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Intentando cerrar heridas

El terrorismo de Sendero Luminoso se cobró 69.000 vidas en Perú entre 1980 y 2000. Sus familiares están luchando por recuperar su memoria

Las viudas, hijas y hermanas de las víctimas (ocho de cada diez fueron hombres) acuden a recordar a sus familiares en frecuentes homenajes. La Anfasep, que solicitó a la Presidencia del Consejo de Ministros y al Ministerio de Justicia en el 2008 que la zona fuera declarada Santuario de la Memoria, sigue la lucha para lograr el reconocimiento.Katherine Goicochea
En Los Cabitos se han encontrado 100 cadáveres, pero se estima que pudieron matar a más de 500 personas. Se han hecho numerosas excavaciones, en las que se han hallado fosas donde enterraban a los asesinados y hoyos donde arrojaban los restos cremados de las víctimas. El pasado mes de junio el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre Desapariciones Forzadas acudió a la zona.Katherine Goicochea
El abogado Yuber Alarcón denuncia que el Gobierno tiene interés en olvidar lo que sucedió y que está poniendo impedimentos para dedicar este espacio a honrar las víctimas. “Incluso hay apoyo de la cooperación internacional para fabricar estos espacios de memoria, que son formas de reparación, y no se ha querido aprovechar”, dice.Katherine Goicochea
Candelaria Pino perdió a su marido Filiberto. Entraron ocho militares encapuchados a casa y se lo llevaron. Su cuerpo no ha aparecido. Hoy, ella vive con su hija en la ciudad de Ayacucho, capital del departamento del mismo nombre, donde se concentran el 40 % de las víctimas.DIEGO COBO
Sergia Flores, viuda de Albino Quicaño, sostiene una fotografía en la sede de la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú (Anfasep) de Ayacucho.DIEGO COBO
Juana Carrión perdió a dos hermanos en los violentos años 80 tras batidas de las fuerzas militares. La CVR atribuyó el 37% de las víctimas a los agentes estatales.DIEGO COBO