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Cosiendo para sobrevivir

Familias y niños refugiados de Sira buscan un futuro en Estambul

El distrito de Tarlabaşı, en Estambul, es el hogar de muchos refugiados kurdos de Siria. Muchos de esos viven en casa que han sido abandonadas o están pendientes de renovación.Pascal Vossen
Un grupo de mujeres en el ferry entre el puente Galata y Kadıköy, en Estambul.Pascal Vossen
Hamoud, de siete años, es de Kobane (Siria), y ahora vive en el distrito de Süleymaniye, en Estambul. Su hermana de ocho años se encarga de él mientras los padres de ambos se van a trabajar durante el día.Pascal Vossen
Una escena en una calle del distrito de Tarlabaşı. A menudo mucho de los refugiados sirios que viven allí no hablan turco y no se sienten bienvenidos más allá de su propia comunidad.Pascal Vossen
Un chico sirio de 17 años trabaja en un taller produciendo zapatillas falsificadas en el distrito de Bağcılar en Estambul. El responsable dice que emplea a niños sirios porque son baratos, pero que no se fía de ellos y que si pudiera asumir el coste recurriría a trabajadores locales.Pascal Vossen
Hent (izquierda) tiene 34 años y su marido Ahmed (centro), 38. Posan en su casa con su hijo Nuruddin (8 años) confeccionando chándales. Cada uno de los adultos puede ganar unos nueve euros al día por este trabajo. Todos sus ocho hijos trabajan en talleres de este tipo o en su propia casa.Pascal Vossen
Hamoun, de 9 años, deja la casa de una familia kurda de Siria que vive en el distrito de Tarlabaşı, en Estambul. Muchos de estos refugiados viven en edificios en mal estado, en sótanos, bodegas o tiendas vacías y se les fuerza a pagar rentas abusivas.Pascal Vossen
El distrito Fatih de Estambul es conocido como 'little Siria'. La comunidad siria que vive allí y regenta pequeños negocios hace lo posible por ayudar al creciente influjo de refugiados.Pascal Vossen
Niños juegan en una calle del distrito de Tarlabaşı. Muchas de las familias que viven aquí son refugiados kurdos de Siria.Pascal Vossen
Suleyman, de 37 años (izquierda), con su hija Sidar, de sieta. Son refugiados sirios yazidíes. Viven de forma temporal en una casa del distrito de Fatih en Estambul. Los ocho miembros de la familia se vieron forzados a dejar Turquía el día después de tomarse esta foto. Tomaron un autobús a Irak porque no podían pagar los 50 euros al día que su casero les exigía.Pascal Vossen
Gule, de 42 años, es un refugiado kurdo de Siria que ahora vive con sus dos hijos en el distrito de Tarlabaşı, en Estambul.Pascal Vossen
Rayne, de 9 años (izquierda) y su hermana Fatima, de cinco, cosen chándales en su casa. Fátima puede terminar unos 10 al día por unos 3 euros. Sus padres preferirían que fueran al colegio, pero no pueden enviarlas por su estatus de "invitados" en Turquía y la falta de dinero para afrontar el coste.Pascal Vossen
Hesham, de 13 años (en el centro), con sus hermanos: Mohammed (14 años, a la derecha), Youssef (10, a la izquierda) y Nour (7, arriba en el centro), en la casa donde viven en el distrito Bağcılar. Hisham, Mohammed y Youssef trabajan todos en el mismo taller.Pascal Vossen
Hesham, de 13 años, estaba con su padre en un puesto de venta de frutas en Alepo cuando las fuerzas gubernamentales sirias bombardearon la zona. La metralla le dejó heridas en la cara y los hombros. Tenía solo 12 años. Su familia se fue a Estambul y, casi un año después de llegar a Turquía, Hesham trabaja en turnos de 10 horas en una fábrica textil produciendo zapatillas falsificadas.Pascal Vossen