2020, un año maldito, este domingo, en ‘El País Semanal’

Una pareja de octogenarios besándose a través de una cortina de plástico para evitar el contagio en una residencia de BarcelonaEmilio Morenatti (AP)

Termina un año maldito, 2020, en el que un enemigo invisible, el coronavirus SARS-CoV-2, golpeó al mundo y desestabilizó nuestras vidas, los hospitales, las economías... Un año en el que nos confinamos en casa pendientes de las cifras de contagiosy fallecidos, salimos a los balcones a aplaudir a los sanitarios, despedimos a muchos de nuestros mayores, nos angustiamos... Pero la vida siguió y nos ofreció algunas enseñanzas, como apreciar las cosas pequeñas y extrañar de verdad a los seres queridos.

 La portada de este número especial retrata toda la angustia, el dolor y la inc...

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Termina un año maldito, 2020, en el que un enemigo invisible, el coronavirus SARS-CoV-2, golpeó al mundo y desestabilizó nuestras vidas, los hospitales, las economías... Un año en el que nos confinamos en casa pendientes de las cifras de contagiosy fallecidos, salimos a los balcones a aplaudir a los sanitarios, despedimos a muchos de nuestros mayores, nos angustiamos... Pero la vida siguió y nos ofreció algunas enseñanzas, como apreciar las cosas pequeñas y extrañar de verdad a los seres queridos.

 La portada de este número especial retrata toda la angustia, el dolor y la incertidumbre que han marcado a fuego este 2020. Son dos sanitarias que se abrazan y lloran la muerte de Esteban Peñarrubia, enfermero del hospital Severo Ochoa de Leganés (Madrid), uno de los primeros profesionales de nuestra sanidad pública víctima de la covid-19. Después de los ancianos, y su injustificable abandono en las residencias, el personal sanitario es el que ha pagado un precio más alto —en vidas y en contagios— en la lucha contra el virus, al que se enfrentaron en los primeros momentos completamente desprotegidos.

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