Las largas vacaciones del rey emérito

Juan Carlos I es un expatriado de lujo en una isla exclusiva del golfo Pérsico que no oculta que quiere volver a su país

El rey Juan Carlos en Abu Dhabi durante un almuerzo con el piloto Khaled Al Qubaisi y su familia, en una imagen compartida por Twitter.Twitter
Madrid / Dubái -

Cuando, el pasado 3 de agosto, partió rumbo a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), el rey emérito comunicó a su hijo, Felipe VI, que consideraba lo más conveniente para la Corona permanecer, “en estos momentos”, fuera de España. Nadie sabe a qué plazo de tiempo se refería ese indeterminado “en estos momentos”, pero el hecho de que el viaje se produjera en pleno verano hizo concebir la ilusión de que se trataba de unas vacaciones más o m...

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Cuando, el pasado 3 de agosto, partió rumbo a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), el rey emérito comunicó a su hijo, Felipe VI, que consideraba lo más conveniente para la Corona permanecer, “en estos momentos”, fuera de España. Nadie sabe a qué plazo de tiempo se refería ese indeterminado “en estos momentos”, pero el hecho de que el viaje se produjera en pleno verano hizo concebir la ilusión de que se trataba de unas vacaciones más o menos forzadas y de que en otoño, una vez despejado su horizonte judicial, estaría de vuelta.

Han pasado casi siete meses y Juan Carlos I sigue siendo huésped del jeque Mohamed Bin Zayed, príncipe heredero del emirato y gobernante de facto de la federación. Ambos son viejos amigos. Hay fotos antiguas en las que se les ve juntos en el palco del estadio del Manchester City, propiedad de la familia real de Abu Dabi y, más recientemente, el pasado día 15, almorzando en una terraza de la lujosa villa en la que reside el rey emérito. Está en Nurai, en pleno golfo Pérsico, y en la isla solo hay un complejo hotelero y 11 mansiones. La casa tiene seis dormitorios y siete cuartos de baño, además de amplios salones. Dispone de 1.050 metros cuadrados construidos y 4.150 de parcela, con una gran piscina y acceso a una playa privada.

El exjefe del Estado disfruta de una absoluta privacidad y ni siquiera se sabe quién es el dueño de la casa donde se hospeda, ya que su estancia en este país está rodeada por el secretismo, pero se sabe que el príncipe heredero tiene propiedades aquí.

De hecho, la foto del 15 de febrero la difundió el entorno del rey emérito para desmentir que estuviera gravemente enfermo, como aseguró la escritora Pilar Eyre.

Poco antes, la piloto de carreras emiratí Amna al Qubaisi había colgado en las redes sociales una imagen, que luego borró, en la que aparecía posando con su familia junto a Juan Carlos I. El aspecto que presentaba en ambas instantáneas era saludable. Mucho mejor que en la foto difundida a principios de año, en la que se le veía caminar por un puerto deportivo apoyado en dos escoltas; o la de agosto pasado, bajando de la escalerilla de un jet privado, a su llegada a la península Arábiga.

Juan Carlos I habla diariamente por teléfono con familiares y amigos. A varios les ha contado que está saludable “como un oso” y que dedica dos horas diarias a ejercicios de rehabilitación. Los médicos que le atienden en España están en contacto con él y alguno incluso se desplaza de manera regular para comprobar su estado de salud.

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También le han visitado recientemente sus dos hijas, las infantas Elena y Cristina, que han pasado con él una semana. Era la primera vez que le visitaba Cristina, pero no Elena, que lo ha hecho en varias ocasiones. Su visita se conoció con motivo del 83 cumpleaños del rey emérito, el pasado 5 de enero.

Su hermana, la infanta Margarita, asegura que habla regularmente con él, que se protege mucho desde que estalló la pandemia y está bien. Sus nietos, los Marichalar y los Urdangarin, guardan silencio y solo su sobrina María Zurita le recuerda en las redes sociales: la última vez, con motivo del 23-F, cuando escribió: “Gracias por tanto”.

Los medios de comunicación emiratíes no han publicado una sola noticia sobre la estancia del exjefe del Estado español. Su presencia en Abu Dabi se convirtió en el elefante en la habitación (el tema del que nadie habla, aunque sea imposible ignorarlo) durante la reciente visita de la ministra española de Exteriores, Arancha González Laya. Ni la ministra ni sus acompañantes quisieron comentarlo. Preguntados sobre si se había abordado el asunto con sus anfitriones, contestaron: “No consta como objeto de debate o discusión en ninguna de las conversaciones bilaterales”. El mismo mensaje transmiten los altos cargos que en los últimos meses han visitado el país: “No sacan el tema, lo consideran un asunto privado”.

Pese a ser un expatriado de lujo que cuenta con tres ayudantes, cuyos sueldos y estancia en Abu Dabi paga Patrimonio Nacional, Juan Carlos I está deseando volver. Así se lo repite a todo el que quiere escucharle. Sin embargo, en el entorno del Gobierno y de Zarzuela se cree que tendrá que seguir esperando hasta que “estos momentos” de agosto de 2020, que le aconsejaron marcharse de España, sean ya otros momentos diferentes.


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