¿Tienen los ministros derecho a ir de vacaciones?

Alemania discute sobre la estancia en Mallorca del titular de Interior en plena crisis migratoria

Café, ensalada de frutas con yogur, jamón y zumo recién exprimido. No parece demasiado llamativo el desayuno que el pasado domingo tomaba el ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, en un hotel de Mallorca. Nadie le habría prestado atención si no hubiera tenido la mala suerte de encontrarse con unos reporteros del Bild.Y, sobre todo, si no fuera por la crisis migratoria que ha colocado a Alemania en una de sus situaciones más complicadas en décadas.

El tabloide llevó la foto del ministro y el capuccino a la portada. Mientras De Maizière descansaba, la cancille...

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Café, ensalada de frutas con yogur, jamón y zumo recién exprimido. No parece demasiado llamativo el desayuno que el pasado domingo tomaba el ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, en un hotel de Mallorca. Nadie le habría prestado atención si no hubiera tenido la mala suerte de encontrarse con unos reporteros del Bild.Y, sobre todo, si no fuera por la crisis migratoria que ha colocado a Alemania en una de sus situaciones más complicadas en décadas.

El tabloide llevó la foto del ministro y el capuccino a la portada. Mientras De Maizière descansaba, la canciller Angela Merkel se reunía en un gabinete de crisis con los líderes de la coalición. “Solo una persona se va de vacaciones estos días dramáticos”, escribía el periódico, que contaba que el descanso balear del ministro se había alargado durante toda la semana, solo interrumpido por un viaje relámpago a Berlín el miércoles para participar en el Consejo de Ministros. “Hace meses que esta crisis está en su punto caliente. Pueden preguntarme a mí en qué situación está mi marido y lo necesario que es para él descansar unos días”, se encaró la esposa de De Maizière con los reporteros que lograron que se les atragantara el desayuno.

Casi más interesante que el scoop periodístico es el debate que ha generado en los medios. Algunos critican al político democristiano por ausentarse de sus obligaciones en un momento clave, pero la mayoría le ha dado la vuelta a la historia y apuntan contra el periódico más vendido de Europa por sensacionalista —algo que, francamente, no puede sorprender a nadie— y por injusto.

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“La sociedad vive una situación de creciente nerviosismo. Pero este es el momento de defender a la democracia y a sus representantes; de decir que nadie tiene un plan maestro para salir de la crisis; y de reconocer el esfuerzo, aunque solo sea físico, que hacen desde hace meses alcaldes, ministros y la canciller”, escribía el Süddeutsche Zeitung. Más directo fue el Frankfurter Rundschau, que se limitó a titular su pieza sobre De Maizière y Mallorca con un escueto: “¿Y qué?”.

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