Aquellos chalados en sus locos cacharros
A goma quemada, tubo de escape, campo y barbacoa huelen las fotos de Virginia Villacisla. A sus 30 años, se diría que lleva 130 colándose en ‘rallies’, eslálones, festivales y carreras de motos y coches profesionales y ‘amateurs’ e inmortalizándolos en fogonazos de color, calor, velocidad, humo y fiesta. El proyecto ‘Gasolina’ es su homenaje a los aficionados y amantes del mundo del motor que festejan su pasión en carreteras de Burgos, Soria, Valladolid y Madrid y otras provincias. Como el título de aquella película de 1965: ‘Aquellos chalados en sus locos cacharros’.
El proyecto Gasolina es un trabajo personal que retrata y rinde homenaje a los aficionados y amantes del motor. Durante un buen puñado de meses acudí a eventos amateurs y profesionales: rallies, carreras en circuitos, eslálones en tierras sin cultivar y originales festivales de motos. En todos esos escenarios me he encontrado a personas que provenían de contextos heterogéneos pero que tenían un punto en común: vivir por y para quemar gasolina. La fórmula era sencilla: durante un día, sin importar el clima o la distancia, todo se centraba en el motor. Para pasar unas pocas horas los asistentes a estas competiciones se llevaban a toda la familia y la casa a cuestas: caravanas, barbacoas… Me fascinaba este devenir frenético por una pasión. El mundo rural es el escenario en el que tienen lugar estos eventos. Los coches surcan los caminos de polvo, las enrevesadas carreteras que unen pequeñas localidades o circuitos construidos en medio del campo cultivado. Yo exploraba el contraste entre un mundo rural tranquilo y el tradicional jolgorio de estas fiestas de ruido y velocidad. Me interesaba retratar a los pilotos, sí, pero para mí había un objetivo prioritario: la pasión que levantaban estas competiciones entre sus asistentes. Mi objeto de deseo fue el público y su forma de vivirlas.