Especial medio ambiente: Abrazar la naturaleza, este domingo, en ‘El País Semanal’

Isabel Muñoz

Hielos flotantes que se abrazan formando corazones. Un mar donde los icebergs se convierten en nubes. La sublime belleza submarina de Japón emociona y se convierte en una invitación irrechazable a cuidar más nuestro planeta.

"El corazón del Pacífico Norte”, así denomina el oceanógrafo polar Kay Ohshima el mar de Ojotsk. Y este corazón se está debilitando por el calentamiento global, advierte. El hielo que se genera a principios de cada año al norte de este mar, que se extiende desde las costas de Siberia hasta la isla japonesa de Hokkaido, crea corrientes submarinas ricas en oxígeno y s...

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Hielos flotantes que se abrazan formando corazones. Un mar donde los icebergs se convierten en nubes. La sublime belleza submarina de Japón emociona y se convierte en una invitación irrechazable a cuidar más nuestro planeta.

"El corazón del Pacífico Norte”, así denomina el oceanógrafo polar Kay Ohshima el mar de Ojotsk. Y este corazón se está debilitando por el calentamiento global, advierte. El hielo que se genera a principios de cada año al norte de este mar, que se extiende desde las costas de Siberia hasta la isla japonesa de Hokkaido, crea corrientes submarinas ricas en oxígeno y sustancias que nutren todo el Pacífico Norte. Si disminuye el hielo, se reduce también ese aporte esencial para la vida marina.

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