Corinna Larsen utilizó 12 sociedades en paraísos fiscales durante su relación con Juan Carlos I

La investigación suiza aflora la compleja madeja ‘off shore’ que creó para ocultar más de 70 millones y comprar mansiones

Corinna Larsen durante un acto, en febrero de 2019, en la embajada de Italia en Moscú.Valery Sharifulin (GETTY)

Corinna Larsen creó una compleja madeja de, al menos, 12 sociedades y opacos fideicomisos en paraísos fiscales a miles de kilómetros de su residencia monegasca. El objetivo de la alambicada estructura financiera, diseñada por sus abogados suizos Maurice Turrettini y ...

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Corinna Larsen creó una compleja madeja de, al menos, 12 sociedades y opacos fideicomisos en paraísos fiscales a miles de kilómetros de su residencia monegasca. El objetivo de la alambicada estructura financiera, diseñada por sus abogados suizos Maurice Turrettini y Dante Canónica, era ocultar más de 70 millones de euros en cuentas y propiedades.

La larga lista de sociedades instrumentales tras la que aparece el nombre de Larsen y, en ocasiones de sus dos hijos, ha aflorado durante la investigación del fiscal suizo Yves Bertossa que, desde 2018, la mantiene imputada por un presunto delito de blanqueo agravado de capitales. EL PAÍS ha tenido acceso a las pesquisas del fiscal jefe de Ginebra en las que figuran las gestiones de la examante de Juan Carlos I para esconder el millonario patrimonio que obtuvo a la sombra del entonces jefe del Estado.

De Suiza a Nasáu (Bahamas): la “donación” de 64,8 millones. Larsen utilizó su sociedad instrumental Solare para recibir en el paraíso fiscal de Bahamas los 64,8 millones de euros que Juan Carlos I le transfirió de manera “irrevocable” en junio de 2012 desde la cuenta de la fundación panameña Lucum en el banco Mirabaud & Cie en Ginebra. El dinero se ingresó en una cuenta a nombre de Solare en el banco Gonet & Cie.

“Decidimos [Canónica y ella] abrir una cuenta en Gonet Bahamas. La decisión se tomó porque suelo visitar Bahamas y aprecio este lugar. Siendo residente monegasca podía abrir una cuenta donde quisiera en el mundo sin consecuencias fiscales. Creo que es preferible no poner todos los activos en el mismo lugar”, justificó en su declaración al fiscal Bertossa desvelada por este diario. El banquero afirma que fue ella quien pidió abrir la cuenta en Bahamas y Larsen asegura lo contrario.

Mansión de 14 millones en el campo a nombre de Jade Trust, fundación panameña. En 2015, tres años después de recibir los 64,8 millones de Juan Carlos I, Larsen compró Chyknell Hall Estate, una propiedad de 200 acres (unas 81 hectáreas), 11 habitaciones, biblioteca y campo de críquet, en Bridgnorth (Shropshire), en el corazón de la campiña inglesa, cerca de Gales. La mansión figura a nombre de Jade Trust, una fundación panameña cuyo beneficiario es Alexander, el hijo de la consultora, que entonces tenía 13 años.

“Adquirí esta mansión a través de un trust [fundación] cuyo beneficiario era mi hijo. Recurrí a una estructura como esta porque estimaba que mi hijo, una vez que fuera mayor de edad, no tendría la madurez suficiente para administrar este bien”, explicó Larsen al fiscal que investiga sus propiedades.

Las fundaciones permiten ocultar la identidad de los beneficiarios de los fondos que administran. La compra de esta casa se hizo vía un préstamo de Solare, la sociedad de Corinna que recibió la “donación” de Juan Carlos I, a favor de Honeybird Corporation, otra sociedad panameña de Larsen.

Chyknell Hall Estate, construida en 1814, costó seis millones de libras (siete millones de euros) y Larsen invirtió otros siete en su reforma.

Mountain Lion Inc, una sociedad para registrar un terreno regalo del rey de Marruecos. La examiga del rey emérito creó la entidad para poner a nombre de esta sociedad instrumental un terreno en Marrakech que, según afirma, le regaló el rey de Marruecos, Mohamed VI. Como en otras ocasiones, el creador de la estructura extraterritorial fue el abogado suizo Canónica, director de la fundación panameña tras la que se ocultaba en Ginebra la fortuna de Juan Carlos I. Canónica está, también, imputado por blanqueo.

“Es un regalo del rey de Marruecos. Fue un regalo para mí, no a favor de Juan Carlos I. Visité al rey de Marruecos para agradecerle su regalo. Esperaba que construyera una casa en el terreno... Y decidió ofrecerme ese terreno para que invirtiera allí”, aseguró Larsen al fiscal. En 2015, la consultora afirmó lo contrario al excomisario José Manuel Villarejo.

Siam Partners S. A., una sociedad para comprar con Juan Carlos I dos apartamentos en Villars-sur-Ollon, estación de esquí suiza. Para adquirir dos apartamentos que costaron unos cuatro millones de francos suizos (3,7 millones de euros), Larsen creó la sociedad Siam Partners S. A. Esta sociedad recibió en 2009 “préstamos” de Juan Carlos I, a través de su fundación panameña Lucum, de 2.199.000 francos suizos (2,1 millones de euros) que la consultora afirma haber devuelto “con intereses”.

Larsen lo ha explicado así a la justicia suiza: “Creé esta sociedad para recibir un préstamo de Juan Carlos I destinado a comprar dos casas en Villars. Yo ya tenía un apartamento allí. En aquella época, 2009, mi hijo estudiaba en el internado L’Aiglon. El apartamento tenía tres habitaciones. Era perfecto para mi madre, mi hijo y yo. Entonces Juan Carlos I frecuentaba mucho Villars. El apartamento era muy pequeño para acogerle. Decidimos comprar dos apartamentos en la misma residencia. Financié por mí misma alrededor del 50%. La otra mitad fueron aportados por Juan Carlos I vía préstamos a la sociedad Siam Partners S. A.”.

La consultora dice desconocer detalles sobre la sociedad Calden, otra instrumental creada por Canónica, que firmó el contrato de los supuestos préstamos.

Poco después del reembolso, en diciembre de 2010, Larsen recibió en su cuenta suiza del banco Mirabaud & Cie, cinco millones de dólares (4,3 millones de euros) del Gobierno de Kuwait. El pago tuvo lugar poco después de que el entonces rey de España visitara ese país árabe. Larsen lo atribuye a sus gestiones como consultora. Luc Thevenoz, el representante del banco, señala que el ingreso se justificó “con una carta más que un contrato”.

La casa de 10 millones de Corinna en Londres, a nombre de una sociedad en Islas Vírgenes Británicas. En esta ocasión los arquitectos de la opaca estructura de Larsen eligieron ese paraíso fiscal, situado en el mar del Caribe. Crearon la sociedad Riverhouse Partner, bajo la dirección del abogado ginebrino Turrettini y con Larsen como propietaria. El propósito de la sociedad era abrir una cuenta en el Mirabaud & Cie. Se empleó para comprar la casa en Eaton Square en la que reside la consultora.

La vivienda costó cinco millones de libras (5,8 millones de euros), además de otros cuatro (4,6 millones de euros) invertidos en su reforma. De nuevo, Juan Carlos I participó en su compra. “Es cierto que Juan Carlos I participó en la financiación para la adquisición de esta casa por encima de 1,5 millones de libras (1,7 millones de euros). Se trataba de una donación de su parte a mi favor”, declaró Larsen a Bertossa. Los fondos empleados para la compra provenían de Gulf Development (GDI), una nueva sociedad de Larsen radicada en las islas Caimán, otro vidrioso paraíso fiscal.

Sociedad en Seychelles con el empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, amigo del rey emérito. En este paraíso fiscal que acaba de salir de la lista negra de la UE, Larsen y Sanginés-Krause crearon en 2008 Fortuna Ventures Ltd. La consultora lo hizo a través de su sociedad Apollonia Holdings, y el amigo de Juan Carlos I mediante su empresa Montpascal Holdings. El Tribunal Supremo investiga al rey emérito por el uso de tarjetas de crédito cedidas por este empresario.

Un año después Larsen creó en Seychelles Apollonia Holdings GMBH. Lo hizo, a través del despacho panameño Alcogal, una máquina de crear sociedades a ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­miles de defraudadores de todo el planeta. Desde 2004, la examiga del rey emérito trabaja como mediadora en negocios internacionales mediante otra de sus sociedades, Apollonia Associates, con oficina en Mónaco.

Fideicomiso en Nueva Zelanda para cobrar del Fondo de Inversiones Hispano-Saudí. Larsen planeó en 2007 que los gestores que administraban desde Nueva Zelanda un fideicomiso a su nombre denominado Peregrine entregaran en caso de que ella muriera a Juan Carlos I “el 30% de los ingresos provenientes del Fondo de Inversiones Hispano Saudi” que el anterior jefe del Estado había patrocinado y para el que ella había trabajado. El abogado de Larsen afirma que esos documentos son falsos.

Otra sociedad denominada Peregrine 55, que cuelga de la anterior, está relacionada con la consultora. En las dos aparece, de nuevo, el despacho panameño Alcogal.­­­­­­

La prórroga de la investigación, pendiente de unos papeles

La Fiscalía del Tribunal Supremo sigue preparando el decreto de archivo de las tres investigaciones abiertas a Juan Carlos I por el dinero que manejó durante años en el extranjero sin declararlo a la hacienda española. 
La prescripción de los delitos, la inviolabilidad del rey emérito hasta 2014 —no puede ser investigado ni imputado aunque se acredite que cometió algunas irregularidades castigadas en el Código Penal—, y la regularización de cantidades defraudadas al fisco que presentó antes de que supuestamente fuera informado de que le estaban invetigando por delito fiscal, hace que la Fiscalía del Supremo haya decidido archivar las tres diligencias sin presentar querella contra Juan Carlos I.
Fuentes conocedoras de la investigación señalaron que el decreto de archivo está pendiente aún de recibir una documentación solicitada al extranjero sobre supuestos movimientos de dinero vinculados al rey emérito. Pero que dado que la Fiscalía ya conoce esa información que han reclamado oficialmente, la llegada de la misma no alterará el informe detallado que están redactando para el archivo de los tres procedimientos. Si la documentación no llega antes del 17 de diciembre, la Fiscalía se vería obligada a prorrogar otros seis meses la investigación abierta a Juan Carlos I.
Las primeras diligencias están fechadas en junio de 2020. Los fiscales llevan 18 meses investigando el dinero que movió el rey emérito en el extranjero sin declararlo a la hacienda pública española, algo reconocido en parte por el emérito. Entre ese dinero están los 100 millones de dólares que el rey Abdulá le regaló en 2008 y que algunos años después Juan Carlos I donó a Corinna Larsen.

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