Cartas al director

Los campos de Grecia se cubren de nieve

Llega el invierno y otra vez todos nos escandalizamos de los campos de refugiados en Grecia cubiertos por la nieve, porque como esta gente no ha sufrido bastante, nosotros, los prepotentes demócratas, los vamos a dejar en barracones helados de frío y barro. Como española y europea siento una vergüenza y una impotencia atroz por el cementerio en el que se ha convertido nuestro mar, lleno de tumbas sin nombre. Primero, porque nuestras potencias podrían haber intervenido y suavizar un conflicto que ha derivado en una guerra sangrienta, y segundo, por la frialdad, el cinismo y la incompetencia con...

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Llega el invierno y otra vez todos nos escandalizamos de los campos de refugiados en Grecia cubiertos por la nieve, porque como esta gente no ha sufrido bastante, nosotros, los prepotentes demócratas, los vamos a dejar en barracones helados de frío y barro. Como española y europea siento una vergüenza y una impotencia atroz por el cementerio en el que se ha convertido nuestro mar, lleno de tumbas sin nombre. Primero, porque nuestras potencias podrían haber intervenido y suavizar un conflicto que ha derivado en una guerra sangrienta, y segundo, por la frialdad, el cinismo y la incompetencia con la que tratamos a las personas que nos piden ayuda, aislándolas con concertinas y cuchillas. Para terminar cito una frase que leí hace algún tiempo en la red social Twitter y me pareció muy acertada: “Ningún padre o madre pone a sus hijos en una barcaza en mitad del mar a no ser que el mar sea más seguro que la tierra”.— Beatriz Heredia Hortigüela. Almería.

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