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Cuando comer lo suficiente es un desafío

Programas de alimentación escolar, saneamiento y salud combaten la desnutrición infantil en Ghana. La ONG de voluntariado Ubelong trabaja en el país en colaboración con Newton Europe

Una escena matutina en la aldea de pescadores de Nyanyano, en Ghana. Como muchos, otros pueblos del país, Nyanyano carece de sistema de saneamiento o de tratamiento de residuos, lo que da lugar a numerosos problemas de salud pública.UBELONG (Joey Rosa)
La malnutrición infantil no depende solo de la ingesta de nutrientes y calorías. La falta de saneamiento y de tratamiento de residuos también empeora la situación alimentaria.UBELONG (Adam Walker)
Una niña cocina con cacerolas y boles llenos de moscas. Es habitual que los niños ghaneses tengan que involucrarse en la preparación de las comidas.UBELONG (Nick Parisse)
Un pozo en la aldea campesina de Apprah, en Ghana. La falta de fuentes de agua segura se traduce en infecciones, diarreas y malaria. Esto empeora las situaciones de desnutrición y multiplica las tasas de mortalidad infantil.UBELONG (Raúl Román)
Agotada por el calor, una anciana busca guarecerse del sol en la sombra. La recogida de agua de lluvia en distintos recipientes es la única fuente de agua para los habitantes de Nyanyano, que utilizan el líquido caído del cielo para beber, lavarse y limpiar sus utensilios.UBELONG (Nick Parisse)
Imagen del interior de una vivienda típica en la aldea de pescadores de Nyanyano (Ghana). La mayoría de los hogares gastan alimentan a todos sus miembros con menos de 10 dólares semanales.UBELONG (Raúl Román)
En la mayoría de los casos, la única comida que los niños hacen en todo el día es el almuerzo escolar. En la imagen, los niños hacen un descanso entre lecciones para comer.UBELONG (Raúl Román)
Los programas de alimentación escolar ayudan a los hogares a aliviar la carga económica que supone dar de comer a sus hijos.UBELONG (Nick Parisse)
Un alumno duerme en la única escuela de la comunidad campesina de Apprah, en Ghana. La mayoría de los estudiantes de este colegio sufren malnutrición, y muchos caen rendidos durante la jornada o tienen graves problemas para concentrarse en las lecciones.UBELONG (David Taylor)
Hora del almuerzo en la escuela de Apprah (Ghana). Tanto niños como adultos carecen de educación nutricional, y por eso la mayoría de las comidas contienen almidones pero adolecen de proteínas, fibra y vitaminas.Raúl Román (Ubelong)
Esta es la habitación de la pequeña clínica local donde las mujeres de la aldea de pescadores de Nyanyano (Ghana) dan a luz.Adam Walker (Ubelong)
Imagen de una clínica en las afueras de Kasoa (Ghana). Los servicios de salud carecen de recursos para atacar la desnutrición, extendida entre la población. De hecho, la mayoría de los niños ghaneses desnutridos nunca reciben tratamiento.Nick Parisse (Ubelong)
En la imagen, unas señales abandonadas que antes han servido para delimitar las zonas de cultivo en la aldea campesina de Bentum (Ghana).Richard Lum (Ubelong)
Una pescadera local cubierta de escamas limpia el pescado capturado esa misma mañana. La ingesta de proteínas es algo extraordinario en Ghana, y por lo general estas se reservan para los hombres cabezas de familia.Nick Parisse (Ubelong)
Hombres desocupados a mediodía en la aldea de pescadores de Nyanyano (Ghana). La mayoría d elos hombres del pueblo trabaja en el mar. Pero cuando no salen a faenar, es raro que ayuden a cuidar a los niños o en las tareas domésticas.Raúl Román
Escena en el hospital infantil Princess Marie Louise de Accra, la capital de Ghana, donde está la principal unidad del país para atender a niños desnutridos y a sus madres.Nick Parisse