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Puntlandia, bastión de la piratería

La piratería ha vuelto a Somalia después de que se relajara la vigilancia de Occidente en el Índico

Un hombre camina a casa después del trabajo en las afueras de Garoowe.FREDERIK ØSTERBY
Esta limusina rosa era muy demandada en los días de apogeo de la piratería. Ahora sólo se alquila un par de veces al mes, sobre todo para bodas.FREDERIK ØSTERBY
Partido de la Copa del Ramadán en el estadio de fútbol de césped artifical de Garoowe. Su propietarioafirma que lo construyó para dar a los jóvenes una alternativa antes que unirse a los piratas y grupos terroristas, aunque en realidad casi ninguno de ellos acabará ganándose la vida como futbolista.FREDERIK ØSTERBY
Un guardia de seguridad en Garoowe. La ciudad es una de las más prósperas y seguras de Somalia, pero los extranjeros, los ricos y los políticos todavía necesitan guardias armados para moverse.FREDERIK ØSTERBY
Existen 47 piratas en la prisión pirata más grande de Somalia, en Garoowe, la mayoría de ellos cumplen sentencias de décadas. FREDERIK ØSTERBY
Abdinasir Yusuf, analista del Puntland Development Research Center.FREDERIK ØSTERBY
Campamento de desplazados internos 'Washington'. La gente huye del hambre y de la guerra, y tiene que pagar a contrabandistas y pandillas armadas por el camino para sobrevivir y llegar a su destino.FREDERIK ØSTERBY
En las tiendas del campo de desplazados Washington, en las afueras de Garoowe, se puede obtener casi todo lo que uno necesite. Sin embargo, la mayoría de los productos son importados. La producción local de alimentos es muy débil.FREDERIK ØSTERBY
El carnicero Hasssan Ali ofrece su género en el campamento de desplazados de Washington. 1 dólar por pieza.FREDERIK ØSTERBY
Uno de los niños refugiados en el campamento de Washington. FREDERIK ØSTERBY
Abdikadir Mohamud Barre es uno de tantos migrantes encarcelados en Somalia.FREDERIK ØSTERBY