Ponerse en lo peor

En la actualidad, en España, denunciar la corrupción supone prácticamente un acto de heroísmo

Protesta ciudadana contra la corrupción en el Partido Popular.Marcos del Mazo (LightRocket via Getty Images)

España es un país relativamente corrupto en comparación con los países de su entorno. Aquí la corrupción suele implicar mucho dinero y pocas personas. Y las elecciones, como ocurre en otros países, no siempre sirven para castigarla. Hace más de dos siglos que Madison advirtió que la dependencia de los votantes no sería suficiente para controlar al Gobierno. Por eso propuso establecer mecanismos adicionales de control, como la división de poderes.

¿Cuáles serían los mecanismos adicionales para frenar la corrupción, más allá de las elecciones? Uno es prevenir la corrupción reformando las ...

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España es un país relativamente corrupto en comparación con los países de su entorno. Aquí la corrupción suele implicar mucho dinero y pocas personas. Y las elecciones, como ocurre en otros países, no siempre sirven para castigarla. Hace más de dos siglos que Madison advirtió que la dependencia de los votantes no sería suficiente para controlar al Gobierno. Por eso propuso establecer mecanismos adicionales de control, como la división de poderes.

¿Cuáles serían los mecanismos adicionales para frenar la corrupción, más allá de las elecciones? Uno es prevenir la corrupción reformando las instituciones que la favorecen. Sobre ello hay mucho escrito y poca iniciativa política. Se sabe, por ejemplo, que el diseño del gobierno local en España concentra el poder y contribuye a fusionar el interés de los gestores públicos con el del partido que gobierna. Y que la heterogeneidad y el reducido tamaño de los municipios impiden la comparación y auspician las redes clientelares.

Los expertos insisten asimismo en lo poco costoso que sería reforzar el control interno de la Administración mediante la protección a las personas que informen sobre prácticas corruptas. En la actualidad, denunciar supone prácticamente un acto de heroísmo.

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También puede ampliarse el control externo mejorando el acceso a la información pública de los ciudadanos. Se trata del derecho a saber. Por ejemplo, conocer qué contratos firma la Administración y con quién, o cómo se toman las decisiones que afectan a derechos individuales. La ley de transparencia está muy lejos de conseguir tal objetivo. Las excepciones al derecho de información son excesivamente generales, no hay sanciones en el caso de que no se facilite la información, la Administración no está obligada a explicar su falta de respuesta y no está claro qué entidades deben cumplirla.

Las instituciones representativas se construyeron sobre el supuesto de que los políticos no eran ángeles. Sobre la prevención que se deriva del ejercicio de ponerse en lo peor. En España sobra actualidad para ponernos en el peor escenario, pero falta iniciativa para prevenirlo. @sandraleon_

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