Análisis

Despierten: hay que subir los impuestos

Hace falta un plan presupuestario plurianual para cerrar el casi secular desfase entre gastos e ingresos

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero y la de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en rueda de prensa.Eduardo Parra (Europa Press)

El Gobierno está trabajando para sacar adelante los presupuestos antes del verano en una negociación con Esquerra Republicana Catalunya (ERC) que va a ser cualquier cosa menos sencilla. Si al final los saca adelante todos deberíamos congratularnos. Sería la mejor forma de no repetir la historia del año pasado. El Gobierno estableció el objetivo del déficit para 2019 en el 2% del PIB. Sin embargo, ...

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El Gobierno está trabajando para sacar adelante los presupuestos antes del verano en una negociación con Esquerra Republicana Catalunya (ERC) que va a ser cualquier cosa menos sencilla. Si al final los saca adelante todos deberíamos congratularnos. Sería la mejor forma de no repetir la historia del año pasado. El Gobierno estableció el objetivo del déficit para 2019 en el 2% del PIB. Sin embargo, 2019 podría cerrase con un déficit de al menos 2,5%. No es de extrañar. El año pasado se adoptaron medidas de gasto adicional de unos 5.000 millones de euros (en torno a medio punto de PIB), pero a falta de presupuestos las medidas necesarias para financiar ese gasto brillaron por su ausencia. Este año, llevamos gastado casi otro medio punto de PIB entre pensiones y salarios públicos: lo que seguimos sin ver son las medidas por el lado de los ingresos. Además, este año el ciclo económico no va a ayudar tanto como en el pasado. El año acabó con la demanda doméstica, principal fuente de ingresos, casi parada. Y los datos de empleo de enero no dejan margen para la complacencia.

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Pero contar con un presupuesto para este año no es suficiente. Hace falta un plan presupuestario plurianual para cerrar el casi secular desfase entre gastos e ingresos. Dejando a un lado los años de la burbuja de activos previa a la crisis financiera, los ingresos públicos totales de España han oscilado en media entre el 38% y el 39% del PIB. Desde 2014, los gastos medios han oscilado entre el 41% y el 42% del PIB. Esto nos da una diferencia de tres puntos de PIB por año, que coincide con las estimaciones del déficit estructural, es decir, el déficit una vez descontado el efecto del ciclo.

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Ante la alternativa de recortar el gasto social, es necesario aumentar los impuestos. ¿Pero qué impuestos? El Gobierno propone, entre otros, abordar la imposición de las plataformas digitales, la tasa Google, y de las transacciones financieras, la tasa Tobin, además de aumentar la imposición a los ricos o cerrar los agujeros fiscales que permiten eludir impuestos a las grandes empresas. Pero seamos claros, estos planes o bien manejan bases fiscales muy estrechas, se basan en acuerdos internacionales, que no están bajo el control directo del Gobierno, o ambas cosas a la vez. Si queremos cerrar el desfase entre ingresos y gastos, habrá que abordar seriamente la fiscalidad verde, acabar con la miríada de exenciones y excepciones en el impuesto sobre los beneficios, mejorar la eficiencia recaudatoria del IVA, o, en fin, aumentar la progresividad del impuesto sobre la renta y revisar las bases de cotización. En caso contrario, será difícil corregir las desigualdades y la deuda española no disminuirá de forma sostenible. Y ya sabemos lo que pasa cuando se duda de la sostenibilidad de la deuda española.

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