Manuel Outumuro toca cumbre
Cuando llegó a Nueva York, hace más de 30 años, el fotógrafo gallego consiguió trabajo limpiando mesas. Hace unas semanas, volvió a esa ciudad para recoger el Premio Lucie a la creación de moda, considerado como el ‘oscar’ de la fotografía. Un repaso por algunas de sus imágenes más icónicas.
El pasado mes de octubre, Manuel Outumuro (Ourense, 73 años) volvía a Nueva York, donde vivió durante cinco años, para recoger el Premio Lucie a la creación de moda, un galardón considerado el oscar de la fotografía y que anteriormente han recibido Ellen von Unwerth, Jean-Paul Goude y Roxanne Lowit, entre otros. Es el primer español en lograr la mención. “Y pensar que cuando llegué allí trabajaba limpiando mesas y de repente me vi en el Carnegie Hall rodeado de personas a las que ...
El pasado mes de octubre, Manuel Outumuro (Ourense, 73 años) volvía a Nueva York, donde vivió durante cinco años, para recoger el Premio Lucie a la creación de moda, un galardón considerado el oscar de la fotografía y que anteriormente han recibido Ellen von Unwerth, Jean-Paul Goude y Roxanne Lowit, entre otros. Es el primer español en lograr la mención. “Y pensar que cuando llegué allí trabajaba limpiando mesas y de repente me vi en el Carnegie Hall rodeado de personas a las que llevo una vida admirando…”, comenta al teléfono desde su estudio barcelonés. “Anne Morin, comisaria de Vivian Maier, que recibió el Lucie a comisaria del año, fue la que propuso mi nombre al jurado. Tú no puedes presentar ninguna candidatura, son ellos los que te eligen. Me dijeron después que me habían votado por unanimidad”, explica. Outumuro, que ha publicado en cabeceras nacionales e internacionales y protagonizado más de una veintena de exposiciones, llegó a la fotografía hace poco más de 30 años, casi por casualidad. “Estudié diseño gráfico y trabajaba como director de arte en el suplemento femenino de La Vanguardia y, sobre todo, me encargaba de las campañas de diseñadores nacionales, Manuel Piña, Alvarado…, lo que entonces se llamaba ‘la moda de España”, rememora, aludiendo a aquella edad dorada del diseño español. “Un día el fotógrafo no pudo venir a una sesión y, por las prisas, cogí mi vieja Pentax y me lancé a hacerlo yo. De repente, me di cuenta de que quería retratar, de que es algo que había querido hacer toda la vida, aunque no fuera consciente de ello. Y hasta hoy”. Poco después comenzaba a colaborar con El País Semanal: “De hecho, en unos meses se cumplirán 30 años de mis primeros retratos”.
Fue también en sus inicios como fotógrafo, realizando retratos a distintas personalidades, cuando otra casualidad le llevó a interesarse por la moda. En 1990 ayudó a su amiga Elsa Peretti, legendaria diseñadora de Tiffany, a comisariar una exposición sobre sus joyas y objetos en el Fashion Institute of Technology de Nueva York: “Por entonces dirigía la institución Richard Martin, que luego terminó dirigiendo el Instituto del Traje del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Ahí fue cuando, a través de ellos, comencé a querer fotografiar moda. Aunque más que la moda me empezó a interesar la indumentaria, su potencia creativa e histórica. Siempre me había fascinado, en mis visitas al Prado, detenerme a ver los detalles de la ropa que pintaban Francisco de Goya o Francisco de Zurbarán. La indumentaria es un documento cultural muy valioso”, opina, “por eso me gusta involucrarme en el estilismo. Ahora no es muy habitual, pero soy de los que quieren que se vea la ropa en las fotos, es una parte fundamental del proceso creativo en su conjunto”. Por eso, también, el fotógrafo recuerda, de entre sus muchos proyectos en los últimos 30 años, “la colección de fotografías de trajes históricos de Balenciaga”, que posteriormente se convirtió en el catálogo oficial del museo del diseñador en el pueblo de pescadores de Getaria, en el País Vasco.
Pero si hay un hito en la carrera de Outumuro no es el de haber retratado a los personajes nacionales e internacionales más relevantes, ni el de haber recibido una decena de premios. “Creo que fue mi primera exposición retrospectiva en el Museo del Diseño de Barcelona, Outumuro Looks, en 2009. El día anterior a la inauguración me paseé por las seis salas y me puse a llorar. Ver mis fotografías colgadas en un museo, convertidas en objetos artísticos, fue de las cosas más emocionantes que he vivido”, relata. “Me considero más artesano que artista, pero con el tiempo me he dado cuenta de que la fotografía, la moda, la artesanía en general, también son artes”.
Posee un archivo visual compuesto por más de 10.000 imágenes que documentan de forma detallada, entre otros, la historia de la moda o del cine en los últimos 30 años, y que ahora salvaguarda Photographic Social Vision, una fundación sin ánimo de lucro que defiende el valor del fotoperiodismo como herramienta de transformación social y que también gestiona los archivos de otros grandes fotógrafos catalanes como Oriol Maspons, Leopoldo Pomés o Joana Biarnés. Sin embargo, tras más de 30 años de trayectoria y un oscar de la fotografía en su haber, a Manuel Outumuro no se le pasa por la cabeza retirarse. “No hasta que encuentre la fotografía perfecta, y eso es algo imposible, porque la fotografía perfecta nunca llega”.