nuestros ciudadanos en pensiones, en salario mínimo”, explicó el presidente. De hecho, el asunto del salario mínimo, que podría llegar a la cifra simbólica de 1.000 euros, será uno de los debates de las próximas semanas.
El problema de fondo con el que se encuentra el Gobierno en muchas ocasiones es que no consigue centrar la agenda pública en sus reformas, y la oposición logra que se hable de otras cuestiones, en especial de las alianzas del PSOE con los independentistas.
Sánchez se quejó del “ruido” que encuentra cada semana en el Congreso, pero insistió en que el Ejecutivo mantendrá el rumbo de las reformas. Y de hecho pidió a todos los grupos, incluido el PP, que faciliten la convalidación de la reforma laboral y repitió que se trata de un “buen decreto” porque es fruto del consenso entre patronal y sindicatos. El presidente pidió expresamente a los populares que “dejen de lado la oposición negacionista”. “Niegan hasta lo más evidente que es la legitimidad del Gobierno”, insistió Sánchez.
Frente a eso, el Gobierno confía en que las reformas y la gestión de los 19.000 millones de euros que ya han llegado del fondo europeo cambien el humor social y hagan que la coalición recupere terreno en las próximas encuestas.
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