Noche en Capella Bangkok, el mejor hotel del mundo
El río Chao Phraya ejerce como inspiración de este elegante refugio en la bulliciosa capital de Tailandia. Entre las sorpresas del alojamiento reconocido por The World’s 50 Best, un restaurante con dos estrellas Michelin, un invernadero y “culturalistas” que dan pistas sobre la ciudad
Bangkok es una ciudad que bulle a todas horas. Por el día, los más de 10 millones de ciudadanos de la capital tailandesa la hacen vibrar; los vehículos atestan sus avenidas; los turistas hacen cola a las puertas de templos budistas o antiguos palacios reales. Al atardecer, los mercados nocturnos toman el relevo con puestos que venden todo tipo de productos: de zapatillas a pad thai, pasando por calzoncillos o marihuana. Mientras, en los bares del animado barrio de Silom comienza a sonar la música y por el río Chao Phraya surcan festivas embarcaciones donde la gente cena, bebe y baila. En medio del tumulto, en la ribera izquierda del torrente de agua, en el histórico distrito de Charoenkrung, aparece Capella Bangkok, un discreto y elegante remanso de paz. Un “oasis de privacidad” que ha sido considerado el mejor hotel del mundo de 2024, según la prestigiosa lista elaborada por The World’s 50 Best.“La idea es estar en la ciudad, pero fuera de ella”, explica Phachongkarn Jumpolpong, subdirectora de comunicación del alojamiento. “Ofrecemos una experiencia que combina intimidad e inmersión”, agrega de camino al lobby, tranquilo, perfumado —cuenta con su propia línea aromática—, luminoso, con amplios ventanales.
¿Qué debe tener un hotel para ser el mejor del mundo? ¿Hospitalidad, comodidad, arquitectura, champán en la recepción, atención a los detalles, almohadas de diferentes texturas, lujo, intimidad, gastronomía…? Quizás una mezcla de todo. En cualquier caso, ser el mejor no implica ser el más caro. De hecho, Capella Bangkok no es el establecimiento con mayor precio de la mencionada lista: una habitación “normal” cuesta unos 600 euros la noche. Algo más si se quiere una suite (con jacuzzi privado) o si se opta por una de las siete villas. “Son las únicas [de todo Bangkok] que dan al río”, remarcan desde el hotel, proyectado por los arquitectos Andy Miller y Richard Scott Wilson (de Hamiltons International) y cuyo interiorismo es de Bamo.
El Chao Phraya —que surca Tailandia de norte a sur y se conoce como “río de reyes”— ejerce como inspiración y eje del hotel. “El río es el alma cultural e histórica de Bangkok; queríamos capturar la tensión entre este paisaje onírico, como a cámara lenta, y la atmósfera caótica y frenética de otras partes de la ciudad”, resumen su trabajo los interioristas de Bamo. “El diseño refleja el carácter multicultural del centro de la ciudad, mientras rinde un sutil homenaje a la arquitectura tradicional tailandesa y los motivos decorativos”, detallan. Así, todas las habitaciones —las 101 que ofertan, al igual que las mencionadas suites y villas— se asoman al impresionante cauce, en el que cuentan con embarcadero privado.
“A nuestros huéspedes les gusta disfrutar del espacio; pasan mucho tiempo en el hotel”, inciden desde el Capella. Normal: alojarse aquí es un plan —incluso un destino— en sí mismo. Las mañanas arrancan con un saludo al sol, con una sesión de yoga, que cada día se celebra en diferentes lugares del alojamiento. El desayuno se sirve en las mesas del Phra Nakong, un exquisito restaurante tailandés —abierto también al público general (como todas sus propuestas gastronómicas) que incluye varios y muy recomendables menús degustación—, donde se ofrecen platos típicos como la deliciosa y picantísima sopa tom yum. Todo ello sin olvidar Côte, el restaurante de inspiración mediterránea y con dos estrellas Michelin del chef italiano Mauro Colagreco.
En la sofisticada piscina al aire libre y también con vistas al río, se puede degustar uno de los cócteles que elaboran en el Stella, cuya última carta se llama El viaje por el viejo Siam, y que replica en forma de bebida hitos de la historia tailandesa. El interior del bar acoge una de las rarezas del hotel: un hermoso pavo real blanco disecado, un animal muy preciado en la cultura budista.
Las entrañas del edificio esconden un recoleto invernadero, donde se crían algunas de las hierbas que luego usan en las cocinas, y un cuidado spa —el Auriga—, donde, aparte de baños en el jacuzzi y duchas sensoriales, se pueden reservar tratamientos de purificación del cuerpo, terapia facial o masajes.
Si a pesar de todas estas propuestas, algún cliente quiere aventurarse a conocer las calles de Bangkok, puede hablar con alguno de los “culturalistas” del hotel. En todos los establecimientos del grupo Capella —propiedad desde 2017 de la potentada familia singapurense Kwee— aparece esta figura, una de sus señas de identidad. “Además de estar pendientes de la agenda cultural de la ciudad, ofrecemos un acercamiento a las complejas y vibrantes tradiciones culturales tailandesas”, explican desde el hotel.
“Para Capella, 2024 ha sido un año histórico”, resumió el presidente del grupo, Cristiano Rinaldi, tras anunciarse que había sido considerado el mejor del mundo. “Es muy significativo dada la intensa competencia en el sector de hoteles de lujo y la constante evolución de las expectativas de los huéspedes. Como maestros en nuestro oficio, continuaremos redefiniendo la hospitalidad de lujo”, agregó. En 2025, el grupo abrirá cuatro nuevos alojamientos en Asia: Taipéi (Taiwán); Macao (China); Kioto y Osaka (en Japón).
Capella Bangkok, como cualquier establecimiento del grupo, podría servir de escenario de una de las temporadas de The White Lotus, serie que se adentra en las vidas de personas ricas y disfuncionales mientras pasan unos días de vacaciones en uno de los alojamientos de lujo de la cadena que da nombre a la ficción. Si en las dos primeras temporadas narraban un glamuroso caos, aderezado de champán, bolsos de marca y cremas exclusivas, en sendos resorts en Hawái y Sicilia; la última tiene lugar en Tailandia. Aunque el Capella no sirvió de escenario para esta ficción, en la nueva temporada sí que aparecerán partes del edificio aledaño, con el que comparte parcela: el Four Seasons. Así que para ver —y vivir— el Capella Bangkok, el mejor hotel del mundo en 2024, no queda otra que alojarse en Capella Bangkok.