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Navega por internet y, de paso, planta árboles

Un motor de búsqueda quiere comprar un bosque en Alemania para impedir que sea talado

Infoletta Hambach vía Flickr / Creative Commons
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¿Cuántas veces utilizas un motor de búsqueda en Internet a lo largo del día? Quizá has perdido ya la cuenta. ¿Sabes que puedes buscar la información que necesitas y a la vez contribuir a luchar contra la deforestación del planeta? A veces ayudar a cambiar la situación es tan fácil como hacer clic con el botón del mouse o del móvil. Ecosia es un motor de búsqueda que dona aproximadamente el 80% de los ingresos que percibe por la publicidad a organizaciones que se dedican a replantar árboles por todo el mundo.

Ecosia existe también como aplicación de móvil para Android, iOs y Windows. ¿Su objetivo? Uno muy ambicioso: llegar a plantar mil millones de árboles en el horizonte del 2020. De momento llevan un buen ritmo. Para contribuir al crecimiento de Ecosia, y por lo tanto, a la lucha contra la deforestación del planeta, además de navegar por Internet, desde hace poco puedes ayudar comprando en su tienda on-line camisetas y sudaderas de algodón orgánico para hombre, mujer y niños.

¿Apostamos aún colectivamente por la energía sucia con todos los daños colaterales que conlleva?

La homepage del buscador actualiza al segundo la cantidad de árboles plantados gracias a las búsquedas y compras de los usuarios. En el momento que escribo estas líneas han superado los 42 millones de árboles y el contador sigue sumando sin prisa pero sin pausa. Y decía más arriba que llevan un buen ritmo puesto que en abril de este mismo año “sólo” habían conseguido plantar 25 millones de árboles.

Los 42 millones ya plantados hasta noviembre del 2018 suponen una inversión de casi 7 millones de euros repartida entre varios países de Asia, África y América. En Europa han plantado árboles en un solo país, en España. Para acallar sospechas y malas lenguas, Ecosia, que tiene su sede en Berlín (Alemania), hace público cada mes en su página web su estado de cuentas así como las facturas correspondientes a la plantación de árboles.

El invento nació hace casi 10 años, en diciembre del 2009, y de resultas de una vuelta al mundo. Quien es el fundador y CEO de Ecosia, Christian Kroll, volvió por aquel entonces a Alemania después de un viaje por los 5 continentes, viaje que le dejó un mal sabor de boca al comprobar de primera mano la deforestación creciente del planeta. De hecho, no es nada sorprendente que el país que vio nacer el movimiento ecologista sea también el que haya dado luz al mayor “motor de búsqueda verde”.

En octubre pasado Ecosia entró en la parrilla de las noticias de actualidad porque decidió dar un paso más allá. Hasta el momento financiaba organizaciones externas que se dedican a replantar allende sus fronteras pero este año se ha propuesto comprar un bosque en Alemania para evitar que los propietarios lo talen y con la idea de convertirlo en una reserva natural accesible a todos.

El buscador ofreció a principios de octubre un millón de euros por el bosque de Hambach, que tiene 12.000 años de historia y que pertenece a RWE, una multinacional energética alemana. RWE pretende talar lo que queda de este bosque, unas 200 hectáreas de las 4.100 iniciales, para poder ampliar una mina de carbón al aire libre, la más grande de Alemania, que cubre ya una superficie de 85 kilómetros cuadrados.

De hecho, el futuro del bosque de Hambach ha suscitado una gran polémica en Alemania. El 75% de los alemanes, según los sondeos más recientes, se muestran contrarios a la tala. Algunos activistas han vivido en el bosque, en casitas construidas en los árboles, durante los últimos 6 años y estos últimos meses miles de manifestantes han peregrinado hasta Hambach para mostrar su rechazo a los planes expansionistas de la compañía energética. Algunos de los árboles amenazados con la tala tienen más de 350 años de antigüedad y en el bosque conviven 13 especies de árboles en peligro de extinción.

Al día siguiente de que Ecosia presentara su oferta de compra, RWE declinó la propuesta y es más: se negó a todo tipo de comunicación con Ecosia sobre este tema. Christian Kroll descargó en su blog la rabia y la sorpresa ante esta actitud que él califica de “arrogante e inaceptable”. Aseguró que continuará luchando para evitar la tala del bosque. De hecho de momento la tala se encuentra en suspenso por decisión judicial.

Kroll propone a los ciudadanos que se sumen a la lucha abandonando RWE, que cambien de proveedor para pasarse a uno certificado de energía renovable. Y así se asegurarán de que no contribuyen a explotar aún más el bosque de Hambach. En realidad lo que está en juego es el modelo energético y de sociedad. ¿Apostamos aún colectivamente por la energía sucia con todos los daños colaterales que conlleva? ¿O nos atrevemos a hacer por fin las cosas bien, por nosotros y por el planeta?

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