La crisis de la cerveza británica arrastra a los pubs

El pasado verano se bebieron en Reino Unido 35 millones de pintas menos que en el de 2016

Pub en Londres.© GETTYIMAGES

Al igual que el té de las cinco, la ineludible cita en el pub forma parte de esos tópicos sobre la cultura y las costumbres británicas que no siempre se ajustan a las realidades del siglo XXI.

Las barras de estos tradicionales establecimientos sirvieron durante el pasado verano 35 millones menos de pintas de cerveza que el anterior, ahondando en una tendencia a la baja que, según acaba de alertar la patronal del sector, amenaza el futuro de toda una institución social en Reino Unido.

Los datos de la principal organización de la industria, la Asociación Británica de Cervezas y Pub...

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Al igual que el té de las cinco, la ineludible cita en el pub forma parte de esos tópicos sobre la cultura y las costumbres británicas que no siempre se ajustan a las realidades del siglo XXI.

Las barras de estos tradicionales establecimientos sirvieron durante el pasado verano 35 millones menos de pintas de cerveza que el anterior, ahondando en una tendencia a la baja que, según acaba de alertar la patronal del sector, amenaza el futuro de toda una institución social en Reino Unido.

Los datos de la principal organización de la industria, la Asociación Británica de Cervezas y Pubs (la British Beer and Pub Association, en su nombre original) confirman una caída del 3,5% del consumo de cerveza en pubs, bares y restaurantes durante el tercer trimestre del año, la mayor que se ha registrado en el último lustro.

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Sus responsables reclaman al Gobierno una reducción de los gravámenes “insostenibles” que redundan en el precio de la pinta, a los que achacan el goteo incesable de cierre de pubs, a razón de una veintena por semana.

El sector se ha encogido un 17% desde 1996, en contraste con la expansión que han registrado las microfactorías de cerveza —las breweries— en casi dos tercios durante el último lustro.

Aun así, la cifra de más de 50.000 pubs dispersos por el territorio británico desmiente el catastrofismo, aunque su formato se haya resentido de los nuevos hábitos de consumo —el macchiato, el cortado o los zumos verdes están a la orden del día— y en la manera de relacionarse socialmente.

Muchos consumidores prefieren hoy degustar su ale o su lager en casa, lo que por primera vez ha aupado las ventas de cerveza en los supermercados por encima de las de pubs y bares. Y otro hecho también inédito: la demanda de pintas en el pub, cuyo prestigio solía medirse por la selección y calidad de sus cervezas— se ha visto superada por la de otras bebidas alcohólicas, en parte por la recuperada popularidad de la ginebra.

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